En ese instante, Stavros, movido por la ira y la necesidad de ejercer su dominio, agarró una de las piernas de Elian con mano firme, haciendo que este cayera al suelo de manera dolorosa mientras comenzaba a asfixiarlo sin contemplación. Una expresión salvaje y despiadada se dibujó en el rostro de Stavros. ―¡Aún no he terminado con ella!―susurró entre dientes, aferrando el cuello de Elian con fuerza. Elian, no se quedó atrás y también comenzó a ahorcar a Stavros. Ambos eran igual de fuertes por lo tanto le respondió con voz entrecortada: ―¡Claro que sí... Virginia me dijo que se iba a vivir con su jefa porque habías terminado con ella. Estaba a punto de vivir conmigo!―Ambos continuaron rodando por el suelo en una batalla titánica de dominio, demostrando su fuerza igualada. ―¡Jenny segui

