La oficina de Killian estaba envuelta en una confusión total. Alora le había pedido a Eduardo que le trajera una lora yaco entrenada, a cambio le daría una oportunidad para hablar; con ese gesto, la muchacha se estaría ganando a sus compañeros de trabajo con la oportunidad de hacer amigos, haciendo que su ex novio le hiciera un pago pequeño por todo el dinero que había invertido en él, mientras trabajaba haciendo apuestas en el casino. Por otro lado, Eduardo llegó a la oficina justo en el momento en que el licántropo dijo que sacara al ave, seguido del tumulto de empleados que estaban orgullosos de la chica nueva en su primer día de trabajo, por haberles salvado el trasero aparentemente. Ante los ojos de Killian era un “¿qué demonios está pasando?” y a los ojos de los demás era un “el je

