A Killian no le había sorprendido que el hombre de n***o saliera de la nada detrás de su asiento, pues la razón por la cual dejó a su asistente con el cara de mapache, fue porque sintió su presencia al ser observado por él. Tenía que ser mucho más cuidadoso con todo lo que estaba haciendo, la llegada de Alora a su vida y ese impulso descontrolado que lo obligaba a hacer cosas sin sentido, se podía volver su perdición. Involucrarse con una humana sin duda era un problema político mayor que involucraba a la realeza y a los humanos más poderosos del planeta en cuanto a política se refiere. Respiró con una tranquilidad elegante digna de un príncipe, era un alfa después de todo, la calma ante un problema era un sinónimo de elegancia que el licántropo tomaba como primera regla. — ¿Y tú quién