Capítulo Cuatro Rigger no murió esa noche, casi un año antes, pero algo quedó mal dentro de su cuerpo. En ese maldito estacionamiento, contrajo una terrible enfermedad, tal vez algo que esos dos desviados dejaron en el suelo o en el aire. Algún patógeno alienígena que se deslizó dentro de él mientras miraba lo que quedaba de su vida. Un asesinato de liberación retardada, que roía implacablemente sus entrañas, destruyéndolo desde dentro. No sabía de dónde venía la enfermedad, pero en su furia por lo que esos dos le habían hecho a su vida, imaginó que también lo estaban matando a él. Pasaron diez meses antes de que se diera cuenta o incluso le importara que algo le pasaba. Su médico le hizo una exhaustiva batería de pruebas, que duraron casi una semana. El día que se encontró con Katrina

