Leo había visto todo lo necesario y ahora que sabía quien era realmente Miranda, decidió mantenerlo en secreto de sus hermanos; especialmente de Aurelia, ya que, con tan solo recordar lo que vio mientras el lazo entre ambos se consumaba, Leo se pudo dar cuenta que su hermana había mentido cuando dijo que pudo entrar en la mente de la pelinegra en aquella ocasión.
«Aurelia no sabe quién es Miranda… no importa, yo me haré cargo si esta situación se sale de control. De todas formas, se cómo terminará todo» piensa Leo con seriedad acostado en la cama.
El gemelo no entendía demasiado lo que había ocurrido, porque él tenía entendido que los lazos se creaban en luna llena; pero en contra de todo pronóstico, él pudo sentir que su alma se unió a la de Miranda cuando la besó en medio del amanecer.
