Capítulo 8. Tarde en la piscina

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Después de aquella conversación con sus padres, Leo buscó a una de sus hermanas para que le prestara ropa a Eli, y la indicada era Mary, porque ella era del mismo tamaño que la pelinegra, además tenían una contextura parecida. No se le hizo demasiado difícil encontrarla, porque con tan solo olfatear con mayor detenimiento, la encontró en la sala de estar junto con otras chicas de la manada; puesto que en la mansión Wolfgang, siempre estaba repleta de licántropos y elfos pertenecientes a la manada de Axel, por lo tanto, si alguien deseaba privacidad, era muy poco probable que la encontrara, ya que los únicos que podían tenerla al cien por ciento eran: Axel, Meridia y Aurelia, por ser las reencarnaciones de dioses. —Hola, Leo —saluda una elfa que era amiga de Mary. —¡Hola! ¿No eres Bruno?

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