Mientras tanto en lo mas alejado del sistema solar, Titania, una de las lunas oscuras de Nom, veía desde la órbita de su planeta Urano a Miranda. No la podía observar perfectamente porque su visión no era la de una diosa, pero si lograba ver su interacción en la tierra.
—La veo muy tranquila—murmura Titania, porque no veía demasiado progreso en ella durante ese tiempo.
En eso, otra de las cinco lunas aparece ante ella saltando los asteroides que rodeaban al planeta, como si fuesen rocas en medio de un lago que usaba para cruzar al otro lado. Su nombre era Ariel, y ella era la penúltima luna creada por Urano (la última fue Miranda). La joven tenía un rostro muy delicado, sus labios eran carnosos, y como todas sus hermanas siempre permanecía seria la mayor parte del tiempo. Ariel tenía el
