Capítulo 3

2753 Words
Como un cristal rompiéndose en miles de pedacitos, Troy se sentía exactamente como todo a su alrededor se iba desmoronándose de esa forma al contemplar al hombre de sus sueños actuando tan cariñosa y amorosamente con otra mujer. Y así de fácil, todas las ilusiones que se había hecho gracias a sus visiones se rompieron una por una mientras que algo dentro de él, comenzaba amargarse y agrietarse. Por más confundido y perdido que se encontrase, la sensación de traición superponía a todo lo demás sentimientos en ese momento. Y su lobo se sentía exactamente igual de traicionado e indignado en ese momento, ya que parecía, que este tampoco había estado realmente al tanto de toda la situación mientras le presentaba sus visiones. Pero, cómo no iban a sentirse así, cuando gracias a sus tontos sueños había visto prácticamente su vida entera junto con ese hombre. Exactamente el mismo que en ese momento, se encontraba susurrando cosas por lo bajo con una sonrisa completamente enamorada por la mujer que sus brazos rodeaban con delicadeza. —Mierda —espetó, totalmente amargo con la interacción de esos dos. Con un sentimiento desagradable floreciendo en su pecho, uno que nunca había sentido hasta el momento. —¿Troy? —pronunció su padre, llamando su atención. Obligando a alejar sus ojos azul violeta de ese par, el lobo omega observó el sándwich entre sus manos y luego lo mordió con algo de resentimiento que no pudo ocultar. —¿Qué es lo que ocurre? —preguntó el alfa, inmediatamente detectando que algo había cambiado en su hijo—. ¿A caso viste algo de ellos en tus visiones? —cuestionó contemplando a la pareja frente a ellos, lo que por supuesto que solo empeoró el humor del omega. Si tan solo su estúpido lobo le hubiera mostrado aunque sea una escena donde ese hombre salía tan cariñosamente con una mujer, Troy no se habría hecho ninguna ilusión con nadie. Aunque viendo la amargura que sentia su lobo, gruñendo por lo bajo en su mente, era obvio que él también estaba irritado por no haber tenido una visión así. —No, no los había visto nunca en mi vida —respondió terminando su sándwich—. ¿Vamos? El alfa líder nos debe de estar esperando —le recordó a su padre. —¿Terminaste de comer todo? —preguntó quitándose el cinturón de seguridad. —Sip, solo me queda una manzana y el zumo —respondió tomando ambas cosas luego de imitar a su papá. Abriendo la puerta del auto, Troy se bajó y no dedicó ni siquiera una sola mirada en dirección al par de enamorados frente a ellos. Quitándole la envoltura a la pajilla de su zumo, el lobo omega la hundió en la cajita y bebió un trago de ella mientras comenzaba a seguir a su padre. Viendo que inevitablemente se estarían acercando a la pareja al estar cerca de la mansión, Troy escondió apenas su mueca detrás de la cajita y observó hacia otro lado cuando finalmente su padre se detuvo frente a ellos. —Buenos días, hemos venido a hablar con el alfa líder —expresó el hombre, con su retumbante voz masculina y amable. Ugh, que desagradable, el desgraciado no solo tenía buen rostro y cuerpo, sino que también su tono de voz era otra cosa. —Son el matrimonio, ¿no? —preguntó Lucio, observando a la pareja mientras que, por el rabillo de su ojo, contemplaba la reacción de su hijo. —Así es, soy Alana Smith y mi esposo, Rayan Smith —presentó la hermosa mujer beta de cabello corto y ondulado, su piel bronceada iba a la perfección con aquellos gruesos labios pintados de rojo intenso. "Rojo de zorra" pensó Troy, y mentalmente chocó los cinco con su amiga Susy, sabiendo perfectamente que ella habría tenido el mismo pensamiento. Cuando un silencio se colocó entre ellos y la atención recayó en él, Troy alzó una ceja mientras observaba a la pareja. —¿Qué? —pronunció, solo con un borde duro y cortante. —Él es mi hijo, Troy —anunció su padre, rodeando sus hombros con un brazo—. Como pueden ver, no es un omega común, es uno que tiene un poder especial —reveló con total orgullo. —¿En serio? Nunca nos habíamos encontrado con uno en persona —expresó Rayan, observándolo intensamente con aquellos ojos grises. —Uy, que pena por ti, no parece vayan a conocer realmente uno ahora tampoco —espetó el lobo omega y luego los ignoró mordiendo su manzana. —Uh... ¿Realmente es un omega? —preguntó la beta, parpadeando un poco perpleja. —Les dije que era alguien especial —sonrió el alfa mayor. —Deberíamos de entrar —anunció Troy, observando directamente a su padre—. El alfa líder no debería de estar solo con esas personas —le recordó y mordió su manzana. —Cierto, tienes razón —asintió soltando sus hombros—. Lo mejor será que entremos con él. Sintiendo una intensa mirada insistente sobre él, el lobo omega contempló a Rayan, y cuando este le sonrió tipo "dulce y amigable" Troy le frunció el ceño y luego se adentró a la mansión siendo seguido inmediatamente por su padre. —¿Estás seguro de que no tuviste una visión extraña que los involucrara? —preguntó su padre en tono bajo. —¿Por qué crees eso? —preguntó, agradeciendo cuando alguien del personal de la mansión se le acercó y tomó la caja de zumo vacía junto al corazón de la manzana. —Bueno, creo que es la primera vez que te veo actuar tan... Frío con otras personas, especialmente cuando son desconocidos —explicó su padre. Los labios de Troy se torcieron al saber que aquello era verdad. Generalmente, no era desagradable con las personas, no había necesidad, cuando solo se le acercaban idiotas interesados, ya que Susy se encargaba de mandarlo lejos con su particular personalidad. Y siendo que las personas nuevas ni siquiera estaban al tanto de su poder, obviamente tampoco habría razón de ser un idiota con ellos, pero aun así, el cambiaformas omega no podía evitar serlo de solo pensar en la pareja. En sí, el solo saber el nombre del alfa de sus sueños lo irritaba aún más y todo por culpa de sus visiones. Ciertamente no tenía ni idea cómo sería posible que terminaran juntos, pero viendo que el alfa estaba casado con otra mujer, no estaba ni remotamente interesado en ser el amante de cualquiera. Observando al hombre entrar en la mansión con su pareja, Troy bufó. "No soy el segundo plato de nadie" pensó irritado, furioso. —No es nada —anunció cuando se percató de que se había quedado en silencio mucho tiempo—. Solo que mi lobo se resintió un poco ante su presencia como alfa siendo tan grande y eso —explicó, volviendo su vista hacia su padre. —Bueno, no se puede negar que ciertamente es un hombre más grande que yo, tu amiga, el alfa líder o su hijo, que son los alfas más cercanos a ti —aceptó—. Y tus antiguas parejas tampoco cuentan —añadió sin poder evitar arrugar su nariz con disgusto de solo recordarlos. —Nunca te gustó ninguno —recordó, alejándose con su padre mientras se dirigían al despacho del alfa líder. El cual, lamentablemente, no estaba tan lejos como le habría gustado al lobo omega, por lo que en realidad, no había puesto mucha distancia entre ellos y el tonto matrimonio. —Ninguno era lo suficientemente bueno para mi niño —anunció, golpeando la puerta frente a ellos. —Siento que ninguno será suficiente para ti —indicó divertido—. Estarás en graves problemas cuando Henry o yo consigamos realmente una pareja estable —se burló. —Ni me lo recuerdes, ni siquiera quiero pensar en ello aún —gruñó. —Será mejor que te vayas haciendo la idea desde que ambos somos mayores de edad —rió bajo—. Demonios, yo ya tengo veintiséis años, papá. —Sigue burlándote de mí y no tendrás pareja hasta los treinta —amenazó abriendo finalmente la puerta cuando obtuvo permiso del líder. —Sigue molestándome con eso y yo te atormentaré con lo que hice o no en mis relaciones —se burló, logrando que su padre le observara indignado. —Ah, hasta que finalmente llegan —exclamó el alfa líder. Sentado detrás de su escritorio, Mark Waller se veía todo poderoso con aquella camiseta ajustada a su musculoso cuerpo. Sus brazos cruzados provocaban que sus músculos se tensaran mientras sus ojos negros estaban fijos en los dos invitados sentados frente a él, dándole la espalda a la puerta y automáticamente, también a ellos. —Lo siento, líder, me quedé dormido —explicó Troy, no queriendo que su padre se viera afectado. —Está bien, hijo —le tranquilizó con una sonrisa que provocó que las esquinas de sus ojos y boca aparecieran unas pequeñas arrugas, la única señal que realmente demostraba que era un hombre mayor de sesenta años. Todo gracias a que eran cambiaformas, incluso su vejez se volvía un poco más lento, lo que a la vez provocaba que vivieran muchos años, algunos hasta más de ciento cincuenta. —Vamos, ven aquí —invitó, señalando a su costado. Intercambiando una mirada con su padre, Troy asintió y se acercó pasando por el lado de ambos invitados. Deteniéndose al lado de su alfa líder, el lobo omega contempló a los dos invitados, pero su atención recayó completamente en uno de los hombres sentado directamente frente Mark. —Ellos son los hermanos Egas —presentó el líder Waller—. Ambos quieren ser miembros de nuestra manada, ¿qué piensas, hijo? —preguntó, sin quitarle los ojos a ambos alfas. —No —anunció Troy, y observó a su padre mientras señalaba directamente al hombre frente a ellos. Entonces, el caos se desató en un solo segundo, en un misero parpadeo. En el mismo instante en que Lucio se ponía en marcha para atrapar al hermano que Troy había señalado, el alfa se levantaba de su silla, sacando su mano del interior de su chaqueta para revelar un arma, la cual apuntó directamente hacia el alfa líder antes de comenzar a disparar. De lo único que fue consciente el cambiaformas omega en lo que eso sucedía, es que en un segundo se encontraba parado al lado de su líder, y al otro fue empujado hacia el costado por este mismo para evitar así que algunas de las balas le impactaran erróneamente. Cayendo sobre su trasero de forma dolorosa, Troy se quejó y rápidamente retrocedió aún más del camino, observando como su padre finalmente llegaba a quitarle el arma al individuo para luego lanzarlo al suelo y después inmovilizarlo torciendo su brazo tras su espalda y apoyando su rodilla en el centro de esta para mantenerlo en el suelo. —Te atrapé, maldito desgraciado —vocifero su padre. —Estás muerto —anunció la voz de su alfa líder, y antes de que el omega pudiera comprender, los brazos del alfa habían tirado del nuevamente, levantándolo del suelo y enviándolo directamente hacia los brazos de su padre. O eso creyó en un principio, ya que el cuerpo más grande y firme definitivamente no era de su padre, especialmente porque su aroma almizclado tenía esencia a pino. —Pero, ¿qué...? —balbuceó Troy, intentando apartarse solo para observar a su líder listo para asesinar a otra persona a sangre fría. —No veas —pronunció Rayan, tirándolo nuevamente contra su cuerpo y volteándolo para que no observara tan horrorosa escena. Estremeciéndose al escuchar un grito sorpresivo de dolor, Troy instintivamente se presionó más contra el lobo alfa. —¿Estás bien? —preguntó Rayan, apartándolo para poder apreciar su rostro, no encontrando nada más que miedo en aquellos ojos azul violeta rodeado de pestañas largas y perfectas. —Y-yo... —balbuceó, parpadeando mientras el surco entre sus cejas se juntaba. —Troy —exclamó su padre, tirando delicadamente de él para alejarlo del alfa desconocido—. ¿Estás bien, hijo? —cuestionó observando cada parte de su cuerpo en busca de una herida. —Estoy bien —respondió finalmente, observando como el alfa líder se acercaba a ellos. —Lamento haberte sorprendido así, no iba a permitir que esa escoria te dañara —explicó Mark. —Está bien, solo estoy... Sorprendido, supongo —expresó, y se estremeció un poco al contemplar la mano ensangrentada de su alfa líder—. Creo que lo mejor será si me voy a casa ahora —anunció—. Lamento no haber visto también que el otro alfa también intentaría matarlo —se lamentó, culpable. —Si no nos hubieras alertado de que esto pasaría, ni siquiera habríamos estado preparados —calmó el líder Waller, escondiendo su mano ensangrentada tras su espalda—. No pareces estar en condiciones para conducir, ¿qué te parece si Poul te lleva a tu casa? —propuso—. Me dejaría más tranquilo el saber que mi hijo te deja sano y a salvo en la puerta de tu hogar —expresó. —Sí, supongo que estaría bien —aceptó, aunque interiormente estaba haciendo una mueca. No es que el hijo del líder fuera malo, solo que era un idiota arrogante que siempre creía tener la razón y estaba detrás de su trasero desde que tenía memoria, por lo que realmente no era exactamente de su agrado. —Perfecto, le diré a uno de los empleados que lo busque por mí —sonrió el líder Waller, saliendo primero del despacho—. Ustedes, por favor esperen afuera —ordenó. Y solo entonces, Troy recordó y reconoció la insistente mirada sobre él. Enfrentándola, se encontró con los grises ojos de Rayan observándolo aun cuando su esposa tomaba de su mano y tiraba ligeramente de él para sacarlo de la habitación. —Imbécil... —murmuró el cambiaformas omegas. —¿Seguro de que estás bien? —preguntó su padre, rodeando su hombro para guiarlo fuera de la habitación también. Lo que sea que su líder hubiera hecho con el tipo que había intentado lastimarlo, estaba seguro de que no deseaba averiguarlo. —Estoy bien, solo es el susto —respondió saliendo hacia la entrada, donde también se encontraba el matrimonio. —Listo —anunció el líder, sonriendo en su dirección con sus manos ya limpias—. Un empleado traerá a mi hijo aquí, solo espera unos segundos —expresó. —No hay problema —prometió dándole una ligera sonrisa ladina. —Perfecto, entonces encárgate primero del cuerpo en mi oficina —anunció Mark observando directamente a su mano derecha. —Llámame cuando estés en la casa —pidió su padre, besando su frente antes de retirarse primero, volviendo al despacho junto a otros hombres. —Y tú, sígueme —ordenó el alfa líder, observando directamente a Rayan antes de alejarse en dirección opuesta al despacho. Asintiendo, Rayan le dedicó una última mirada a Troy antes de seguir al líder Waller, lo que por supuesto que irritó al omega. —¿Seguro de que estás bien? —preguntó la cambiaformas beta que se había quedado un momento atrás al no ser llamada como a su esposo. —Lo estoy —respondió escasamente y sacó su teléfono celular para enviarle un mensaje a su amiga. Sin importar lo que hubiera dicho el alfa líder, no se encontraba exactamente en su mejor momento como para lidiar con idiotas. —¿Estás seguro? Porque hasta a mí me causó escalofríos lo que ocurrió ahí —comentó. —Entonces no debiste de haber entrado —respondió frío y luego su atención recayó en el empleado que se acercaba hasta detenerse frente a ellos. —El señor Poul no se encuentra en la mansión en este momento —informó, haciendo una leve reverencia hacia Troy. —Perfecto, si el alfa líder pregunta, dile que me he ido con Susy —anunció regándole una sonrisa. Dirigiéndose hacia la puerta, el cambiaformas omega se detuvo frente a esta cuando sintió que la mujer le estaba siguiendo. —¿Qué quieres? —Solo pensé que querrías algo de compañía —expresó encogiéndose de hombros. —Pensaste mal, entonces —se burló antes de salir de la mansión, asegurándose de cerrar la puerta detrás de él para que esa mujer no le siguiera.
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