Capítulo 1

1358 Words
  "Date prisa y ve inmediatamente al hospital, necesitas donar sangre", leyó Su Nan muy aturdida. De hecho, cuando ella vio ese mensaje, no solo sintió un fuerte dolor en el pecho; sino que también se quedó sumamente atónita durante un buen tiempo.   No obstante, no podía evitar ver ese mensaje; pues, el remitente era nada más y nada menos que, ‘su esposo’.   Luego de recibir ese mensaje, el sonido de la llegada de una notificación la alertó nuevamente y, al revisar de qué se trataba, descubrió que le habían transferido 500 000 yuanes a su tarjeta.   Por su parte, Nan se puso a revisar los registros de sus mensajes y, mirándolos con gran atención, los leyó cuidadosamente: "Recuerda ir al hospital de prisa". Incluso, pudo notar claramente la trasferencia de 500 000 yuanes que recibió.   Después de eso, ella volvió a leer otro de los mensajes que decía: "Recuerda venir al hospital, tienes que donar sangre". Y, de igual forma, nuevamente vio que le enviaron 500 000 yuanes a su tarjeta.   Luego de ello, la mujer volvió a leer otro mensaje donde le recordaban claramente: "Por favor, ve al hospital inmediatamente". Mientras que, nuevamente leyó sobre la transferencia de 500 000 yuanes que tenía.   ...   En realidad, durante los tres años de su matrimonio, Fu Yanchuan, su esposo, no dudó en contactarla cada vez que quiso; sin embargo, solo para pedirle que fuera al hospital a donar sangre o, mejor dicho, a vender su sangre, venderla a… Qiao Wanrou.   No obstante, a pesar de ser su esposa, siempre la trató como una completa extraña, y ni siquiera pareció importarle que lo que le pedía estaba más allá de lo que el cuerpo de Su Nan podía soportar; ya que, durante ese mes, ya habían sido tres veces que donaba su sangre.   Al ver como el hombre la utilizaba a su conveniencia, Nan se sintió sumamente triste y, tras sentarse delicadamente en el sofá, sus ojos se fueron llenando instantáneamente de lágrimas.   De hecho, debido a que la noche anterior estuvo lloviendo muy fuerte, Nan se había empapado completamente mientras esperaba que Yanchuan saliera del trabajo; sin embargo, esta mañana, ella se sintió tan mareada y débil que, ni siquiera pudo ir a la empresa.   No obstante, parecía que su esposo no sentía ni la más mínima preocupación por ella, pues ni siquiera sabía que se sentía mal, tenía fiebre y tosía constantemente: "Cof... cof".   A decir verdad, mientras sostenía fuertemente su celular, Nan dudó mucho sobre cómo responder el mensaje a aquel hombre; pero, un repentino mensaje desató la poca autoestima que le quedaba.   Luego de recibir el mensaje, Nan lo abrió y leyó atentamente: "Aunque eres la señora Fu, tú solamente ocupas ese título, lo has ocupado durante los tres últimos años; pero, dime, ¿cuándo has visto a Yanchuan? Porque él anoche durmió aquí, conmigo. De hecho, si yo fuera tú, lo dejaría inmediatamente; ya que tú solo eres la amante".   "¿Qué? ¿La amante?", exclamó Nan inmediatamente, pues se sintió un poco deprimida y conmocionada con esas palabras.   A decir verdad, Nan no podía creer que le dijeran amante y que la tratarán como una mala persona cuando ella era legalmente la señora Fu; incluso, en el pasado, no dudó en renunciar a su familia y amigos, solo para llevar a cabo ese matrimonio.   En realidad, después de leer esas palabras, ella sintió un fuerte golpe en su corazón y, sus sentimientos acumulados durante esos últimos días, estallaron repentinamente.   Por otro lado, con tal de verificar lo que acababa de decir, el remitente del mensaje le envió una foto donde se veía a Yanchuan dormir profundamente, con su rostro tranquilo y sus hermosos rasgos faciales, los cuales una vez enamoraron a Nan.   Pero, también vio que la mujer acurrucada en su hombro era Qiao Wanrou y, aunque ambos tenían los ojos cerrados, las comisuras en la boca de la mujer hicieron que pareciera como si estuvieran en un íntimo momento.   A decir verdad, Nan no podía negar que, las dos personas de la foto si parecían un par de enamorados íntimos.   Justo cuando estaba pensando en toda esa situación, su celular sonó repentinamente y, tras ver su pantalla lo más rápido posible, descubrió que era una llamada de la casa de la familia Fu.   Inconscientemente, Nan contestó la llamada a toda prisa; sin embargo, la madre de Yanchuan, Qu Qing, le ordenó inmediatamente: "Su Nan, ¿has olvidado qué día es hoy? Los sirvientes tienen su descanso hoy día; así que, apresúrate en venir a cocinar".   Sin embargo, sin prestarle la más mínima atención, Nan se burló sarcásticamente y, colgó la llamada sin decirle ni una sola palabra.   En realidad, ella siempre había sido muy cuidadosa con todo lo relacionado a Yanchuan y, sobre todo, siempre trató de mostrar un matrimonio armonioso frente a todos.   Por un lado, aunque en la empresa todos la menospreciaban, ella siempre hizo todo lo posible por desempeñar un buen papel como la secretaria.   Mientras que, en la familia Fu, la madre y la hermana menor de Yanchuan la menospreciaban constantemente y, la trataban de una manera extraña con solo alegar que ella no venía de buena familia.   Pero, a pesar de que la obligaron a cocinar, lavar la ropa e incluso hacer algo de limpieza, Nan siempre fue obediente con ellas y nunca le dijo nada a su esposo; pues no quería causar problemas y, mucho menos, ponerlo en una posición difícil con su familia.   Además, Nan ya estaba acostumbrada al trató de las dos mujeres, así que no le importaba cuánto la despreciaran los demás; ya que, ella estaba dispuesta a soportarlo todo por Yanchuan.   No obstante, en los últimos tres años, Yanchuan ni siquiera pareció recordarla en absoluto; ya que, excepto por el trabajo que le ordenó hacer en la empresa, solo le permitió donar sangre a cambio de transferirle una cantidad de dinero.   Pero, en ese momento, Nan ya estaba tan cansada de todo y, ya no podía aguantar más toda esa situación que estaba viviendo.   Además, esa no era la primera vez que Qiao Wanrou la trataba así de mal; sin embargo, aunque podía reírse de sus duras palabras, ella sintió que esa foto pisoteaba por completo la poca autoestima que le quedaba.   De hecho, después de sentir como un escalofrío intenso recorría todo su cuerpo, Nan finalmente se dio cuenta que, su matrimonio de tres años no era más que una cruel broma.   Tras pensar en todo cuidadosamente, su rostro se puso extremadamente frío y, tan solo después de unos minutos, Nan finalmente tomó una decisión definitiva.   "Bueno, es hora de terminar con esta broma", dijo Nan completamente decidida; luego, abrió el cuadro de conversación con Yanchuan y, sin dudarlo, le escribió con total inmediatamente: "Divorciémonos".   De hecho, aunque estaba un poco inquieta por lo que podía pasar, Nan sabía y estaba completamente segura que la decisión que tomaba era la más adecuada para su vida.   Por otro lado, Yanchuan recibió rápidamente el mensaje que la mujer le escribió y, aunque ella podía imaginarse la ira que él estaba sintiendo en ese momento, no esperaba que tan solo después de leerlo, él la llamara inmediatamente.   Luego, con un tono frío e indiferente, le dijo: "Su Nan, ¿qué estás haciendo? No importa cuánto dinero quieras, puedes poner un precio y te lo daré. El médico dijo que el estado de Wanrou es muy peligroso..."   Sin siquiera dejarlo terminar, Nan reprimió la tristeza que sentía, lo interrumpió apresuradamente y, mirando a su alrededor con total frialdad, le dijo con voz ronca: "Fu Yanchuan, reunámonos en la Oficina de Asuntos Civiles en una hora o, ella tendrá que esperar mucho tiempo por la sangre".   Después de decirle eso, Nan colgó apresuradamente la llamada y, realizó una operación desde su tarjeta lo más pronto posible.   Por su parte, luego de que le colgaron la llamada, el hombre recibió una transferencia de un millón de yuanes.   Tras hacer todo ello, Nan se rio tontamente como loca y, como ya no podía aguantar más, ella lloró tristemente mientras exclamaba: "Todo esto es ridículo. Es tan ridículo..."
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