Mi tragedia... mi salvación (18+)

1060 Words
  De un momento a otro mire hacia la puerta y se encontraba la señora Betty con otra persona más, cerraron la puerta detrás de ellos, y ambos se acercaron a el señor Ramos, el le dio un beso sobre los labios a la señora Betty y le dijo que se prepare. Ella se sentó en mi cama, y empezó a despojarse de la ropa y a mí me empezó a dar mucho miedo. El hombre que entrado con ella se paró al lado me tomo de las manos y me las puso hacia la espalda, yo no sabía que hacer, solo me quedo rogarles que no me hicieran daño, y lo que me dijeron fue que lo que me iba a hacer me gustaría mucho, yo solo temblaba del miedo cuando de pronto el señor Ramos saco un látigo y me dijo que si no quería ser azotada fuertemente me sacara la ropa en ese momento, el hombre que me tenía agarrada me soltó de repente y en ese momento intente escapar pero fue totalmente inútil, me agarraron del cabello y tomándome fuertemente de la blusa me la destrozaron, me llevaron hacia la cama y me colocaron esposas en las manos y pies, procedieron a desnudarme completamente, ni por más que yo forcejee, palee y grite  pude hacer algo, sentía que iban a hacer lo querían conmigo, y así fue me obligaron a verlos tener sexo con la señora Betty a los dos, luego me hicieron sentar y el señor Ramos tomo mi cabeza y puso sus dedos en mi boca abriéndola, yo aprete la mandíbula lo más que pude pero la señora Betty se levantó de donde estaba acostada y fue a buscar una fusta y empezó a darme azotes y del dolor yo la abrí, el señor Ramos introdujo su m*****o en mi boca, estaba todo cubierto de líquido seminal y salía cada vez más mientras él lo masajeaba y me dijo que si no quería seguir siendo azotada que ni se me ocurriera morderlo, así sin dejar de masajearlo con su mano, introducía su m*****o en mí boca, el entraba y salía de manera pausada, luego que pasaron los minutos fue acelerando los movimientos,  la entradas bruscamente me producía fuertes arcadas, pero eso a él no le importaba, me tomo fuertemente del cabello y hacía que llegara hasta mí garganta, luego de muchas veces lo sentí hincharse y un liquido de un sabor malo bajo por mi garganta, el emitió un sonido fuerte, saco su m*****o de mí boca y lo limpio un poco en mis mejillas, yo estaba llorando y más aún la repulsión que sentía de lo que acababa de hacer, luego de eso me agarro de las manos esposadas y me volvió a lanzar a la cama pero esta vez me puso boca abajo y me dijo al oído que se iba a comer mi lugar secreto.   Yo no podía hacer nada de la manera como me encontraba, así pues, solo me quedaba llorar por ver todo lo que me estaba pasando, sentí su respiración en mi v****a, y escuchaba que decía que por el momento no se la iba a comer que iba a ir por el lugar más apretado, yo solo apretaba mis piernas pues nada más me quedaba por hacer.   De pronto como ayuda de Dios, empezaron a sonar alarmas de policías, ellos se quedaron estupefactos de un momento a otro, pues ya era demasiado tarde para reaccionar, los policías estaban dentro recopilando evidencias para la denuncia que habían hecho, por el continuo ruido y los olores que emanaba de la casa por la droga que consumían.   A pesar de que estaba esposada y expuesta, eso no me importo, solo agradecía a Dios en mi mente por mandar a esas personas y con eso evitar que este mal nacido me violara más pues ya había hecho su acto aberrante en mi boca, pero no llego a desflorarme.   Los policías estuvieron en un abrir y cerrar de ojos en la habitación, los agarraron a los varones y a la señora Betty quien estaba acostada desnuda, por que al parecer mientras en sr Ramos intentaba violarme ellos estaban fumando marihuana ella se había quedado como ida, los policías tuvieron que lanzarle una sabana para cubrirla igual que a mi pero no sin antes ayudarme a zafarme de las esposas.   Creo que mi emoción fue tanta que aun con la sabana media puesta abrace al oficial y le agradecí que hubiera llegado pues había evitado que me violaran. El me miraba con cara de ternura y me pregunto la edad y por que yo estaba en esta casa, yo le dije que tenía diecisiete años y que el hombre que me había querido violar y la mujer drogada eran mis padres adoptivos, por eso me encontraba en esa casa. El oficial no salía de su asombro, pues nunca pensó que yo le estaría diciendo aquello, lastimosamente era la verdad, el me dijo que me tenía que llevar con ellos y llamar a servicios sociales pues aún era menor de edad y que ellos se harían cargo de mí, en lo que yo le rogué con lágrimas en los ojos que no me llevaran porque no quería pasar por servicios sociales otra vez, que yo tenia un amigo que es profesor del Instituto donde estudio que me permitieran llamarle para saber si me podía quedar con él, además ya solo faltaban casi dos meses para ser mayor de edad.   El oficial al ver mi desesperación me dijo que me ayudaría que recogiera lo que mas pudiera de mis cosas para salir de esa casa y el me llevaría a la casa de mi profesor, sin más le volví a dar otro abrazo en señal de agradecimiento, pues sentía que no todas las personas harían lo que él está haciendo por mí.   Tome una mochila grande que encontré, guarde la poca ropa que tenía, y mis cuadernos del colegio y algunos libros con los que me estaba preparando para lo de la beca de la universidad, y sin más salí, de allí no me llevaría nada más pues ellos nunca fueron los que me compraron cosas, lo poco que tenía lo adquiría con un poquito del dinero que me pagaban por las traducciones. Así fue que salí del infierno que fue mi casa por algunos años.    
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