—¿Charlie? —Llama una suave vocecita mientras pequeños deditos me zamarrean de un lado a otro. —Charlie, ¿abrirás los ojos? Ahogo un bostezo en la almohada y termino retorciéndome entre sábanas y edredones. ¡Cuánta comodidad! ¡Cuánto tiempo llevaba sin descansar de semejante forma! —¡Char! —Chillan moviéndome con mayor frenesí. —¡No me llevaste a la escuela! —arrugo el ceño aún de orbes cerradas. ¿Qué demonios? —¡Quería jugar con Sara! —¡Porqué mejor no te callas Alexandra! —Gruñe Christopher a mi lado obligándome a batir los párpados, —¡Es un día libre de escuela! ¡Charlie eres la mejor hermana del mundo! —Festeja, y yo no entiendo de qué mierda habla. —¡Te voy a dar una gran patada! —amenaza la adorable cobriza y sonrío, desperezándome carcajeo. > —Mejor aún —insiste la pe

