Hubo cierta tranquilidad en el pecho de Bastián al pensar que Lucas no tenía interés alguno en Kiya.
— El doctor y yo hemos sido conocidos, vengo aquí con frecuencia. Él aunque me tiene afecto pues no es algo amoroso sino más bien cariño fraternal.
— Es bueno saber eso.
— ¿Por qué lo dice? — ella lo miró con inocencia — no veo qué tiene de interesante lo que le acabo de decir.
— No me hagas caso — Bastián apartó sus ojos y tuvo cierto rubor — iré a dar un paseo, ¿No quieres venir conmigo?
— Pero no puedo caminar mucho.
— ¿Quién dijo que ibas a caminar?
La puerta se abrió y Kiya salió en las piernas de Bastián, él manejaba la silla de ruedas y muchas miradas se posaban en los jóvenes.
— Doble aquí a la derecha y luego sigue recto — Kiya señaló con sus manos — quiero mostrarle algo.
