Las palabras de Bastián resonaron en la habitación, cargadas de un profundo rencor hacia aquella persona que había dejado su cuerpo desvalido e incapaz de moverse. El tono de su voz dejaba entrever una mezcla de ira, tristeza y desesperanza, pero lo más impactante era que Bastián desconocía que aquel alguien era su propia prometida. El rencor en sus palabras mostraba una herida abierta, una traición que desconocía y que sin duda le causaba un profundo dolor. — ¿No crees que debes dejar el pasado en el pasado? Creo que si quieres comenzar una nueva vida al lado de tu esposa tienes que hacer esto, además ese rencor es el que te mantiene en esa silla de ruedas además de que ya te grabaste en la cabeza que no te puedes levantar cuando ni siquiera lo has intentado. — Entiendo que perdonar al

