La señora Camille hizo lo que su hijo le decía y a pesar que la abrazaba esto no funcionó, él se acercó a ella y tomó su mano entonces con el dedo pulgar empezó a moverlo en el resto de dedos. — Respira profundo y enfócate en los dedos, quiero que sepas que todo va a estar bien, no hay de qué preocuparse y si tienes problemas van a resolverse aunque no lo creas en estos momentos. — ¡Me quema! — ella empezó a mover sus manos con frenesí — ¡Mi espalda está ardiendo! Kiya se quitó la blusa sin pensar mucho, ella soplaba con la prenda su espalda pero a pesar de eso seguía diciendo lo mismo. — Mamá, ve por hielo. La señora Camille fue a la cocina y cuando Bastián miró la espalda de Kiya sintió un sudor helado recorrer todo su cuerpo, las cicatrices que está parte de su espalda tenía eran e

