(14 de Junio 2012)
Cada día era lo mismo, el traía hombres a violarme, yo no sentía nada, era ella la qué lo sentía. La hora se acercaba y Andrés llegaría, ese día yo escaparía de este maldito lugar, hoy todo se escuchaba vacío, solo la servidumbre estaba ahí.
Esa chica trajo lo que le pedí, un teléfono, tenia que contactarme con mi tío, le contaría todo lo que tengo palneado. Mataría a ese idota y de la peor manera.
“—Alice cariño, me dejarás encargarme de esto ¿Verdad?
—¡No! Yo quiero hacerlo.
—Lilith se encargará de esto, jessy tu la ayudarás.
¿Quien era Lilith? Otra personalidad, una que se desarrollo después de ese suceso, ella era fuerte, demasiado diría yo, no era débil cono yo.
Lilith era valiente, atrevida y divertida, lástima que no estábamos en un lugar adecuado.
Marque ese número que me sabia de memoria, uno, dos timbres.
—¿Si?
—Hola tío, sigo viva.
—¿Éstas bien?
—Por supuesto ¿Creyó que me vencerían? Mal tío, muy mal ¿Cómo es que no confía en su Heredera?
Su risa me hizo sentir bien, ya lo había engañado, no sabia ni sospechaba la verdad.
—¿Cuales son las órdenes?
—El sábado, tienen que venir, para entonces todos estarán muertos.
—¿Hora?
—6:30 pm, también traelo a él.
—Perfecto, él tiene a América.
—Maravilloso, tengan todo listo.
Colgué y le entre el teléfono a Irene, le Sonreí y ella asintió, sabiendo que todo esta a listo para el sábado. ¿Que haré con Andrés? Aun no lo sé, pero tengo dos días para pensarlo.
—Señorita, él quiere verla —dijo Irene y yo asentí.
—Yo me encargó —dijo Lilith, la deje tomar mi cuerpo y yo solo cerré los ojos para descansar.
•Lilith•
Bien, empecemos con esto de una vez por todas. Mi trabajo es eliminar todo lo que a ella le afecte.
Llegué hasta su puerta y toqué, escuché su repugnante voz, entré y vi que estaba solo, sabia lo que quiera.
—¿Me llamaste, guapo?
—Si, te quiero ahora.
—No creó poder cariño, traigo dolor y recuerda que los Italianos vendrán y me querrán para ellos —le digo y me acercó a él haciendo un puchero —Necesitó descansar nene.
El me sonríe y asiente.
—Esta bien, solo por que estas siendo buena chica —dice y yo me acercó más a él.
—Después te lo demostraré con acciones —le digo haciéndolo sonreír, odio esa estúpida sonrisa, se que en algún momento se la podre borrar.
Salgo de esa maldita oficina y regresó a mi habitación, borrando mi sonrisa.
—Descansa Alice, Jess y yo nos encargáremos de todo.
—¿Qué planeas? —me pregunto Jess.
—Conseguiré aliados, en algún momento Alice será hará cargó de todos los negocios de su tío, después de todo es la heredera.
—Asi que si te ganas a los Italianos, ellos te ayudarán.
—Exacto, se que en un futuro, podremos hacer negocios con ellos.
—Esta bien.
Esta tarde vendrían socios de ellos y yo tenía que entretenerlos, de una manera u otra.
“—Ya no puedo, no puedo con esto, si él se entera me tendrá asco”
Los pensamientos de Alice demostraban que tenía miedo, pero para eso estábamos, nosotras la protegeríamos.
—Él no sabrá nada, por qué no le dirás, cuando llegue el momento el sabrá la verdad, pero ahora nadie sabrá lo que pasó en esta maldita habitación, he conseguido un poco de tiempo.
Alice estaba mal, de ahora en adelante yo me encargaré de todo.
La tarde llegó y con eso, la llegada de esos italianos, su español era bueno y eran divertidos. Llegué a la sala donde estaban ellos tres, casualmente me eran conocidos, Alice tenía 10 años cuando los vio por primera vez, ellos saben quién es ella. Con una seña entendieron que tenían que guardar silencio.
—Señores, este es el regalo que les tengo por el día de hoy.
El celular de ese idiota sonó y me ordenó llevarlos a mi habitación, ellos me siguieron hasta cuándo estuvimos en la habitación hablaron.
—¿Por qué está aquí señorita?
—Mi prima me vendió, sabe que su padre me dejará todo y por ese motivo estoy aquí.
Estuvimos una hora hablando de varias cosas referente a los negocios futuros y en como ellos nos ayudarían. Un toque en la puerta nos hizo ponernos alerta. Me acerque y abrí la puerta. Era ese idiota.
—¿Cuánto quieres por ella Carlos?
—No está a la venta, ella es de Andrés.
—Vamos hombre, sabes que no te dirá nada.
—Ella es de Andrés.
—Si es de Andrés ¿Entonces por qué tu la ofreces?
Ese estúpido se quedó callado, sonreí sin que nadie me viera. Había sido descubierto.
—Creo que me quedaré con ella hasta que el llegué y poder llegar a un acuerdo.
—Ah no, eso no.
—¿Realmente dijiste no, Carlos?
Todos sabíamos que el no podría hacer nada para enviarlo, uno tomo mi mano y me saco de la habitación. Bien, ya había conseguido tranquilidad, ahora solo faltaba mi libertad.
Llegamos a la habitación de uno de ellos.
—Dormiras aquí conmigo, no te apartaras de nosotros en ningún momento.
—El sábado ustedes tienes que irse.
—¿Vendrán por ti?
—Si, esto será una masacre.
—Bien, te ayudaremos y después nos iremos.
—Bien, pero de Carlos me encargo yo.
(16 de Junio 2012)
El día esperado había llegado, Alice estaba algo nerviosa pero sabía que todo iba a salir bien.
Andrés ya había llegado y se había enterado de lo que hizo su hermano conmigo, no lo mato, ya que yo de eso me encargaría yo, pero él no lo sabía.
—Sera mejor que a las 6 tu no estés aquí —le dije y él asintió entendiendo a lo que me refería.
—Nos veremos en otra ocasión.
—Eso tenlo por seguro.
En cuanto salió de la habitación, Frank entró a la habitación, no me dejaban sola en ningún momento.
—Todos están en posición, solo esperan la orden.
—Bien, en unas horas más será un caos total, asegúrate que Andrés este afuera junto a su gente.
Los minutos pasaban demasiado lentos para mí gustó, ya quería acabar con esto de una vez por todas, en la habitación caminaba de un lado a otro, estaba desesperada, sí que lo estaba, Irene estaba en la habitación juntó a mi.
—5:30
Me detuve, el tiempo había pasado demasiado rápido, eso era bueno.
—Andrés se acaba de ir.
—Bien, en 15 minutos das la orden.
—Bien, Carlos está en el despacho.
Asentí y me prepare para salir de la habitación.
—Irene en cuanto nosotros salgamos te quedarás aquí y no abrirás la puerta hasta que sea yo, es por tu seguridad —le digo y ella asiente.
Salí de la habitación y camine directo al despacho, abrí la puerta de a golpe, el me vio molestó y yo solo le Sonreí. Cerré la puerta y comencé mi cuenta regresiva.
—He esperado este momento después tu pusiste tus malditas manos en mi.
—Deja de jugar niña, que sea la protegida de mi hermano no te hace inmortal.
—Con o sin tu hermano, yo soy inmortal, tu no puedes matarme, pero yo sí puedo matarte y tú hermano no me lo impedirá, por qué el no está aquí.
Tomo el arma y me apuntó, eso me hizo reír mientras me acercaba más al escritorio.
—Vamos házlo —le dije y reí al ver su cara de desconcierto al notar que esa arma no tenía balas. Andrés era el causante de eso.
5.
—Te lo dije.
4.
—Maldita, te mataré.
3.
—No lo creo.
2.
—En cambio yo.
1.
—Te destruiré.
El caos empezó y Carlos solo podía escucharlo y cuando el pensaba atacarme, era demasiado tarde, yo ya estaba sobre él y la daga estaba en su hombro.
Darían entro a la habitación y me ayudó a inmovilizarlo, bien era momento de vengarnos.
Haz lo tuyo Jessi.
•Jessi•
Tomé una daga y corte su ropa, lo veía tratando de soltarse.
—Te arrepentirás de todo.
La daga fue a dar en su m*****o haciéndolo gritar de agonía, pero esto aún no terminaba. No lo deje en paz hasta que me asegure que ya no tenía nada, la sangre seguía saliendo.
—Un castrado —le dije riendo en su cara —Te lo prometí, ya sabes, lo prometido es deuda y yo siempre cumplo lo que digo.
En un momento de desenfreno comencé a apuñalarlo una y otra vez en el pecho, tenía que estar satisfecha de una u otra manera, no descanse hasta ve todo su interior y también por qué Darían me habló.
Faltaba poco para que mi tío llegará.
Todos en ese lugar estaban muertos, le mandé mi ubicación a mi tío, en cualquier momento llegaría, los italianos se despidieron de mi y se fueron, le toque la puerta a Irene y ella salió, bajamos a la sala a esperar.
Lo conseguimos, ya somos libres de este infierno, ahora estarás mejor Alice, ya todo paso.
La puerta se abrió y por reflejo apunte hacia esa persona. Era Brayt, era primo de Alice, era el único que la quería y la respetaba, el no era hijo legitimo de él, si no que era adoptado y por eso era odiado por sus demás hermanos.
—¿Estás bien? —me pregunto y asentí, el suspiro y se acercó para abrazarme, no le importo si estaba manchada con sangre, aún así me abrazó.
Unos minutos después mi tío entró, seguido por Alex. Mi trabajo estaba hecho.
Parpadeó regresando a la realidad, abrazo a mi tío mientras el da órdenes de registrar toda la casa, me suelto de él y voy hacia Alex quien me abraza tan fuerte.
—¿Estás bien? ¿Te hicieron algo?
A mi mente llega todo lo que pasé, pero no puedo decírselo, tengo miedo de su reacción.
—No, estoy bien, completamente bien.