Capítulo 4

2392 Words
—Espero que de verdad logres ser feliz amiga—me dice Vicki abrazándome. Estamos en la salía del juzgado y oficialmente soy la señora Kozlov. La ceremonia fue íntima y rápida. Los únicos invitados fueron mis amigas Victoria y Natasha. Esta última estaba en desacuerdo con mi decisión. Vicki llegó acompañada por su novio Marcos Scott. Nikolai solo había invitado como testigo a un amigo. Nathan, pero este una vez termino la ceremonia Salió alegando que tenía un viaje que hacer y se fue no sin antes felicitarnos —Gracias— le digo dándole una sonrisa tranquilizadora. Natasha a su lado me da una mirada de preocupación—Deja esa cara—la reprendo—No es mi funeral. Es mi boda—ella resopla —Te merecías una gran boda y no esto—dice enojada—la abrazo también, me alejo un poco y la miro —Estoy bien así. Gracias por venir—digo —Ni agradezcas— me riñe Vicki. Se ve hermosa en su vestido manga larga rojo por encima de las rodillas —Eres nuestra amiga y queríamos acompañarte —Ya que tus padres no están— se encoje de hombros Natasha que lleva puesto un vestido de día azul eléctrico —Lo se— digo resignada. Mis padres tendrán un ataque por lo que hice, pero ya qué más da —Disfruta estas dos semanas con tu esposo solo para ti —me dice Vicki intentando aligerar el ambiente Nikolai y yo saldríamos esta misma noche a Rusia para presentarme a su padre. Lo busqué con la mirada y lo encontré hablando tranquilamente con Marcos. Se veía muy bien en su traje su mano ahora llevaba la alianza que le coloque frente al juez hace solo unos minutos. Pase mis manos por el vestido que me había puesto esta mañana y trate de calmar los nervios que me ocasionaba comenzar un matrimonio de mentira con Nikolai Había optado por un sencillo vestido blanco manga tres cuartos de encaje blanco por encima de mis rodillas y zapatos Louboutin clásicos blanco con tacón de aguja. Mi cabello lo había recogido en un moño desordenado. Nikolai se alejó de Marcos con un asentamiento de cabeza. Llego hasta nosotras y me rodeo con su brazo —Es hora de irnos Katyonak— dijo mirando a mis amigas divertido ya que Natasha lo fulminaba con la mirada—Señoritas—asiente a ellas —Lastímala y te las veras conmigo—Natasha. Su tono es duro. —Nat—digo y ella niega —Estas advertido Kozlov— dice antes de retirarse —Muy simpática tu amiga —me dice con sorna y mira a Vicki—¿Algo que decir señorita Ponce? —No Kozlov— dice como si nada— Natasha dejo claro el punto. Solo sepa que ella no vendrá por usted sola —Le dedica una sonrisa falsa antes de mirarme— Te quiero y espero que estés bien— dice antes de alejarse y llegar hasta Marcos —¿Siempre son tan agradables tus amigas? —pregunta con ceño fruncido —Solo quieren lo mejor para mí —respondo. Nikolai me guía fuera del juzgado— Ahora. Dime ¿a dónde? —Vamos a mi departamento a descansar un rato y preparar todo para el viaje a casa —Mi casa es aquí —le recuerdo. Él se detiene en las escaleras a las afueras del juzgado —Amatista—dice—Es una manera de decir. Vamos a descansar—asiento de mala gana y subimos al coche que nos espera. Este recorre las calles de la ciudad y en pocos minutos estacionamos en un garaje privado. —Llegamos— dice ayudándome a salir del auto y caminamos al elevador. No es la primera vez que vengo a su casa, pero si es la primera vez que entro sabiendo que viviré durante dos años aquí con Nikolai. El ático de Nikolai está frente a Central Park. Un dúplex de dos pisos de 590 metros cuadrados con un espacio exterior adicional de 1071 pies cuadrados en dos terrazas con vistas al parque. Debía admitir que era impresiónate y hermoso La gran sala de estar da al parque con una gran terraza envolvente, una exhibición en la esquina y una chimenea de gas, tiene un estudio/ biblioteca con vista al parque y un gran comedor orientado al sur y al oeste. El salón tiene grandes puertas francesas que conducen a la terraza con vistas al parque y sus ventanales van desde el piso al techo La terraza exterior es mi preferida ya que era plantada, equipada con un sistema de riego, iluminación, un sistema de altavoces y un toldo motorizado. Me permitía disfrutar de las mejores vistas del parque y me proporciona paz. Otra de mis cosas favoritas de este lugar era sin duda su cocina con despensa, un gran comedor informal y una sala de servicio con baño privado. La cocina era de calidad profesional, totalmente equipada con una isla húmeda, un horno y estufa, un horno adicional y un cajón calentador, lavavajillas, un refrigerador/congelador bajo cero con cajones fríos adicionales, dos fregaderos y una nevera de vino. También había una entrada de servicio y un ascensor que sirve a los dos pisos del Pent-house. El piso de arriba, que abarca toda la exposición oriental del apartamento con vista a Central Park se encuentra la suite principal incluyendo un amplio dormitorio en la esquina, una elegante sala de estar y un baño completo. El baño principal se complementa con un vestidor. Sin duda, Nikolai no escatimo a la hora de hacerse de un lugar en esta ciudad ya que además de la comodidad del dúplex, el edificio ofrecía a sus residentes un restaurante privado, una biblioteca, una sala de proyección, una sala de billar, un centro de negocios, un conjunto de salas de entretenimiento con un gran patio adyacente, piscina, garaje en el edificio que permite el acceso completamente privado a la propiedad. Sin embargo, me parecía frio e impersonal ya que su decoración era sobria y sin muchas cosas personales. Subimos en silencio y mi mente va a mil por horas ahora que esto comenzó. Llegamos a nuestro piso y Nikolai me abre la puerta dejándome entrar —Bienvenida a casa Katyonak—dice en voz baja detrás de mi causándome escalofríos—Espero que te sientas como en casa —Yo también lo espero—digo sintiendo las manos de mi ahora esposo rodear mi cintura desde atrás y dejar besos por mi cuello—Pensé que querías descansar—digo sonriendo sin poder evitarlo —Aún tenemos tiempo— Su tono es bajo. Me da la vuelta y cubre mis labios con los suyos. Lleva sus manos a mi cabello y deshace mi recogido dejando mi cabello suelto —Vamos a la cama Katyonak—dice pegado a mis labios. Asiento y me dejo llevar por lo que me provoca Nikolai. Sus manos y su boca pueden conmigo y no quiero resistirme a lo que siento cuando estoy con él. Durante unas horas me entrego al placer que mi recién estrenado marido me proporciona. ⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ Me remuevo entre las sabanas y encuentro el lado opuesta de la cama vacío. Las cortinas de los grandes ventanales están corridas y puedo ver los edificios a lo lejos. Miro alrededor de la habitación decorada en tonos blancos y grises. Esta desierta. Nikolai debe estar abajo. Miro el reloj despertador y veo que aún tengo tiempo para prepararme para el viaje. Me levanto de la cama desnuda y camino hasta el baño para darme una ducha caliente. Una vez lista salgo y entro en el dormitorio donde descansan mis pertenencias junto a las de Nikolai. Él había sido enfático en que llevara todas mis pertenencias lo antes posible y así lo hice, también mi maleta estaba hecha y tenía muchas cosas que Nikolai se había encargado de darme para el clima frío de San Petersburgo. Me vestí con un vestido manga corta rosa y me puse mis sandalias negras favoritas. Nikolai me había informado que no me preocupara por el frío ya que un coche con calefacción nos esperaría al bajar del avión y la casa contaba con el mismo sistema.  Me maquillé un poco y dejé mi cabello suelto. Las únicas joyas que llevaba puestas eran los aretes de oro blanco que mi abuela me había regalado cuando cumplí dieciséis y mis anillos de boda. Una vez lista salí de la habitación y me decidí a buscar a Nikolai. Mientras avanzo escucho voces en la sala de estar y me encamino hasta allí. Por un momento pensé que me encontraría con Laura, el ama de llaves de Nikolai. Pero no. Sentada en uno de los sofás se encuentra Nina Richard mientras Nikolai está sentado frente a ella con el portátil en su regazo dictando órdenes. Odio a esta mujer y me purga que Nikolai la tenga alrededor todo el maldito tiempo. Esta se percata de mi presencia y me fulmina con la mirada. —Buenas noches— digo haciendo que Nikolai levante la mirada de su portátil y me dé una mirada plana— ¿Interrumpo? —pregunto dándole una mirada a Nikolai. —Para nada—responde antes de mirar algo en el computador y darle una mirada a Nina—Terminamos por ahora, en el viaje concluiremos lo pendiente—dice. Esta se pone de pie y le da una sonrisa a Nikolai antes de voltearse y mirarme —Felicitaciones por la boda Amatista— su sonrisa es falsa y sé que a Nina le fastidio tanto como ella me fastidia a mí. —Gracias—digo en tono cortante. Nikolai levanta la ceja. Sabe que no nos soportamos y no hay manera de que haga el viaje con ella en el mismo avión — De ahora en adelante señora Kozlov. Si no te importa—le digo lo más serena, pero queriendo hacerle una peineta a la perra. Nikolai carraspea. Nina se pone roja de ira, pero no me dice nada y solo asiente —Nos vemos en el aeropuerto Nikolai—la perra lo trata con una familiaridad que me enferma y estoy a un palmo de darle un guantazo—Señora—dice entre dientes en reconocimiento y sale dejándonos a Nikolai y a mi solos Cuando la puerta principal suena anunciando la salida de Nina miro a Nikolai que se ve fresco con su camiseta manga larga de algodón color blanca y sus vaqueros, su cabello está muy corto como de costumbre, lleva botas y las únicas joyas son su reloj y su alianza de matrimonio. Sus ojos verdes me estudian y sé que espera mi explosión —¿Descansaste? —pregunta y yo resoplo —Estas loco Nikolai si crees que la perra esa y yo vamos a viajar contigo en el mismo avión. —Amatista—dice exasperado—Ella es mi asistente y debe viajar conmigo. En Rusia tengo mis oficinas centrales y —Y nada Nikolai—lo corto fulminándolo con la mirada —me importa una mierda si es tu asistente, confidente, amante o lo que te dé la gana que sea. Pero, ella y yo en el mismo avión no va a suceder—Me fulmina con la mirada, pero no me importa— Mándala en un avión comercial en primera clase si tanto te importa. Pero solo una de las dos va a subir contigo al avión y será mejor que pienses bien quien es más indispensable para tu ida a San Petersburgo Sin dejarlo replicar subo las escaleras y regreso a la habitación. Es increíble cómo Nikolai puede pasar de ser considerado a ser una mierda total de un momento a otro. Camino hasta las puertas francesas y salgo a la terraza donde me recibe la mejor vista de la ciudad. Me quedo allí de pie mirando la ciudad ¿de verdad puedo hacer que Nikolai se enamore de mí en este tiempo? Niego frustrada por la situación —Amatista—la voz de Nikolai interrumpen mis pensamientos y lo veo de pie a un lado de la cama que aún sigue desecha por nuestra tarde de sexo nupcial. Sin decir nada, camino dentro de la habitación y solo me quedo allí mirándolo. Este suspira y pasa sus manos por el rostro antes de mirarme serio —Ya dispuse de un boleto para Nina mañana a primera hora—no digo nada y lucho por la sonrisa de victoria que quiere salir pero me aguanto porque sé que cabrería a Nikolai. Así que solo asiento —Gracias por entender— El extiende su mano, la tomo y solo por este momento me imagino que esto es real y que me ama como yo a él —Se lo que odias a Nina, pero si queremos llevar la fiesta en paz debes de entender que entre ella y yo ya no hay nada desde que tu estas en mi vida—cuando habla así no puedo evitar que mi corazón se acelere —Cada vez que la veo solo pienso que te acostaste con ella—comento tratando de alejarme, pero su agarre se aprieta y no me deja alejarme —Deja de pensar en eso. Ella fue un error de hace tiempo. Nunca estuvo aquí—dice haciendo un gesto con su mano señalando la habitación. —No sabes lo agradecida que estoy por el detalle—me mofo y él rueda sus ojos —Cuando aceptaste nuestro acuerdo me comprometí a ser fiel y respetarte como mi Zhena—dice y lo miro sin entender—como mi esposa Katyonak— repite hablándome hasta su lado —Está bien. Gracias de verdad por hacer esto por mi —digo pasando mis manos por su torso duro. Asiente —Vamos. Bajemos las maletas. Ténemos un viaje que hacer— me suelta y camina hasta la pequeña sala de estar que esta antes del vestidor y toma ambas maletas dándome una mirada divertida —¿Qué?—le digo haciéndome la desentendida tomando el pequeño bolso de viaje que está en el sofá frente a la cama—Yo dirijo el camino. Tú traes las maletas—Salgo de la habitación no sin antes escuchar la risa entre dientes de Nikolai.
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