—Demian, no quiero ir rápido con esto, o sea, es lógico que me atraes bastante, ¡Carajo! Que bien besas, pero no quiero que se joda, apenas y te conozco, creo que hay más cosas por decir —espeto mientras acaricio su mejilla, creo que todo lo que digo es ilógico, más cuando me encuentro sentada sobre sus piernas en su habitación y nos hemos estado besando los últimos quince minutos.
—¿Qué es lo que quieres saber exactamente?
—Podríamos empezar con ¿Qué eres? Porque no soy tonta, no eres humano.
—Ya veo, puedes sentir auras también, ¿Desde cuándo? —pregunta curioso mientras retira un mechón de mi cabello colocándolo tras mi oreja.
—Desde niña, es un don que ha estado presente en cada generación.
—Ya veo, Kali, quiero algo en serio contigo, pero tengo miedo de decirte lo que hay tras de mí, dame un poco de tiempo para poder explicártelo, prometo que lo haré, tenme fe —dice en una súplica, suelto una pesada respiración, su barba hace cosquillas sobre la palma de mi mano, le doy una sonrisa y asiento.
—Está bien, poco a poco, pero no me acostaré contigo hasta que me digas todo —sentencio, se muerde el labio.
—¿Y sí te hago caer? Puedo seducirte si me lo propongo, Kali Ann.
—Inténtalo y te quedarás como calentador en verano —digo divertida, él arquea una de sus cejas confundido.
—¿Cómo?
—Ardiente y sin usar.
—Que mala —responde haciendo puchero, luce patéticamente adorable.
—No soy mala, solo quiero algo en serio contigo.
—¿Qué tan en serio?
—Lo suficiente como para pensar en un futuro juntos, ya estamos grandes, no quiero comportarme como adolescente, ¿Me explico?
—Entonces estamos en la misma sintonía, me gusta, en verdad busco una relación seria.
Se recuesta en la cama llevándome con él, desde este ángulo luce bastante relajado, rozo su nariz con la mía y doy un casto beso sobre sus labios.
—No tienes idea de lo mucho que deseaba encontrarte, Kali Ann —dice en voz ronca, hundo mi rostro en la curva de su cuello y comienzo una serie de besos y suaves mordidas en esa zona haciéndolo jadear.
—¿Qué me has hecho, Demian? Jamás había deseado tanto a alguien.
—Ni yo, pero soy un fiel creyente de que encontramos nuestro destino y seguramente tu eres el mío en más de una manera.
Me siento a horcajadas sobre él poniendo mis manos sobre su pecho, veo una sonrisa lasciva de su parte, levanto mi mano negando con mi índice.
—No es lo que piensas, solo que así puedo verte mejor.
—¿Tienes planes para mañana?
—Debo ir a la tienda, desde que Georgia llegó no he ido a trabajar, seguro tendré mucho que sacudir, no entiendo como entra polvo cuando todo está cerrado.
—¿Te llevarás a Ruth contigo?
—Ese es el plan, no creo que sea buena idea dejarte como niñera, seguro ella te cuidaría a ti.
—¡Oye! —llama mi atención haciéndome soltar la risa, su rostro se enternece al instante—. Luces hermosa cuando sonríes, pero volviendo al tema ¿Puedo ir con ustedes? Eso de estar solo no me agrada.
—Te voy a poner a trabajar si vas conmigo.
—Puedo ser un buen empleado, puedo cargar muebles y lo que necesites sin problemas, me puedes pagar con muchos besos —dice jugueteando con sus cejas.
—No podemos besarnos así frente a Ruth, es una nena.
—Claro que no haremos desfiguros frente a una niña, pero yo ya tenía planes de salir contigo mañana —arqueo una de mis cejas ante su declaración.
—¿De verdad?
—Si, hoy hablé con Kole antes de llegar acá, sabe que me gustas, lo que quiero contigo, a lo que me dedico y demás, así que dijo que después de trabajar se haría cargo de Ruth, creo que invitará a Joyce al cine o algo así.
—Ahora entiendo porque estaba tan relajado diciendo que eras su cuñado.
—Solo quiero pasar tiempo contigo, es la primera vez que me tomo vacaciones, aunque mi hermano Patrick no ha dejado de enviar mensajes al igual que Andrew, mi amigo y socio.
—Eres un hombre ocupado por lo que veo, ¿Qué pasará cuando se acaben tus vacaciones?
—¿A qué te refieres?
—Tú y yo, imagino volverás a Nueva Orleans —respondo agachando la mirada y soltando una pesada respiración—. Yo me quedaré aquí y no creo en los romances a larga distancia —suelto pesarosa, me toma por la cintura y de un ágil movimiento nos hace rodar sobre la cama quedando sobre mí.
—No te dejaría, puedes venir conmigo, vivir juntos —mi pulso se dispara ¿Es en serio? No sé si estoy lista para ese paso, pero en sí no me gustaría dejar Salem, no sé si podré adaptarme a Nueva Orleans.
—Demian, iremos despacio, ¿Quieres?
—¿No te gustaría vivir conmigo?
—No quiero mudarme tan lejos, me gusta Salem, aquí está mi vida y… —su pulgar va a mis labios silenciándome, siento esa corriente eléctrica recorriendo cada rincón de mi cuerpo.
—Yo también puedo mudarme, no sé, puedo comprar alguna propiedad por los alrededores, porque respeto que esta es tu casa familiar, la compartes con Kole y yo no pretendo aprovecharme de ello, la mayoría de mis negocios los resuelvo por llamadas, aunque una que otra vez tendría que salir fuera de la ciudad, pero no tardaría mucho, quiero demostrarte que estoy dispuesto a darlo todo, Kali.
—Eres increíble —espeto con mis ojos cristalizados, estoy conmovida con todo lo que está diciendo, me devuelve una sonrisa y se acerca besando mis labios suavemente.
—Mañana tendré una sorpresa para ti.
—Con que estés conmigo me basta.
Roza su nariz con la mía y luego se incorpora quedando de pie al costado de la cama, extiende su mano hacia mí, la tomo y me ayuda a incorporarme, me sujeta entre sus brazos y olisquea mi cabello.
—En verdad, Kali ¿Quieres estar conmigo sin importar lo que llegue a ser?
—Ya te dije que hay peores monstruos Demian —levanto la mirada y noto como suspira, me paro de puntas dándole un beso más.
—Te quiero, grandulón, ahora, creo que tu debes descansar, yo debo hacer algunas cositas aun.
—¿No quieres dormir conmigo?
—Tu no quieres dormir, quieres una noche entretenida y ya te dije que eso será cuando hablemos de todo.
Su expresión pareciera de derrota, sé que quizás lo agobio con el tema, pero quiero saberlo todo, así como yo fui capaz de decirle que soy bruja, quiero sinceridad de su parte, aunque admito que no se parece en nada a alguno de los seres a los que he enfrentado antes, ¡Al fin un espíritu sexy!
—Pronto, lo prometo, pero quiero que nos enfoquemos en cosas simples primero.
—¿Cómo?
—Tu cumpleaños, película favorita, color, comida, momento feliz, flores, entre otras cosas —con esta última frase veo como sus ojos centellean, suspiro de inmediato.
—Quisiera dormir contigo, solo dormir, jamás lo he hecho con alguien.
—¿En serio? —pregunta con sorpresa.
—No mal entiendas, no soy virgen, a lo que me refiero es a que nunca me he quedado a dormir con un chico, nunca he despertado con alguien a mi lado, creo que mis relaciones son como una comedia trágica que se limita a un acostón de poco tiempo y luego de eso se acabó.
—Ya veo, tu para mi no eres eso, quisiera solo verte dormir a mi lado —noto como sus mejillas se sonrojan y agacha la mirada—. Lo siento, me desarmas y me pongo cursi.
—Tranquilo, me agrada, eres grandioso, ahora, debo ir con Ruth para llevarla a la cama, ducharme y dormir que mañana tendremos un gran día en la tienda.
—Y me beberé tu café.
—¿Por qué no bebes el tuyo?
—Sencillo, él tuyo siempre sabe más rico, es como si dejaras una parte de ti al tomar un sorbo, no sé si me explico.
—Lo entiendo, pero a este paso tendré que tomar una taza más grande, te lo acabas y me dejas sin nada.
—Prometo que te regalaré una linda taza.
—Mas te vale.
—Es una promesa, ahora, si no sales en este momento de aquí, te quedarás a dormir conmigo.
—No lo creo.
—Rétame —dice sonriendo con autosuficiencia, sonrío y me aparto de él tirándome de nueva cuenta sobre la cama, niega con su cabeza divertido y se encamina hacia la puerta, veo que está a punto de bloquear el pestillo y me levanto de un salto de la cama.
—¡Oye!
—Yo te lo advertí, brujita.
Le hago puchero agrandando mis ojos, ríe y abre la puerta para mí.
—Jamás te haría algo que tu no quieras —espeta para luego besar mi frente.
—Prometo dormir contigo pronto.
—Por ahora me das mucho, Kali Ann.
—Buenas noches grandote.
—Buenas noches, descansa brujita —me da un suave beso, me relajo con su contacto, por alguna extraña razón siento que podría confiarle mi vida sin problemas, en verdad que vino a mover muchas cosas en mí, solo espero que esto sea lo mejor para ambos.