Jess y yo conocimos a Emma unos veinte minutos antes de las 10 de la mañana el día de su presentación. Jess se graduó de la misma universidad que Emma, así que ya la conocía bien. Emma nos esperaba fuera del auditorio cuando llegamos. Amasaba nerviosamente las páginas en su mano y paseaba de un lado a otro. "¡Hola, chicos!", gritó. "Muchísimas gracias por venir a apoyarme. ¡Dios mío, odio este tipo de cosas!" "Todo el mundo lo hace", dijo Jess, "a menos que seas narcisista. Por eso lo hacen obligatorio en casi todas las carreras. Solo recuerda que casi todos aquí estamos en la misma situación y estamos igual de nerviosos". —Lo sé, lo sé. Pero aun así no ayuda. —Se removió nerviosa. —Ya sé que no. Pero te hará bien. Bien, entremos y busquemos asientos —dijo Jess. Era la primera vez qu

