Los recuerdos de aquel chico

1023 Words
18 de diciembre de 2016 Fiesta de graduación... «Por fin me atreví, aunque todo mi cuerpo está temblando, siento que debería verla por última vez, siento que sin ella...mi vida no seria lo mismo. Estoy dispuesto a intentarlo una vez más, ¿y soy capaz de pedirte perdón? No lo se, llegue hasta acá por un capricho mío de querer volverte a ver. ¡Vamos Jordán! Esta será mi ultima oportunidad, pero...cada paso que doy, cada movimiento que quiero hacer; recuerdo como te conocí... 10 meses atrás... 14 de marzo de 2016 «7:30 am suena el despertador, un amanecer tranquilo y cálido, pero lo disfrutaría más si no fuera tarde para ir al colegio», levantándose de la cama. —¿Qué estás esperando? ¡Toma tu desayuno y vete de una vez, como siempre comenzando mal tu primer día en el colegio! —exclamó la mamá de Jordán un poco exaltada.  «Nadie es perfecto madre querida. En efecto este será mi primer día en el colegio y el ultimo de mi vida escolar porque estoy en mi último año, tal vez me convierta en popular o haga una locura. Asentí con mi cabeza y salí corriendo, pero maldita sea, me olvide mi pasaje. No hay de otra tendré que correr otra vez, menos mal está ceeerca el colegio».  -¿Porque dijo ceeerca? Un ejemplo, tu casa eres tu, y la persona que te gusta es el colegio. Ya entendiste creo. «Al correr escucho mi apodo "Manin", ese apodo me colocó por la costumbre de decir mano en vez de hermano, tal vez luche para que se considere una palabra normal. Espera un momento, en primera diría que es un desconocido, pero esa parada de futbolista la conozco». —¡Oh! ¡Mi estimado Carlos! —exclamó Jordán con mucha confianza. —¿En que estas, manin? —Alzando la mano. —Aquí conversando sabiendo que es tarde para ir al colegio —respondió Jordán con ironía. —¡Verdad no! Pero que esperas tomemos un carro. —Me olvide mi pasaje —comentó Jordán con voz anodina. —No hay problema. Yo te presto, manin 30 minutos y tráfico mañanero después... —Aprendí una lección, nunca te quedes a hablar en medio de un paradero cuando estás a punto de llegar tarde —dijo Jordán, mientras miraba la puerta cerrada. —Peor era no venir —comentó Carlos, mientras compraba un helado. -Un comienzo malo para los chicos de secundaria, pero sin percatarse a su alrededor una chica se le acerca a Jordán. —¿Disculpa, me podrías decir la hora? —pregunto Alessandra con voz melódica. «Esto es lo mejor que puedo hacer, mi cuerpo no aguanta de los nervios». «Espera, esta chica nunca la he visto por aquí». —Disculpa ¿Te he visto por aqu... —¿Qué....qué sucede? —nerviosamente. —¿Ese es tu cabello? «¿Que?». —No entendí tu pregunta —mientras lo miraba todo nervioso a Jordán. «¡¿Como vas a preguntar eso?! ¿Qué dirá? Que soy el loco cabello».  —Quise decir, que hermoso cabello, es que es el mismo color que utiliza mi madre. «Que grande que eres Jordán, siempre sales ganando». —Oh, está bien, pero lo que quería preguntarte es... —Disculpa amiga son las 8:20 en 10 minutos abrirán la puerta otra vez, vamos tarde —respondió Carlos. —Eso es lo, que quería saber —retirándose rápidamente a la fila de mujeres. ¿Qué estas haciendo manin? Tu comienzo, y te toca una buena chica. Este año, si o si es para ti. «Ese comentario me hizo daño, y no se porque» —Te parece, si dejamos de hablar de este tema. Yo con alguien, ni en los sueños de Alicia en el país de las maravillas versión masculina. —Eso sí fue raro. —Solo, vamos a la fila de hombres —empujando a Carlos. «Esa chica era tan hermosa, ósea me imagino estando en un campo de girasoles, sea un atardecer, y que esté esa chica. Ufff solo diré ¡Gracias Dios! Espero volverme a encontrar a esa chica, presiento ser de su agrado»  -Depende de ti, si quieres hablar con ella. Siendo sincero, el chico cabello loco seria un gran apodo, así como el come galletas. «Ese chico es medio raro, ¿Cómo va a decir "Ese es tu cabello"? Por suerte su amigo me ayudo con la hora, aunque parecía ser una buena persona», pensó Alessandra, mientras se arreglaba el cabello. «Estoy un poco nerviosa, pero debo tranquilizarme es mi último año de colegio, aunque nunca he hecho amigas, no soy la típica nerd del salón, yo también sufro para sacar buenas notas. Si no fuera porque mis padres decidieron llevarme a este colegio, porque según ellos, tienen la carrera, que me puede ayudar a estudiar en otro país. La verdad, no quiero, pero no tengo el dinero suficiente para pagar lo que verdaderamente me gusta». 10 minutos después y abrieran la puerta del colegio... —Estimado ¿Dónde será nuestro salón? —Creo que es el segundo pabellón — Estimado, mejor preguntemos al auxiliar  —¡Oye! —¿Qué? —Deja de llamarme así, parece muy formal y somos amigos desde hace tiempo —respondió Carlos malhumorado. «¿Formal? para nada, ese apodo te pusimos por la diferencia que haces cuando estás con tus amigos y las chicas, por momentos un chico respetuoso, gentil y por el otro un arrebatado en tu barrio.  Me gusta ese apodo, así no sabrán si es por que te respetamos o por que es una broma, aunque por dentro eres un gran chico sin importar quien necesite ayuda, tu defiendes a aquel que sufre, y soy consciente de eso». —¡Lo encontré! —Bien hecho estimado —Deja de decirme así —hablando entre dientes Carlos. -Acercándose al salón «Un momento; hay alguien que está parada en la puerta y no es precisamente alguien del salón......imposible» —¡Eres tú! —¡Oh! Eres tú.....este, no me respondiste, y me preguntaste algo raro. No te entendí del todo. «¡Eres un gran idiota! Ahora, pensara que soy el raro del salón». — Disculpa, me deje llevar —sobándose la cabeza . —¿De que te dejaste llevar?  —De tu hermoso cabello —respondiendo inconscientemente.  —¿Que? —sonrojando  sus mejillas. —Alumnos ¡Por favor! Dejen de seguir conversando, y pasen a la clase —respondió el profesor con voz anodina. «Es una chica tranquila, y muy bonita, ¡Gracias dios! Escuchaste mis plegarias. Ahora, veré como puedo hablarle, y más adelante si en algún momento necesita mi ayuda, yo estaré presente para salvar esa sonrisa». 18 de diciembre de 2016 «¿Porque estoy recordando esto? Verdad, así fue como comenzó nuestra historia, ojalá retrocediera el tiempo para hacerlo bien, pero estoy aquí presente y tal vez sea mi última oportunidad de decirlo». -La vida no siempre es color de rosas, pero hay veces, que tenemos que sonreír, y demostrar a todos que todavía tenemos con qué luchar en este juego llamado vida. Siguiente capítulo: Mi nombre es
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD