Capitulo 4

1409 Words
EMILY Había pasado una noche infernal en medio del paraíso, irónico pensé. Había tenido pesadillas toda la noche donde la escena de Tom cogiéndose a Becca no dejaba de reproducirse, varias veces me desperté llorando. No había salida en mi cabeza. Me levante molesta conmigo misma por estar dándole entidad en mi vida a dos personas que no se lo merecían en lo absoluto, había jurado que iba a renacer en una nueva Emily y debía hacerlo. No quería que siguieran consciente o inconscientemente teniendo el poder de lastimarme más de lo que ya lo habían hecho. Tome una larga ducha y me puse la misma ropa que tenía el día anterior, agarre mi bolso las llaves de la habitación y me fui de compras porque uno de los primeros pasos a la renovación era cambiar por dentro y por fuera, hoy me iba a consentir y comprar ropa para mi nueva yo. Pase toda la mañana comprando, nuevos modelos que ya moría por vestir y muchos trajes de baño, ya era casi mediodía cuando estaba repleta de bolsas y me di cuenta que no había desayunado y estaba empezando a sentir la falta de alimento asique mientras caminaba de regreso al hotel visualice un lindo restaurant cerca de la playa. Estaba por entrar cuando sentí mi cuerpo chocar contra algo duro y caer al piso junto con todas mis bolsas. -Porque no te fijas por donde vas niña- Me dijo una voz muy varonil, levante la vista y un hombre de ojos azules de complexión grande y rostro de envidia me miraba con enfado- Eres un peligro y me hiciste perder el taxi. No me dejo replicar ni una palabra que lo vi perderse por el camino, idiota pensé, que se creía. El me choca y ni siquiera es capaz de ayudarme con las bolsas, hombre tenía que ser. Luego de disfrutar de un exquisito almuerzo regrese al hotel donde pase buena pare de la tarde acomodando la ropa en el vestidor, estaba contenta con lo que veía. Todos se sorprenderían de verme usar ropa sexy, pero esta iba a ser una nueva yo. Me puse un bikini de dos piezas n***o, me até el pelo en una coleta alta, unas sandalias y un vestido n***o de playa sobre el bikini y fui a la playa. Ya era casi el atardecer cuando escuche el sonido de música a la lejanía por lo que me levante y comencé a caminar, pude divisar un paraje en la playa donde había una pequeña fiesta y la idea de ir se me antojo fantástica. Fui mezclándome con la gente que bailaba, no parecía muy lleno, pero había la suficiente, me acerqué hasta la barra donde un chico castaño de ojos verdes me sonrió. -Que vas a tomar princesa? - Me sorprendí ante el piropo, no es que nunca haya recibido uno, pero toda mi relación con Tom trate de pasar desapercibida para los hombres. -Voy a dejar que me sorprendas- Le dije mirándolo a los ojos, yo no tomo mucho por lo general y cuando lo hago siempre pido lo mismo asique en este momento me había puesto en manos de un desconocido. -Tienes suerte de que este trabajando si no ya te hubiera invitado uno- Sonreí ante su propuesta- Aquí tienes que lo disfrutes, la casa invita esta vez. -Gracias. Gire y no di dos pasos cuando choque contra alguien y accidentalmente derrame mi bebida sobre su ropa, morí de la vergüenza y ni quise mirar. -Otra vez tu niña?- Esa voz… vagamente me sonaba, ¿pero de dónde? - Mira como dejaste mi camisa. -Tu! - Fue lo único que pude decir al reconocer al hombre que me había chocado en el restaurante hoy al mediodía. -Que está pasando Henry? - La voz de un hombre se hiso presente entre ambos. -Que no puedes fijarte por donde vas- Me dijo el que ahora ya tenía nombre- Es la segunda vez en el día que me chocas. -Perdón? - Dije confundida sabiendo que la vez anterior él había sido el culpable y ni me había ayudado- La primera vez me empujaste tu, imbécil, asique tómalo como que estamos a mano. -Qué? - Pregunto incrédulo ante lo que había dicho mientras que su amigo nos miraba sin dejar de sonreír ante la escenita que estaba presenciando. -Lo que escuchaste, esto ha sido un accidente, pero tu ni te molestaste en ayudarme después de tirarme al piso- Exclame- Vaya prospecto educado de hombre- Ironice. -Me estas llamando maleducado? - Pregunto ofendido- Quieres que me disculpe cuando tú me chocaste a mí y dos veces? -Por favor, de ti no quiero nada- Gire para marcharme, que tipo más insufrible por dios. No fui muy lejos cuando la voz de su amigo me detuvo... -Preciosa no te vayas así- Dijo acercándose- Mi amigo se disculpará contigo por ser tan poco caballero. -Disculparme? Ni hablar- Escupió el insufrible- No me voy a disculpar con una niña engreída. -Me acabas de llamar niña engreída? - Dije llegando al límite de mi furia, este hombre estaba sacando lo peor de mí. -Ay no, otra vez no- Intervino su amigo- Por favor que reine la paz y vamos a divertirnos. No me iba a soportar tanta altanería de parte suya asique di media vuela y me fui dejándolos solos. Regrese al hotel con un humor de perros, lo único que quería era tomarme un trago y pasar un buen rato y todo se fue al tacho por culpa de ese estúpido hombre llamado Henry. Maldito. Iba pasando por la entrada cuando la chica de la recepción me llamo haciéndome señas, no tenía muchas ganas de hablar y dudaba que hubiera algún recado para mí ya que nadie sabía que estaba aquí. -Te encuentras bien? - Me pregunto una vez que me acerque -Sí, dime que necesitas- No sonó bien lo sé, pero no estaba de ánimos para hablar. -Si claro, hoy llamaron preguntando por usted, algo de un movimiento con su tarjeta- Me dijo- Luego llamo un señor en nombre de un tal Tom Beccker, preguntaron si estaba registrada en este hotel y dieron su apellido de casada y soltera. Me quede en silencio sin saber que decir, creo que palidecí un instante porque lo último que quería era que Tom me encuentre y peor que eso, tener que verlo. -Que le dijiste? - Traté de sonar lo más entera que pude. -Bueno yo le dije que no estaba alojada aquí- La mire sorprendida- Sé que no está bien lo que hice, no debí mentir sobre todo porque la reserva está a su nombre, pero supuse que usted no quiere que él sepa que está aquí y siempre hay una razón para huir. -Él es la razón por la que hui- Dije- Me casé con un hombre que se estaba acostando con la mujer que consideraba como una hermana y los descubrí en mi propia boda haciéndolo. -Que maldito canalla- Dijo- Por cierto, soy Maggie. -Gracias Maggie- Sonreí sincera- Mi nombre es Emily. -Bueno Emily te encuentras en el paraíso asique espero que te ayude a encontrar tu nueva vida y tomas correctas decisiones. Fui directa a mi habitación pensando en eso, decisiones. Sabía que debía tomarlas porque de hecho este viaje en parte era para eso, pero como hacerlo si aún no tenía ni idea de cómo, Estaba segura que ya no quería ser como antes pero también sabía que necesitaba superar el dolor, dejar el odio atrás y ver que quería hacer y en quien me quería convertir. No podía dejar de pensar en lo mucho que la vida puede cambiar de un momento para otro, hace apenas un día estaba caminado al altar casándome con el que creía era el hombre de mi vida, del que estaba enamorada y al que había elegido para casarme. Pero también para mi desgracia ese que se había convertido en mi marido fue el que más daño me había causado, rompiendo mi alma y mi corazón. ¿Podía dejar de quererlo de un día para el otro? No lo sabía, sabía que ahora estaba dolida y que dentro sentía que era odio y asco lo que me producían, pero también sabía que necesitaba olvidarlo aun sin saber si podría. Mi mente era un completo caos en este momento. No los iba a perdonar y no quería verlos de eso estaba completamente segura, pero tenía que empezar a pensar en mí.
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