HENRY Dos jodidos días habían pasado desde lo de Emily, dos días en los que me sentía roto, vacío y sumamente abrumado y aunque la extrañaba horrores no podía llamarla y pedirle explicaciones, había algo que me frenaba cada vez que quería hacerlo. Había muchas cosas que no entendía, pero de nuevo mi maldito orgullo era más grande, Máximo y Maggie me reventaron el teléfono, pero quería estar solo... lo necesitaba. Ya era casi mediodía cuando tomé una ducha y decidido a salir de mi agujero personal pensé en volver al único lugar donde soy feliz, mi cocina. Tenía que despejar mi cabeza y sacarla de allí al menos por unas horas. -Henry- La voz de Máximo me toma por sorpresa, definitivamente voy a quitarle las llaves. -Joder! Me vas a matar del susto. -Se puede saber que paso? – Pregunta

