Capítulo 2: Quizás ya era nuestro destino

1016 Words
Pasaron los días desde aquel domingo en que mi amigo Víctor me dijo que le gustaba, yo traté un tiempo de evitarlo porque realmente estaba confundida, en cierto modo creo que yo ya sabia que él sentía algo más que una amistad pero siempre que pensaba en esa idea la rechazaba, me preguntaba cómo Víctor se va fijar en mí habiendo chicas muy guapas. Soy solo una chava demasiado normal, nunca he creído ser bonita, entre que estoy alta, mido 1.70, tengo complexión delgada, piel blanca, cabello c***o entre castaño y rojizo. No lograba entender porque mi amigo de toda la vida con quien comparti mis años escolares, me iba a ver con otras intensiones que no fueran más que una amistad. Miles de pensamientos me bombardearon durante esos días y para ser honesta en realidad a mi Víctor también me gustab, pero por mis inseguridades y mi baja autoestima, no creía que fuera correspondida. Fui a casa de mi amiga Elizabeth a visitarla y a ponerla al tanto de lo que había pasado con Víctor, ella se río de mi pues me decía que ya todo mundo sabía que yo le gustaba a Víctor, únicamente era yo la que no me quería dar cuenta, y era cierto lo que eli comento, era la única que no quería ver la realidad porque tenía miedo que las cosas no salieran bien y se perdiera nuestra amistad pues para mi era más valioso seguir como amigos que pretender llegar a ser algo más. Transcurrieron 3 semanas y no volví a ver a Víctor, hasta ese Domingo en que volví a salir a la calle a pasear con mi amiga Elizabeth, estábamos sentadas en la plaza de nuestro pueblo, cuando llegó Víctor y al verlo llegar me sentí muy nerviosa, mi corazón palpitaba, no sabía que hacer ni que decir, solo sonreía como boba, se aproximó hacia nosotras y se sienta aún lado nuestro, comienza a platicar pero lo sentía un poco seco al dirigirse a mi, pensé tal vez sigue molesto, mi amiga Elizabeth como de costumbre me deja sola con él y le da la encomienda de que me lleve a mi casa, volteo y le dije: — Si quieres acompañarme. A lo que él contesta: —Claro como te voy a dejar que te vayas sola. Mientras caminábamos rumbo a mi casa, platicamos y de repente Víctor toca el tema de cuando me confesó que le gustaba, me pregunta: —Si eso te molesta no vuelvo a tocar el tema y tan amigos como siempre, a lo que le contesto: — No me moleste, solo me desconcertó, tu sabes que nunca he tenido novio ni jamás había besado a nadie, te va sonar tonto pero tampoco sabia como hacerlo, mi instinto en ese momento como me robaste el beso fue apretar los labios, discúlpame si te hice sentir mal. Víctor me toma la mano y me dice: — Lucia, yo se todo eso que me acabas de decir y más afortunado me siento porque quiero ser tu primera vez en todo. Esa frase resonó en mi cabeza, me pidió que nos detuvieramos y solo nos recargamos en un poste de luz, me pide que sea su novia y me toma de sorpresa pero esta vez le digo que sí y se aproxima hacia mí y me da un beso en la boca, correspondo el beso. En mi mente pensaba muchas cosas pero ese beso era muy especial, tan lindo, tan cálido, tan romántico, fue un beso algo largo y después de eso me tomo de la cintura y nos quedamos observando el cielo ese era uno de mis pasatiempos preferidos y Víctor como buen amigo que era lo sabia, miramos un rato hacia el cielo y de repente vimos una estrella fugaz, me dice pide un deseo, en mi mente pensé quisiera que los momentos contigo fueran eternos, Víctor si dijo su deseo en Voz alta. —Quisiera estar siempre a tu lado. Y me estrechó entre sus brazos, sentí ese abrazo tan sincero, después de eso recordamos que era tarde y que yo tenía que regresar a mi casa, me dejó frente a la puerta de mi casa y nos despedimos con un beso. Al entrar a la casa, me diriji hacia mi habitación, me sentía en una clase de sueño donde yo era demasiado feliz, estaba empezando a experimentar, que era tener novio el compartir una relación amorosa con el chico que me gustaba, estaba tan contenta y mi sonrisa se apagó, cuando fui reprendida por mi padre, porque no le gustaba que saliera mucho menos que llegare después de las diez de la noche. Me dieron un sermón de buenas costumbres y de como en su juventud no desobedecian a los padres. Cuando terminaron de regañarme, ahora sí entré a mi habitación, estaba muy eufórica y feliz porque ya tenía novio, con ansias deseaba que ya fuera el siguiente día para ir y contarle a Elizabeth que Victor y yo ya éramos pareja. Al día siguiente después que llegué de clases, fui a casa de Eli, ella estaba igual que yo de feliz porque ya tenía novio. Pasamos la tarde Elizabeth y yo platicando, haciendo planes para el futuro, ella era mi mejor amiga, me conocía tan bien, éramos amigas desde jardín de niños. Se alegraba por mis triunfos, sufría conmigo mis tristezas, estaba para mi cuando la necesitaba. Me dijo algo entre broma y verdad. —Lucia si Victor te hace sufrir se las va ver conmigo. —Hay Eli, no creo que sea necesario ese tipo de amenazas pero que bueno es tenerte como mi mejor amiga. Regrese a casa y ahora lo que pensaba era como iba a ingeniármelas para ver a Victor, tenía que ser a escondidas de mi familia porque por ningún motivo ellos se podían dar cuenta. Pensaba y pensaba que pretextos inventar para poder salir y sobretodo que me dejaran hacerlo, porque conociendolos si me tardaba eran capaces de ir a buscarme. En que lios me tuve que meter, me decía a mi misma mientras pensaba.
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