OMAR —¿Quién te crees al decir mi hijo? Noah es mi hijo. —dijo y pude reconocerlo. El tipo se puso de pie y se arregló el saco. —Steven, un hombre como tú no merece ser llamado padre. Nunca te has preocupado o interesado en tu hijo. —Eso no quita que lleve mi sangre y mis genes. No voy a permitir que estés cerca de él, y tu… ya sabes lo que tienes que hacer, no me importaría pelear y recuperar tu patria potestad si es necesario. Este golpe les saldrá muy caro. —Tu firmaste tu patria potestad no puedes quitarme a Noah. —Puede revocarse si un juez así lo cree conveniente para Noah. Tu eres una madre soltera, que lo deja solo o con tu vecina solo para ir a revolcarte con este, un hombre agresivo que fue capaz de golpearme enfrente de Noah. —giré mi cabeza hacia la puerta del departamento

