Capítulo 24: Veredicto

644 Words
La tensión en la sala podía palparse, Callaghan sostenía la mano de su hermana mientras escuchaban el veredicto del hombre que le arrebato a sus Padres, el juicio no tardo demasiado, el gobierno estatal deseaba zanjar el asunto, porque el pueblo no estaba muy feliz con el tiempo que les tomo atrapar al asesino que termino con tantas vidas locales.   Su furia se intensificó cuando una jovencita de diecisiete años fue quien logro poner tras las rejas al villano del estado.   Recibió cincuenta cargos diferentes, pero los crimines de los que era responsable superaban esa cifra.   Betty recorrió el salón con la vista, la sala estaba a rebosar, muchas familias que fueron afectadas por ese malvado hombre, pudo apreciar que más de uno estaban abrazados o tomados de mano con alguien más, justo como ella lo hacía con su hermano, quien tenía el ceño fruncido, observando directamente a Elio, quien lucía una expresión altiva, incluso burlista, no sentía compasión, ni arrepentimiento, todo esto era un macabro juego para él, cualquiera creería que se saldría con la suya, tan solo por su actitud despreocupada.   La emoción de se debía a que el jurado regresaba luego de deliberar el veredicto, tenía que ser culpable, no podían darle misericordia a una persona que no la tenía con nadie, ella observó como un oficial se acercaba a los integrantes del jurado, para tomar el papel que determinaría el destino del Basurero, se acercó al estrado y entrego el mensaje a la jueza, una mujer de piel oscura y mirada pensativa, ella lo leyó en silencio, para luego mirar a los ciudadanos que se encontraban allí, con los pelos de punta, Betty sintió como Callaghan apretaba más su mano, ella hizo lo mismo.   La mujer comenzó a leer todos los delitos por los que se le estaba acusando al hombre, era una lista muy larga, así que explico que daría el veredicto luego de recordar cada uno de ellos, entre esos se encontraba, homicidio de primer grado, secuestro, allanamiento de morada, intento de agresión no agravada, violencia física contra una persona, e incluso un crimen de crueldad animal.   —La razón por la cual he dejado en claro todos los delitos por los que se le acusa señor Davis. — dijo la jueza luego de terminar su lista, Davis era el apellido de Elio. — es porque en cada uno de ellos se la ha encontrado culpable.   Hubo un vitoreo colectivo y silenciosos, los individuos celebrando que la justicia por fin les retribuía algo del dolor por el que pasaban.   Recibió dos tipos de sentencia, treinta fueron de cadena perpetua, y el resto recibió el castigo más alto, sentencia a muerte.   Betty se sintió un poco mal cuando respiró aliviada, consideraba que ese hombre se lo merecía, y gozaba el destino que venía para él.   Dos oficiales tomaron a Elio de los brazos y lo pusieron de pie, llevándoselo fuera del lugar, cuando cruzo miradas con la chica, le lanzo un descarado beso, Callaghan abrió los ojos como platos, escucho como su hermano respiraba pesadamente, y lo observo acercándose al tipo, lleno de furia.   Pero ella lo detuvo, no podía atacarlo en medio de un juzgado, otras personas captaron el ultrajante gesto de Elio, y comenzaron a abuchearlo, incluso le lanzaron cosas hacia él, a lo que la jueza pedía orden, Betty tomo la mano de su hermano, tratando de calmarlo.   —No vale la pena. — le decía. — ya tiene su merecido, morirá en la cárcel sin nunca más ser libre.   —Voy a matarlo con mis propias manos. — respondió Callaghan apretado los dientes.   —Ya vámonos. — continuo Bethany. — Por favor. — le dijo con una voz queda, a lo que su hermano la observo con preocupación y melancolía, acaricio una de sus mejillas y asintió, tomados de la mano dejaron esa pesadilla detrás.
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