Capítulo 23: La Graduación, parte dos

2167 Words
Todos parecían querer tomarse una foto a su lado, le dolían las mejillas de tanto sonreír, era increíble la hipocresía de la gente, alumnos que ni siquiera le dedicaron una mirada durante todo el año escolar, y no solo ese, también los anteriores, se acercaban a ella como polillas a la luz, solo para inmortalizar el día en que fueron compañeros de graduación, de la heroína del pueblo, suponía que así se sentía la popularidad, nunca fue la créame de la créame de su colegio, más bien era una chica normal.   Observo como Cole era arrastrado a otra sesión de fotos por un grupo de porristas, el joven parecía que moriría de la felicidad, debido a tanta atención femenina, ella se rio de la cara que puso su amigo cuando una de ellas les plasmo un papelillo en la mano, suponía que era su número de teléfono, quizás su correo, o dirección, estando tan alejados no podía saberlo, en fin, la expresión de Cole fue de asombro total, incluso tenía la boca abierta, en una “o” perfecta, cuando la chica le dio un beso en la mejilla él se rio con nerviosismo, sus mejillas se coloraron con un fuerte tono carmesí, y Betty no pudo evitar reírse a carcajadas.   Las personas alrededor la observaron extrañados, parecía una demente, lo sabía y no le importaba, les pidió disculpas a los alumnos cerca por tal arrebato, y regreso a tomarse más fotos, juraría que las personas estaban haciendo una fila, que ridículo, de seguro se olvidarían de ella el día de mañana cuando un bombero salvara a un gato de un árbol, porque ese tipo de hazañas eran muy difíciles de olvidar en un pueblo chico.   —Bueno, niños. — hablo una mujer. — creo que son suficientes fotos por el día de hoy, dejen a la joven respirar, era la Madre de Asher. — quiero darte un enorme abrazo y decirte lo orgullosa que estoy de ti.   —Gracias. — acepto ella extendiendo los brazos, ambas mujeres se estrujaron con amor.   La verdad siempre tuvo una excelente relación con Astrid Foster, era una de las pocas amigas de su Madre, una verdadera amiga, y ese vínculo nació al mismo tiempo que ella y Asher desarrollaron una amistad, ellas solían llevarlos al mismo parque a jugar, y mientras ellos tenían las más locas aventuras, la tertulia de las mujeres iniciaba, y con el tiempo confiaban incondicionalmente la una de la otra.   Astrid Foster tenía descendencia irlandesa, por ende, su cabello era rojo al igual que el de su hijo, bueno el de ella más fuerte, algunas personas pensaban que se lo teñía debido a que era rojo sangre, pero no era así, ese era su color natural, su esposo en cambio llevaba un rubio muy claro, quizás por eso sus dos hijos eran pelirrojos claros, o como ellos los llamaba, color naranja, Asher más que Crista, su hermana pequeña.   Ella observó a Astrid al alejarse de sus brazos, sentía ese amor de Madre cuando le tenía a su lado, era mágico, ella era una mujer amable, abierta y dispuesta a ayudar a todos. La progenitora de Asher, encerró el rostro de Betty entre ambas manos, conectando miradas con la chica le dirigió algunas palabras de aliento.   —Quiero que sepas que tus Padres están muy orgullosos de ti. — ella besó la frente de la chica. — y no puedo imaginar lo difícil que será enfrentar los siguientes años sin tu Mamá, pero te aseguro que puedes contar conmigo. — dejo ir su rostro, pero coloco las manos en sus hombros, Betty se aferró a ellos.   —Gracias, Astrid. — respondió Betty, con timidez dirigió una mirada hacia Asher, quien abrazaba a Valeska, mientras platicaban con la familia Morózov, también se hallaban el resto de los Foster.   —No importa si ya no están juntos, tú y yo podemos seguir siendo amigas. — dijo luego de seguir el camino de la mirada de Bethany, Astrid se encogió de hombros, ambas se quedaron observando a Asher, quien volteo y les sonrió a ambas, Valeska noto su falta de interés, así fueran por unos segundos, entonces con una mano atrajo la cara del joven para besarlo. — ¡Ugh! Me dan asco. — exclamo Astrid, sorprendiendo demasiado a la joven entre sus brazos.   —¿Pensabas lo mismo de mí? ¿Cuándo estaba con él? — señalo con un movimiento de la cabeza.   —Para nada cariño. — negó alegremente. — ustedes eran tan tiernos juntos, pero esa jovencita es una necesitada, me fastidia verlos juntos, en especial porque sé que cuando se le pase la calentura, se dará cuenta de que se dejó guiar por su polla y perdió al amor de su vida. — sonrió ampliamente. — y esa eres tú, espero que cuando Asher se venga arrastrando a tus pies, puedas darle una oportunidad, no pierdo la esperanza entre ustedes dos.   —Pues eres la única. — dijo ella, su expresión de alegría se convirtió en una de melancolía, le dedico otra patética mirada a Asher, quien seguía besando a Valeska, Betty suspiro profundamente, derrotada, ni cuando estuvo a punto de enfrentar la muerte se sintió tan desolada.— aún lo amo.— dijo en voz alta, sin darse de cuenta, intentaba pensarlo no decirlo, inmediatamente observo a Astrid, quien tenía una enternecedora expresión.— lo siento no debí decir eso.— ella negó con la cabeza y observo sus pies, los cuales se balanceaban sobre los talones.   —No tienes que sentirlo, es normal que estés dolida, yo lo estaría, pero te prometo que un día te despertaras por la mañana y notaras que la herida que te dejo ha sanado, y entonces dejara de doler.   Betty medio sonrió, mientras algunas lágrimas se arremolinan en sus ojos, sorbió por la nariz y se secó la humedad con fuerza, no podía seguir llorando por Asher Foster, era ridículo e inmaduro.   —No debería seguir doliendo tanto. — le dijo.   —Fue tu primer amor, es normal, créeme, ya he estado allí, pero algún día vas a superarlo…— Astrid pareció quedarse atrapada en un pensamiento. — o hallarás tu camino de vuelta a él.— ella le guiño un ojo.— sin importar cuál sea el destino al que llegues, será uno feliz.   —Eso espero. — sonrió la joven, ellas se abrazaron de nuevo y luego se despidieron, Betty camino hacia Callaghan quien la esperaba al lado de otro hombre, su última conquista, se preguntaba si su hermano era gay, en lugar de bisexual, porque seguía enredándose con hombres y no con mujeres, se encogió de hombros, no era su asunto, pero le gustaría que su hermano fuera libre de vivir su vida como realmente le complaciera.   —¿Lista conejita? — le pregunto cuando estuvo a su lado, “su amigo” se despidió de ellos y se perdió entre la multitud.   —Deja de llamarme así. — le respondió con mordacidad.   —¿Por qué? — enarco una ceja y la miro con suspicacia. — Es evidente que aún te gusta la zanahoria. — señalo en dirección a Asher.   —Ya cállate. — respondió negando con la cabeza en símbolo de resignación. — ya vámonos, no quiero que se nos haga de noche de camino a casa.   Callaghan la abrazo por los hombros y juntos caminaron hacia el auto, irían a visitar a algunas personas especiales. ***   Betty arrancó un trozo de maleza que crecía alrededor del mármol, tembló un poco debido al aire frío del lugar, Callaghan se quitó su chaqueta y la coloco sobre los hombros de su hermana, quien la agradeció con una mueca, ambos observaban la piedra que tenían frente, donde se rezaba el nombre sus Padres.   Ya habían decidido desde hacía algunos días pasar por el cementerio luego de la graduación, al parecer no fueron los únicos con la idea, porque más de un par de estudiantes se encontraban allí, buscando a los familiares o amigos que perdieron en el transcurso de su vida, algunos incluso llevaban sus túnicas, ella se la había quitado, quedándose con un sencillo vestido color verde botella, y unas zapatillas bajas.   —Los extrañamos muchísimos chicos. — dijo Callaghan.   —No puedo creer lo que hizo Mamá. — susurro Betty.   Resulta que la historia de basurero era real, lo demostraba toda la información que tenía recolectada de sus víctimas, por cada víctima él llevaba un archivo, con datos como la razón de su muerte, donde los vio por primera vez e incluso como morirían, era perturbador, ella nunca leyó esos archivos, pero Cesar les contó algo al respecto y simplemente era macabro.   —Me molesta que nos exigiera tanta perfección cuando ella era incluso peor que nosotros.— confeso la joven, el hombre le abrazo por detrás, rodeando sus hombros con una mano, y descansando su barbilla en el hombro izquierdo.   —A mí también me molesta, esa obsesión suya con mantener las apariencias, murió siendo un fraude.   —Así es. — guardaron silencio por unos minutos, perdidos en su propio dolor.— sé que sonaré como una psicópata al decir esto, pero me alegra que el hombre con el que engaño a Papa también este muerto.   —No eres una psicópata, eres humana, y estás enojada.   Resulta que Elio conocía al amante de su Madre, o al menos lo conoció, en un bar, platicaron un poco y el hombre le confesó que tenía un amorío con una mujer de la ciudad, muy orgulloso al parecer.   Ese era uno de los modus operandi del Basurero, visitaba bares locales, se amistaba con cualquier individuo para luego indagar si tenía algún pecado digno de asesinato, en muchas ocasiones los drogaba para que se sintieran más gustos y cantaran como gallos.   Esa misma noche el amante de su Eva Andrews fue asesinado por el basurero, tres días antes de la muerte de la mujer y su esposo.   —Es difícil amarla Cal.— dijo Betty comenzando a llorar. — si estuviera vivía creo que la odiaría, pero su estado actual me impide hacerlo, no es justo que tu Madre sea responsable de tanto dolor.   —No conejita, no lo es. — fue lo único que logro decir su hermano, quien también derramaba lágrimas de pena. — algún día dejará de doler, ya lo verás.   Allí estaba de nuevo, dos personas le dijeron lo mismo durante el día “dejara de doler”, pues no estaba tan segura de eso, con respecto a Asher solo deseaba correr hasta su casa, que él abriera la puerta y ella pudiera lanzarse a sus brazos y arrasar con sus labios, era difícil dejarlo ir, sabía que debía hacerlo, pero estaba teniendo problemas con esa meta, en especial porque ya no tenía el asunto del asesino distrayéndola, y ahora ni siquiera tenía que hacer tareas, necesitaba correr a la universidad y poner kilómetros de distancia entre ese pueblo y ella.   Y hablado de su Madre… no tenía palabras para describir la aflicción que corría por sus venas, su corazón se sentía desinflado, como si ya no tuviera ganas de seguir latiendo, su progenitora la traiciono, no encontraba otras palabras para describir el enorme vacío en su pecho, la oración no fue solo para su Padre, también para toda su familia, además traiciono sus creencias, su estilo de vida y la fe que seguía, ¿cómo podía olvidar eso?   Era cierto que según la religión que su familia profesaba, Betty también era una pecadora, después de todo se había acostado con Asher, pero una parta de ella veía las situaciones tan diferentes, cuando te casas eso significaba exclusividad, lealtad, devoción, respeto, fidelidad, en especial cuando profesabas el cristianismo, pero Eva Andrews decidió tomar todo eso y lanzarlo a la basura y luego pisotearlo con los pies, estaba furiosa con ella y no podía decírselo, era simplemente frustrante.   Ella suspiró con pesadez, su vida siempre fue una horrible tragedia, y al parecer seguiría de ese modo, por eso deseaba explorar un mundo nuevo, no podía contener la emoción que crecía en su interior, con el deseo de irse a la universidad y dejar todo ese horror detrás, comenzar de cero, sin tener que llenar las expectativas de nadie, solamente las suyas.   Ya había tomado una decisión con respecto a carrera que tomaría y en que universidad la tomaría, Cole decidió acompañarla, así que la próxima semana viajarían hasta la capital para rentar un apartamento para ambos, y matricularse ese mismo año, le picaban las manos por preguntarle a Asher cuál habría sido su elección, pero no lo haría, tenía dignidad, aunque para mantenerla hacia un gran esfuerzo.   —Hora de irnos Conejita. — dijo Callaghan, sacándola de sus pensamientos.   Se secó el agua en sus mejillas y se deshizo del abrazo de su hermano, ellos se tomaron de manos y caminaron juntos de vuelta al auto, para irse a casa, una casa que ya no se apreciaba como un hogar.
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