Capítulo 31: Cumpleaños

2269 Words
Betty decidió hacerse una cola de caballo, realmente no tenía demasiadas ganas de celebrar “aquel día tan especial”.   Extrañaba a sus Padres, incluso a su inusual Madre, pero la vida continuaba, no podía echarse a morir con ellos, aún le quedaban tantas cosas por hacer, además de criminales a los que atrapar.   Estaba cursando esa carrera para poder traer justicia a familias parecidas a la suya, esas que el mundo olvidaba, que los oficiales simplemente descartaban con frialdad.   Si no fuera por ella, y su equipo de acción, Cole y Cesar, el asesinato de su parentela habría quedado impune, sin castigo alguno al perpetrador.   Y el Basurero continuaría con su reinado del horror, no se arrepentía de haber buscado equidad ella misma.   Se sentó en su cama para calzarse los zapatos, suspiro al pensar que los años comenzaban a pasarle encima, bueno tenía tan solo veinte años, pero sentía que era un año decisivo, las personas esperaban tanto de ti a los veinte, estaba más claro que la adolescencia quedo atrás y que debías tomar un rumbo de vida adulta.   No tenía ni idea de cómo serían los siguientes años, solo esperaba que fueran buenos, la felicidad se lograba a momentos, pero no era eterna, al menos no en esta vida, por esa razón se conformaba con una vida segura y tranquila.   Como hasta ahora la había tenido, esos tres años en la universidad fueron muy indulgentes, conoció a Matt que la hacía feliz, Cole y ella mantenían sus lazos de amistad, sus calificaciones eran excelentes y tenía a su tío para guiarla.   Si esos años fueron buenos, solo esperaba que lo siguieran siendo, y que pudiera estar preparada para su próxima prueba.   Alguien toco la puerta de su dormitorio y ella se apresuró a abrir, era Matt.   — ¿Ahora tocas? — le pregunto divertida, él nunca tocaba, simplemente entraba como dueño y señor de todo.   —Ahora tienes una compañera de cuarto, tengo que tocar, al menos quiera encontrarla en una posición del Kama-sutra con Cole. — se encogió de hombros. — y la verdad no quiero hacerlo.   —Ni me lo recuerdes. — respondió ella, aún tenía grabado la horrible vista de su mejor amigo completamente desnudo, sobre el cuerpo de Mei, no fue nada agradable de ver.   —Estás hermosa. — dijo Matt mientras la devoraba con la mirada, coloco sus manos en las caderas de la chica y la repaso de arriba abajo, mientras hacia un sonido de disfrute con la garganta.   —No soy un bocadillo Matt. — lo regaño la mujer, pero realmente no le molestaba el tipo de atención que recibía.   Llevaba un vestido ceñido al cuerpo, un tanto corto, el dobladillo le llegaba un poco más arriba de la rodilla, con un escote en su espalda, de color n***o brillante, completaba su estilo con unos tacones de la misma tonalidad, y accesorios plateados, se sentía bonita.   —Para mí si lo eres. — respondió con un gruñido, para luego besarla ligeramente. — Estoy pensando que luego de la fiesta podemos irnos a un lindo hotel. — le dijo Matt pícaramente, mientras movía sus caderas de un lado a otro en un lento frufrú.   —De hecho, me gusta mucho esa idea. — respondió lógicamente, lo necesitaba, y él también, casi cuatro semanas tenía que ser un récord para la pareja.   Ella lo admiro por unos segundos, su cabello n***o estaba peinado hacia atrás, pero se levantaba hacia arriba con rebeldía, tenía la costumbre de ir afeitado, su aroma era delicioso, llevaba Jeans, zapatos de vestir satinados y oscuros, con una camisa negra de botones, parecía un chico malo con todas las letras, en lugar de un estudiante de criminología, cualquier pensaría que era el hijo de un mafioso y que estudiaba esa especialidad solo para aprender a evadir la ley, el tatuaje escondido debajo de la camisa manga, afirmaba esa teoría.     Dejaron la habitación para encaminarse fuera de la facultad de criminología, su tío cesar tenía una cena especial de cumpleaños para ella y sus amigos, el hombre no se llevaba muy bien con su novio, pero tendían a tolerarse entre ellos, porque a Matt tampoco le agradaba su tío, decía que le ponía los pelos de punta, que tenía una mirada siniestra y oscura, ella se rio ante eso porque no había nada perverso en su pariente, simplemente era un personaje reservado.   Tomaron el auto de Matt para conducir hasta el lugar señalado, solo les tomo diez minutos, era muy cerca de la universidad, esperaba encontrarse con un salón de fiestas, o algo parecido, pero se estacionaron en frente a un complejo de apartamentos, ella se extrañó, pero no comento nada al respecto.   Quizás se encontraban en el nuevo departamento de su tío, sabía que se había mudado recientemente, pero gracias a los deberes estudiantiles, no tuvo el tiempo de ayudarlo con la mudanza ni mucho menos de visitarlo.     Matt se apresuró para abrirle la puerta del auto, era un gesto que siempre hacía y que le encantaba, luego tomo su mano para ayudarla a bajar del vehículo, la jalo hacia su pecho en donde la mujer impacto, ambos se rieron, ella se colocó de puntitas y lo beso, incluso con tacones, él era muchísimo más alto que ella, al menos quince centímetros, y eso que Bethany media uno setenta y cinco.   Se encaminaron hacia uno de los edificios y ella continuaba confundida del porqué estaban allí, no comprendía por qué su tío querría prepararle una reunión en su nuevo departamento, después de todo el hombre era un maniático del orden, así que nunca se imaginó que se sentiría cómodo con tener un puñado de jóvenes adultos haciendo estragos en su sala de estar.   Dejo sus pensamientos atrás luego de pasar el umbral del edificio, tomaron el ascensor y subieron cuatro pisos, salieron hacia un pasillo y pasaron dos puertas antes de detenerse frente a una, Matt toco el timbre y fue Cole quien abrió, un poco azorado.   —¿Ya estás aquí?— pregunto ella.   —¿Llegaron tan pronto?— repico su amigo al mismo tiempo, ella lo observo con sospecha, Cole volteo su cabeza hacia atrás un tanto nervioso.— bueno pasen.— agrego finalmente, dando un paso hacia atrás, ellos se adentraron en la estancia.   Era un departamento pequeño, pero moderno, era nuevo evidentemente, pero no fue lo que esperaba, empezando porque estaba decorado con colores grises y rosados, no creía que era una combinación muy masculina, pero entre gustos y colores…   Los muebles eran color terracota ornamentados con cojines grises, realmente combinaban muy un bien con todo el entorno, la sala de estar también poseía una repisa donde se encontraba un televisor pantalla plana y un sistema de sonido.   A un costado del lugar se apreciaba un enorme ventanal que daba hacia una moderada terraza, camino hacia allí atraída por el lugar, cuando noto que en el otro costado se hallaba la cocina.   Lo único que separaba ambos espacios era una isla de concreto, bajo de ella encontrabas unos bancos de madera.   Arriba de la isla colgaba un letrero que rezaba “Feliz Cumpleaños”, ella sonrió al verlo.   La cocina era pequeña, pero práctica, equipada con toda su línea blanca, los artefactos estaban completamente nuevos, parado en el medio del lugar estaba el dueño.   —Bienvenida reinita. — sentencio su tío Cesar detrás de la isla. — feliz cumpleaños. — agrego.   —¡Gracias! — respondió mientras se acercaba al hombre.   —¿Te gusta tu nuevo departamento conejita? — una voz familiar salió de un pasillo al final del departamento, Bethany se quedó boquiabierta en cuanto lo tuvo frente. — ¿te vas a quedar allí? ¿No vas a saludar a tu hermano? — era Callaghan.   Ella corrió a sus brazos mientras gritaba su nombre, se abalanzo a su cuello y abrazo, un año y seis meses, fue el tiempo transcurrido para verlo de nuevo, los boletos hasta Mystic Hills no era económicos, sin mencionar que ella no deseaba regresar en mucho tiempo, la simple idea de que Asher seguía siendo su vecino le revolvía el estómago.   —¿Cómo es que estás aquí? — pregunto la rubia llena de emoción.   —Quería verte conejita, no todos los días se cumple veinte años— ellos se separaron y su hermano le dio un beso en la frente. — feliz cumpleaños. — le dijo luego del cariñoso gesto.   —Íbamos a decírselo juntos. — reclamo su tío Cesar uniéndose a ellos.   —¿Decirme que? — pregunto la chica confundida, debido a la emoción de poder divisar a su hermano, prácticamente no capto las palabras que él utilizó al saludarla.   —Bienvenida a casa. — sentencio su tío Cesar mientras colocaba un manojo de llaves en sus manos.   La joven observó el objeto, confusa, luego callo en cuenta de todo.   —¿Este departamento es para mí? — pregunto asombrada en extremo.   —Sí, tu regalo de cumpleaños. — sentencio Callaghan.   —¿Pero de dónde sacaron el dinero? — observo a los dos hombres que conformaban su familia.   —Tengo dos empleos actualmente. — respondió su hermano, encogiéndose de hombros. — y me está yendo muy bien, pensé que era tiempo que tuvieras tu propio lugar, lo platiqué con Cesar hace un par de semanas y entre los dos teníamos el dinero suficiente para comprarte un pequeño departamento, el tío me dijo que esta es una zona muy segura de la ciudad. — concluyo.   —Si lo es, no es de clase alta, pero es aceptable. — intervino Matt, quienes se había mantenido al margen de todo hasta ahora.   Él y su hermano se saludaron, y su tío puso cara de pocos amigos, seguía sin agradarle su elección de novio.   Luego de que la comitiva intercambio algunas palabras entre todos, como saludar a Mei, quien permanecía callada, sentada en uno de los taburetes de la cocina, inspeccionaron el resto del departamento   Un pasillo conducía a dos habitaciones pequeñas, y un baño para ambas.   Le gustó mucho la habitación que sería la suya, una gran cama matrimonial ocupaba la mayoría del espacio, pero también se hallaba un escritorio donde podía hacer sus tareas, otro televisor para entretenerse, y dos mesitas de noche, todo decorado con los mismos colores pasteles.   Le gusto el segundo ventanal que encontró allí dentro, eso le daría fresco durante el día, apreciaba muchísimo el gesto de sus parientes, aunque se preocupó un poco por el horario que tenía que seguir de ahora en adelante.   El automóvil el recorrido era de diez minutos, pero caminando serian treinta, en bicicleta serian veinte, y en bus hasta cuarenta, tendría que sopesar sus opciones, no podía tener a Matt buscándola todos los días.   Ellos caminaron hasta la sala y allí se terminaron de entregar los regalos, Cole y Mei le regalaron un nuevo portátil, pero pues claro que fue más Cole, después de todo el chico estaba forrado en dinero.   El regalo de su novio fue un juego de accesorios, una cadena con su nombre, unos aretes en forma de argolla y un brazalete con sus iníciales, y la fecha de su aniversario, todo recubierto en oro, fue un hermoso detalle.   Tuvo una videollamada con los Padres de su mejor amigo, donde se le entregó su regalo final, un auto, casi muere al enterarse de ello, suponía que para ellos no era la gran cosa, pero para una familia de gastos moderados sí que lo era.   Bethany salto de felicidad, adiós al problema del horario. Un brillante Audi, último modelo, color rojo, fue el presente final del día.   El resto de la tarde la pasaron jugando charadas, a las cartas o monopolio, donde su hermano siempre hacía trampa, luego terminaron viendo una película de amor, escogida por ella por supuesto.   Cenaron pizzas caseras, especialidad de Cesar, para luego cantar cumpleaños y comer pastel, fue un día agradable, lleno de sorpresas.   Al final de la noche solo se quedaron ella, Matt y Callaghan, quien se quedaría un par de días, y por supuesto utilizaría la habitación de huéspedes.   Se sentía tan emocionándote tener su propio departamento, con una habitación de huéspedes, nunca lo imagino.   Fue cuando una especie de revelación vino hasta ella, su vida se encontraba en Royk City, muy lejos de su pueblo natal, no había razón alguna por la cual regresaría a esa ciudad, todas sus calles, edificios, casas, establecimientos y personas eran parte del pasado, y no las veía en su futuro.   Por un momento se llenó de melancolía, siempre se imaginó viviendo allí, siendo la perfecta esposa, la perfecta madre y la perfecta ciudadana, pero su destino cambio, por ella y por otras circunstancias, nunca sería la misma Bethany, y no quería volver a serlo.   Con esa idea en mente se acercó a Matt y le devoro los labios, no le importaba que su hermano fuera testigo auditivo de su noche, después de todo lo había encontrado en situaciones muy comprometedoras y reveladoras mientras vivía con él.   Como en esa oportunidad que llego a casa y justo en la sala, en el mismo mueble donde el basurero le clavó un cuchillo en pierna… Estaba teniendo un trío con una pelirroja y un rubio, nunca se recuperaría de eso, salió casi gritando, para esas fechas ella y Asher seguían juntos por lo que corrió a la casa de al frente buscando refugio.   Dieron torpes paso hasta el dormitorio, y luego hasta su cama, era hora de inaugurar el lugar, solo digamos que la inauguración tomo varias horas, y se acabó en la madrugada.
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