Capítulo 47: Caída

1904 Words
El sonido de los tacones de Betty se escuchaba por el pasillo desierto que la conducía hasta la oficina de Asher, el jueves por la tarde se subió a su carro y condujo hasta la constructora de la familia Foster, dispuesta a platicar las cosas con su naranja amor, estar segura de cuáles serían sus próximas decisiones.   Sabía que lo encontraría en su lugar de trabajo, porque su Madre le comunico que estaría allí, salió muy temprano por la mañana comunicándole donde se hallaría.   Toco la puerta, un poco temerosa, pero decidida, escucho que le pedían que entrara, ella abrió y asomo la cabeza, Asher se encontraba en su escritorio, se sorprendió al verla.   —Betty, por favor pasa, no he dejado de pensar en ti. — dijo luego de ponerse de pie, lucia nervioso.   Ella solo sonrió, se colocó frente a él, el escritorio separaba sus cuerpos, pero sus corazones parecían estar atados con una apretada cuerda invisible.   —Yo tampoco. — admitió. — es solo que toda la noticia me dejo fría, no la esperaba.   —Yo tampoco. — repitió él, un tanto apenado.   —Solo quiera saber, que decisión vas a tomar.   Asher suspiro, salió de detrás de su escritorio, rodeándolo para acercarse a ella. Betty tuvo que subir la cabeza cuando lo tuvo de frente, para poder observarlo a los ojos. Su rostro estaba contristado, ambos corazones desbocados   —Creo que debo esperar a que el bebé nazca, antes de tomar una decisión determinante. — él tenía el ceño fruncido en una vulnerable expresión.   —Espera. — respondió, negó con la cabeza y se alejó un poco de él, se abrazó los brazos como un mecanismo de defensa. — ¿No te irás conmigo a Royk?     —No por ahora. — dijo con remordimiento.   —¿Por ahora? — ella comenzaba a alterarse, su tono fue de total desconcierto.   —He estado pensando que debo esperar a que nazca el bebé, luego de eso seré tuyo, me iré a Royk y continuaremos con nuestras vidas. — explico él, desesperado.   —O sea ¿qué tu plan es hacerme esperar durante nueve meses? — le espeto llena de cólera.   —Te prometo ir de visita, pero justo ahora no puedo desentenderme de Mystic Hills, al menos no hasta que desenmascare a Valeska, porque estoy seguro de que todo esto es otra de sus viles mentiras.   —Si estás seguro de eso entonces se te subirás conmigo al avión el lunes, porque no puedes volver a dejarme por ella.   —No voy a dejarte por ella, no quiero volver a tener una relación con esa loca. — ambos comenzaban a acalorarse, a gritar, una discusión en toda su regla.   —No quiero eso.— espeto Betty.— estoy harta de que siempre me dejes de lado, no importa todo lo que te dé, te importa una mierda que yo te dé mi vida, mi último aliento, la señorita falda fácil aparecer frente a ti y tú sales corriendo tras ella.— ella caminó nuevamente hacia él, colocándose justo bajo su nariz, Asher la observaba molesto y sorprendido en partes iguales, gracias a la reacción de ella.— tu Madre tiene razón, tú simplemente piensas con el pene.— ella golpeó el pecho masculino con la punta de su dedo índice, la larga uña de ella le dejaría una marca, que el notaria unas horas después. Él le detuvo el dedo antes de que ella lo puyará por cuarta vez, y se lo apartó. Sus ojos verdes brillaron de una manera peligrosa.   —No pienso con la polla, es lo más caballeroso de hacer, si ese niño o niña es mío, no puedo darle la espalda, ni siquiera por ti. — dijo él en voz muy baja, con una furiosa calma rugiendo en su interior, y en su mirada.   —Los hombres son tan básicos.— continuo atacando ella.— no te molestes en explicarte, vas a dejarme nuevamente, como siempre, eres un experto en abandonarme.— ella seguía enfurecida, sin medir ninguna de sus palabras, él se lo merecía, por siempre escoger a Valeska.— ¿Sabes que? ¡Mejor Ash! ¡Corre detrás de tu amante pintarrajada! ¡Coloca a la zorra esa entre tus piernas, a ver si logra poner a pensar a tu polla! – la última palabra la escupió con desprecio.   Él entornó los ojos y su cara pareció convertirse en piedra. Cerró los puños con fuerza y, cuando habló, su tono dejaba traslucir que controlaba su temperamento solo a duras penas.   —¿Ya terminaste?   Ella solo pudo respirar pesadamente, lista para echarse a llorar.   —La única amante que deseo entre mis piernas eres tú.— dicho esto la atrajo con violencia a su pecho, y la beso.   Ella luchó contra él, moviendo la cabeza de un lado a otro, tratando de zafarse del desenfrenado beso, pero no importaba a donde se moviera, en cada rebelión chocaba contra el musculoso cuerpo, su boca no era piadosa, se apoderó ella con un inquebrantable deseo. Cerro los puños y comenzó a golpearle los hombros, furiosa por su arrebato, iba a dejarla y se atrevía a besarla, que descaro.   Asher sujeto su cintura y la levanto del piso, como si no pesara más de tres kilos, sin dejarla con opciones, ella se aferró a sus hombros, y sus piernas se enredaron de su cintura, entonces él dio algunos torpes pasos hasta la puerta, donde la apoyo con rudeza. Ante repentino ataque, Betty jadeo abriendo la boca, por lo que él aprovechó el momento de capturar su boca, introdujo su lengua apremiantemente, privándola de cualquier pensamiento racional.   Ella respondió sus avances, con mordiscos, muchos chupetones y una lengua viva como una serpiente, no iba a permitir que la dominara, estaba furiosa con él, ¿Recuerdas Betty? A su pesar, o placer, se encontró correspondiendo cada caricia, se alegró cuando Asher rugió, gracias a su sensual disposición.   Tras unos intensos momentos de riña, él suavizó sus labios, permitiéndose hacer por ella, respondiendo como un autómata al deseo que crecía en su interior, demonios ambos estaban perdidos.   Con otro feroz rugido, Asher la separo de la fría puerta, la llevo hacía unos de los muebles que decoraba su oficina.   La afinco del reposa brazos del mueble más grande, hasta ahora Betty llevaba su bolso en uno de sus hombros, por lo que tiro la cosa fuera de ella, Asher comenzó a levantar el vestido n***o que ella traía puesto, con presteza se deshizo de las braguitas del mismo color, ella no puedo evitar descansar su cuerpo contra el masculino pecho, mientras él exploraba sus pliegues con la mano.   Sin advertirle, le toco el sexo con los dedos e introdujo dos de ellos en su interior.   —Por los cielos!— exclamo Betty.   Con su otra mano, Asher le acaricio el vientre, bajando hasta su centro, el movimiento la dejo sin nada que la sostuviera, por lo que se agarró del respaldar del mueble, afincada completamente de él, esa mano acaricio el monte de venus de la mujer, luego busco el clítoris haciéndose espacio entre sus labios inferiores, cuando encontró su tesoro lo comenzó a mover de un lado a otro, algo que la dejo ciega por unos segundos.   Una de las manos abandono su cuerpo, entonces detrás de ella, se escuchó el sonido de una bragueta abriéndose, los pantalones cayeron al piso, y no supo de donde lo saco, pero también capto como Asher se llevaba un empaque de condón a la boca y lo abría con los dientes, entonces lo coloco en su lugar.   Una vez preparado, Asher aumentó la velocidad con la que frotaba a Betty, cuyo sexo estaba ya hinchado y húmedo. Betty comenzó a mover las caderas rozándolas contra el m*****o erecto de Asher, a quien le temblaron las piernas hasta casi perder el equilibrio y acabar gimiendo. Aquel sonido de satisfacción pareció animarla, y apoyó la mano en la que él ya tenía sobre su sexo y presionó para que la estimulación fuera más fuerte, la masturbo hasta que tuvo un orgasmo en sus brazos.       Él la empujó contra el respaldo del sofá, loco por penetrarla. Le retiró la mano del clítoris, lo que provocó un inmediato quejido de parte de ella, que volvió la cabeza para poder observarlo. Entonces él acarició su cabello, y rodeo su nuca con una de sus manos, la presiono aún más contra el respaldo del mueble. Eso la puso algo nerviosa, pero el sexo con Asher siempre era así, duro pasional, rápido, por lo que no se opuso a la dominación del cuerpo sobre ella.   El m*****o masculino dejo de frotarse contra sus nalgas, para este punto Betty no estaba segura de poder ser capaz de recuperar su respiración nunca más, se retorcía como un gusano bajo él, buscando la gloriosa unión de sus cuerpos.   Parecía el Asher era capaz de leer sus pensamientos, o al menos las señales que le dejaba su cuerpo, porque lo siguiente que sucedió, fue que la mantuvo derecha con una fuerte brazo, y la penetro con tanto ímpetu que ella gritó de placer.   —¡Por el cosmos Betty!— exclamo él, su voz teñida por el deseo.— tu sexo siempre me aprieta con tanta voluntad, que me deja ciego, ¡Que gusto da!    No respondió nada, pero no se quedó atrás, respondió sus movimientos agitando las caderas, adelante y para atrás. Se sumergieron en un experto baile, él empujaba hacia delante, y ella hacia atrás, sus nalgas rozaban las piernas del hombre, cosa que los prendía a ambos, mientras sus respiraciones se volvían un caos.   Los sordos sonidos comunes del sexo, llenaron la habitación, mezclados con los fuertes gemidos de Betty, más los gruñidos de Asher, se estaban montando la mejor sinfonía del mundo.    El vestido se encontraba enredado alrededor de la cintura de ella, él se inclinaba sobre todo su cuerpo, dejándola sin escapatoria, solo era capaz de recibir con agradecimiento lo que él le ofrecía.   Una mano se introdujo por la prenda de vestir, recorrió su estómago, para subir hasta sus pechos, donde jugueteó con un pezón sin ninguna piedad.    El ritmo iba aumentando, la coreografía alcanzaba su momento más acalorado. Entonces Asher se retiró tanto, que casi saca su m*****o dentro del sexo femenino, luego se impulsó con todo su cuerpo, lo que hizo que sus testículos se golpearan contra Betty, llego al fondo de la mujer, ella gritó con extremo placer.   —Por favor, Asher, Por favor… —gimió ella, suplicando que terminara su tortura.   El busco nuevamente el botón entre las piernas de ella, estaba duro y húmedo, lo presiono sin sutileza, entonces el busco la boca femenina y la devoro con vigor.   —Vamos Betty, vente para mí. — le pidió, al terminar el beso.   Fue todo para ella, con un furioso grito, se corrió con violencia, dejando que las olas de placer arremetieran contra su cuerpo, temblor tras temblor la recorrió de arriba abajo, mientras su sexo ordeñaba el m*****o que permanecía dentro de ella.   Asher grito su nombre mientras su propia liberación le llegaba desde el fondo de su alma y salía hacia adelante. Los músculos femeninos internos continuaron contrayéndose al menos un minuto más, los amantes se quedaron abrazados más tiempo del esperado.   Pero luego de que toda la bruma de disfrute se acabó, ambos pensaron exactamente lo mismo… ¿¡Mierda que hicimos!?
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