El principio de todo.
—¡Nani! ¡Nani! —Un molesto chillido un mi oído me hace abrir los ojos.
Los abro y veo a Maddison con su cara muy cerca de la mía y arriba de mi. Literalmente.
—¿Qué pasa? —Le preguntó mientras me estrujo los ojos con mi puño.
—Quelo hacer piss. —Dice mientras se pone a dar saltitos en el suelo.
—Pero tienes pañal Maddie. —Murmuro y vuelvo y me acuesto.
—No, no. Nani quelo ir al baño. —De mala gana me pongo de pie.
Maddie es una niña muy berrinchuda y todo lo que quiere lo consigue cuando se lo propone. La tomo de la mano y la llevo al baño, en el camino veo la hora y me doy cuenta que es tardisimo para el trabajo.
—¡Santa mierda de los tomates! —Grito mientras tomó a Maddie en brazos para llegar más pronto.
—Nani no palabras feas. —Dice Maddie mientras me extiende su mano.
Mi hija y yo tenemos una regla de no decir malas palabras, pero si digo una tengo que darle tres dólares.
Si mi hija es toda una estafadora.
—Esa no es una mala palabra. —Murmuro mientras empiezo a quitarle su pequeña pijama.
Cuando le quito la ropa procedo a bañarla, no le podré lavar el cabello porque de verdad que tarde.
Cuando termino la saco de la bañera y la envuelvo en una toalla. Me quito mi pijama y procedo hacer pis antes de bañarme.
—¿Maddie puedes esperar afuera hasta que tu Mami tome un baño? —Le pregunto.
No es que me moleste que me vea desnuda porque es mi hija, y cuando sea mayor es ella quien tendrá que bañarme y cuidar de mi. Pero ella suele ser muy curiosa y preguntona la mayoría de veces.
—¡No quelo! —Ella responde mientras dirige sus ojos curiosos a mis pechos cubierto con un sujetador. —Tetas. —Dice mientras señala mis pechos.
Abro los ojos como platos y me cubro los pechos.
—¿Quién te dijo que eso se llama así? —Pregunto extrañada.
—Tía Kat. —Dice mientras retira mis manos de mis pechos y los sostiene ella.
Katherine es una muy buena amiga de aquí, trabajamos juntas en el mismo área y nos hemos vueltos muy cercanas... Y mi niña también la quiere mucho.
—Nani tenes tetas, tetas de Nani. —Chilla.
—Si tetas de Mami, y esas son tetas de Maddie. —Respondo señalando sus pequeños pechos.
Ella dirige sus ojos verdes, idénticos a los míos a sus pequeños pechos y sonríe.
—Nani, yo tene tetas, tene tetas. Mad tenes tetas. —Chilla.
Para ser las siete de la mañana esta niña tiene demasiada energía.
—Si mi amor. ¿Y qué dices si vas y buscas algo de ropa para ti mientras Mami toma una ducha?
—¡Si! —Chilla Maddie mientras corre fuera del baño.
Aprovecho rápidamente y comienzo a desnudarme, tengo máximo diez minutos antes de que Maddie se aburra y haga alguna travesura. Siempre cuando voy a tomar una ducha lo hago cuando ella esta dormida o cuando Kat esta aquí, no me gusta dejarla mucho tiempo sola.
Tomo mi corta ducha y me cepillo los dientes, me pongo la ropa interior y me envuelvo en una toalla para buscar a mi niña.
—¡Maddie! —Le grito pero no hay repuesta. Rápidamente camino a su habitación pero esta completamente vacía. —Maddison ¿Dónde éstas Miller? —Comienzo a preocuparme. Camino a mi habitación pero tampoco está ahí, escucho como algo se cae en la cocina y corro rápidamente hacia allá.
Jadeo al ver el desastre, Maddie esta en el suelo con un gran bote de Nutella, tiene su sonrrojada cara toda llena de Nutella, también tiene en su cabello y en las manos. Ella dirige sus ojos curiosos a mi y me regala una de sus típicas sonrisa cuando sabe que hizo algo malo. Aquella sonrisa donde muestra sus lindos dientes que tanto me gustan, pero ahora mismo no, todo es un desastres.
—Diablos Maddison es tarde y estas toda llena de chocolate, y todo el suelo no me va a dar tiempo a... —Ella me interrumpe.
—¡No palabras feas! —Resopla.
—Si, si ya se. Pero ahora hay que quitar todo ese chocolate de tu cuerpo. —Ella toma mi mano y caminamos de nuevo hasta el baño.
Después de tener una batalla de agua con Maddie en el baño para lavarle la cabeza toda llena de chocolate. Pues ella gritaba el típico "No quelo Nani". Y después de pelear con ella por la ropa que se iba a poner, pues ella quería ir a la guardería con su trajecito de ballet, que termine por ponérselo a la última hora pues ya era muy tarde. Después de todo eso al fin estoy en mi trabajo y Maddie en su guardería.
Cuando estaba embarazada y sola fue algo difícil para mi estar lejos de Dani y Amelia, pues tenía que trabajar y estudiar y hacer los quehaceres de la casa donde vivía, y a todo eso añadiendo le todos los malestares de embarazo.
Pero si tuviera que pasar por todo lo que pase para poder tener a Maddie en mis brazos no dudaría en pasarlo. Porque de verdad amo a esa niña.
En la Universidad me esforze muchísimo para salir un año antes y de una vez conseguí trabajo gracias a Katherine, ella es una amiga muy buena que conseguí me ha ayudado mucho en la vida lo cual agradezco mucho..
No me quejo de mi vida, tengo un gran trabajo de psicóloga lo que siempre me ha gustado porque es ayudar a las personas que han pasado cosas similares a las que yo pasé, es escuchar a las personas, a veces verle llorar y desahogarse. Y gracias a todo lo que pasé puedo entender a las personas mejor que nadie. También tengo un gran departamento que es muy cómodo para Maddie y para mi. Tengo a mis amigas allá en New York que me aman y me apoyan a través de la distancia y mi nueva amiga que conseguí. Pero lo más importante tengo a Maddie, aquella niña que fue el fruto del amor de Nathan y yo, cuando supe que estaba embarazada me asuste mucho, pues no sabía si Nate iba a querer ser padre. Pero con el tiempo me he dado cuenta que yo sola puedo, que yo sola puedo hacerla feliz porque gracias a Dios a Maddie no le hace falta nada económicamente y mucho menos sentimentalmente pues yo le doy todo el cariño y el amor que se le puede dar a una persona.
Con respecto a Nathan no he sabido nada de el, solo lo que veo en la tele y lo que he leído en revistas. A Maddie le encanta su música así que siempre tengo que buscarlo en Internet y ponerles sus vídeos es toda una fan de el. Según he leído se ha vuelto todo un mujeriego, sale cada día con una chica diferente. Daniela y Amelia nunca me han comentado nada de el, si el a preguntado por mi o cualquier cosa, y ahí se nota que no me ha echado de menos. Pues si el fuera otro me viera buscado cuando escape y estoy segura que ni siquiera lo intento.
Seguro cuando salí corriendo del hotel cuando descubrí que me engaño, seguro volvió hacer lo que estaba haciendo con la chica pelirroja.
La primera etapa de mi embarazo fue la peor de todo pues me la pasaba llorando por aquí y por allá por el, pero estoy segura que eran por las hormonas.
Sé que en algún momento voy a toparme con el al igual que Maddie pues Alexander y Amelia aún están saliendo y Dani y Mike están en eso según lo que me ha contado Amy. Sé que en algún momento tengo que verlo cara a cara y eso me aterra, porque el va a saber que Maddie es su hija inmediatamente la vea, son idénticos físicamente y también en comportamiento. Maddie solo sacó mis ojos y después todo lo tiene de su padre.
También sé que en algún momento tengo que decirle la verdad a Nathan pues el tiene el derecho a saber que es padre de Maddie, aunque no la quiera y no quiera hacerse responsable pero es su hija y tiene el derecho a saberlo. Igual a Maddie tiene el derecho de saber que tiene un padre... y vaya sorpresa que tendrá cuando sepa que aquel hombre que ella admira tanto y ama es su padre.
Pero nada de eso será ahora, ni mañana ni en meses. No estoy preparada para eso no lo estoy y no se cuando lo estaré.
El día pasa rápido y llega la hora de irme, en el camino me encuentro con Kat.
—Hola Camille. —Me saluda con un corto abrazo.
—Eres un perra, le enseñaste a Maddie a decir tetas. —Le reprochó.
—Oh vamos tu hija pregunta mucho solo quiere apreder más. —Responde.
—Pero podías decirle que se llaman pechos o pechos, tetas.
—Es que escucharla decir tetas es más divertido que pechos.
—Como sea. —Respondo. —¿Qué harás ahora? ¿Quieres que vayamos por un helado junto a Maddie?
—Claro que si, solo deja enviarle un mensaje a mi padre para que no pasé a recogerme.
—¿Y tu auto? —Pregunto confundida.
—Mi hermano choco contra algo y lo destrozó. Es un maldito.. —Chilla.
—Oh mierda. ¿Y está bien tu hermano? —Pregunto preocupada.
—Si solo tiene algunos golpes pero nada grave. El que se llevó la peor parte fue mi bebé.
—Odiosa maldita, si fuera un chisme estoy segura que me vieras dicho, ¿por qué no me dijiste nada de tu hermano?
—Eso fue anoche y ya te dije. —Pongo los ojos en blanco y no respondo.
Le tengo mucho aprecio a su familia pues ellas también me han ayudado bastante con Maddie y mi embarazo.
El camino a la guardería de Maddie pasa entre bromas y malas palabras por parte de Kat, ella dice bastante, es versión Daniela pero pelirroja. Ella siempre tiene que darle un montón de dinero a Maddie por todas las malas palabras pues ella no sólo a mi me cobra si no a todo el mundo que la dice que esta a su alrededor.
—Espera aquí. —Digo cuando ya estamos frente a la guardería.
Ella asiente y comienzo a caminar cuando veo todos lo niños correteando saliendo. Rápidamente localizó a Maddie con su tutú de Ballet y su cabello suelto hasta la mitad de la espalda y sus brillantes ojos verdes. Maddie es bellísima y cada dia que pasa me enamoro más de ella.
—¡Nani! —Chilla cuando me ve y me abraza por los pies
—Hola mi amor ¿cómo te fue? —Le pregunto mientras lleno sus mejillas de besos.
—Un niño no me dejo Columpiarme. —Dice mientras hace un puchero.
—Pues tu súper Mami va a llevarte a un parque ahora mismo y por helado. —Respondo y ella chilla de la felicidad, no puedo evitar reír junto a ella. Me encanta verla feliz, pero mi sonrisa desaparece al recordar algo.
Súper Mami..
Súper Nate..
Así el llamaba a su pene, sonrió al recordar eso, Nathan estaba loco.
Caminamos hasta el auto donde está Katherine y Maddie chilla de felicidad al verla. Siempre he así todo al rededor de mi hija es felicidad y amo eso.
—¡Tía Kat! —Kat le da dos besos en las mejillas.
—¿Cómo esta mi caramelito? —Le pregunta Kat. Pongo el auto en marcha mientras Maddie charla con mi amiga en sus piernas.
—¡Tetas! —Escucho decir a Maddie y rápidamente llevo mi vista a ella y veo que ella tiene agarrado los pechos de Kat.
—Maddie no digas eso ya para. —Le reprochó.
—No Nani tetas, tetas, tetas de tía Kat. —Chilla de nuevo.
El camino al parque pasa así Maddie chillando tetas, solo espero que no diga eso delante de personas que no seamos Katherine y yo.
Llegamos al parque rápidamente y todos nos desmontamos de mi auto y vamos por helado, luego nos sentamos en un pequeño banco en el parque.
—¿Y qué harás el fin de semana? —Pregunta Kat.
Dirijo mi vista a Maddie y gimo al ver como toda su cara esta cubierta de chocolate.
—Maddie solo usa la lengua, no ensucies tu carita mi amor. —Ella levanta su mirada del helado y asiente. Luego me sonríe y casi me derrito al ver su linda sonrisa , sus ojos se achinan mientras muestra todos sus dientes llenos de chocolates y dia hermosos ojuelos a cada lado de sus mejillas justamente como su padre. Nunca me imagine de madre, pero ahora no me imagino una vida sin mi pequeña niña.
—¡Hey estoy aquí! Tierra llamando a Camille. —Katherine me hace volver a la realidad.
—Aah si. Pues lo normal, ver un maratón de la sirenita Ariel con Maddie. —Respondo a la pregunta de mi amiga.
Mi vida social se ha reducido a trabajar y pasar tiempo con mi hija desde que estoy en México. Y la verdad no me quejó adoro estar con mi niña.
—Pues saldremos, desde que te conozco tu vida se ha reducido a trabajar, ir al cine al parque solo eso. Iremos a una disco y Maddie se quedará con mis padres y follaremos de aduro. —Chilla Katherine.
—¿Qué es follar Nani? —Pregunta Maddie.
Miro a Kat y la fulminó con la mirada. Maddie me mira esperando una repuesta.
—Pues es... bueno creo que es... follar es tener hambre si. Por eso Katherine dijo que quería follar pues ella quiso decir que quería comer. —Explico torpemente.
—¡Pues yo quelo follar Nani! —Chilla Maddie. —¡Quelo follar ahora, quelo follar mucho y..! —Rápidamente le cubro la boca con mi mano para que no siga chillando pues hay personas que nos están mirando raro.
—Mira lo que hiciste Katherine. —Le reprocho.
—No fui yo que le dije que follar era comer. —Explica mientras se pone de pie. —He quedado con alguien así que hablamos luego piensa lo que te dije lo de... follar. —Susurra lo último.
Le doy un corto abrazo y ella procede a despedirse de Maddie.
—Hablamos luego caramelito hermoso de tía.
—¿Y no follaras con nosotras? —Le pregunta Maddie haciendo un puchero. Se que se refiere a que si va a comer con nosotras.
—Maddie no digas así di a comer. —Le explicó.
—No Nani es follar. —Chilla.
Mi amiga se despide de nosotras y Maddie se va a corretear por el parque, saco mi celular y procedo a responder algunos mensajes de algunos pacientes del trabajo cuando veo que un hombre toma asiento a mi lado y me saluda. Por educación guardo mi celular y le devuelvo el saludo.
—Hola. —Le sonrió. Es muy guapo esta vestido con un lindo traje, tiene el cabello risado y sonrisa encantadora.
—Es un agradable día, ¿cierto? —Pregunta el hombre mirando a su alrededor.
—Si la verdad que es un día lindo —No término de hablar porque Maddie llega a mi.
—¡Nani mía, Nani mía! —Chilla mirando mal al hombre.
—Si Maddie soy tuya pero solo estoy siendo amable. —Le explico y en repuesta ella sube a mis piernas y se aferra a mi cuello. —Lo siento, ella suele siempre ser así con las personas que se me acercan que ella no conoce. —Le digo al hombre por la actitud de mi hija.
—No te preocupes. —Responde el hombre mientras le sonríe a Maddie y eso provoca que ella lo mire mal mientras fruce el ceño. Ella suele ser muy odiosa cuando se lo propone.
—Maddie se amable y saluda. —Le digo.
—No quelo Nani. —Chilla.
—Por favor mi amor... —El sonido de mi celular me interrumpe. Le pido disculpas al hombre y me pongo de pie con Maddie y contesto. —Alo.
—Hola Camille ¿Cómo estas? —Pregunta Amelia.
—Bien aquí con Maddie en el parque. —Rápidamente mi hija dirige sus ojos a mi. —Es tía Amy. —Le susurro y ella sonríe.
Maddie conoce a Dani y Amelia pues ellas cada vez que pueden me vistan y hablan por teléfono o por vídeo llamada. Y mi hija adora a esas chicas.
—¡Tía Amy! —Chilla Maddie quitandome el celular de la mano. Ellas intercambian algunas palabras y después ella me devuelve el teléfono.
—Esa niña cada vez esta más inteligente, Dios ya quiero verla. —Responde Amelia.
—Si es una sabionda. —Le doy un sonoro beso en la mejilla a Maddie lo que provoca que ella sonría.
—Te tengo una noticia. —Rápidamente prestó atención a Amelia.
—No me digas que se te olvidaron las pastillas de planificación y te embarazaste... o que engañas te a Alexander y ahora tienes sífilis... o que el te engaño a ti y los dos tienen gonorrea o que..
—¡Me voy a casar! —Chilla interrumpiéndome.
—¿Qué? ¿Con quién? ¿Cuándo? ¿Dónde?
—Pues con Alexander obvio, y será aquí en una semana. Tu y Maddie tienen que venir pues serás mi dama de honor y Maddie llevará los anillos.