—No creo que sea buen momento para hablar, estas, nerviosa y pasaste por algo traumático. Te parece si vuelvo mañana y hablamos. Dejare que descanses. —Está bien. Él se levantó del sofá del frente y se acercó a ella, arrodillándose a sus pies tomo sus manos mientras la miraba a la cara. —Te juro que no estoy prometido con Kalesa. A quien deseo esa ti y quiero en mi vida. Sinceramente estoy enamorado de ti Andrómeda y te amo. No te he engañado. Mañana vendré para que hablemos mejor. Su mirada mostraba sinceridad y sus palabras fueron dichas con amor, pero todo eso podría ser falso. Estaba confundida, y el simple hecho que se le declarara de esa forma la derretía. —De acuerdo. Fue lo que dijo, y vio alivio en su mirada. Le dio un casto beso en los labios pero ella quería más, demonios

