Mike no estaba tan mal como pensaba. Sí, los golpes que fueron propinados por Leonardo habían sido bastante fuertes como para que estuviera hinchado por dos meses, pero su condición estaba mal porque claramente estaba muy drogado cuando llego al kínder. Yo misma estaba cansada de limpiar todo lo que él hacía. –Estará bien. –Me asegura el doctor mientras los dos vemos a Mike, en una cama de hospital. –Pero debe controlar sus niveles de drogas. No di el llamado a la policía, ya que lo conozco bastante bien. Y era cierto, el doctor Taylor nos conocía ya muy bien, ya que siempre atendía las lesiones de Mike y era una persona de confianza. –Me alegra que nos hagas este favor. –Le agradecí. –Muy bien, me iré. –Me avisa dejando la habitación. Cuando me encontré sola, solo puedo verlo ah

