16- Ella es la indicada

1902 Words
Declan Se desploma el sofá, jadeando. Me subo a su lado para besarla, esperando que pueda saborearse en mis labios. —Necesito correrme ahora— gruño. —Si, dentro de mi— Jazmín me atrae de nuevo. Envolviendo su puño alrededor de mi m*****o hinchado, me guía hacia su centro aún palpitante y me hundo dentro. Esta mujer me va a matar, y voy a disfrutar cada segundo de mi caída. No puedo parar. Está tan apretada, tan cálida, y estoy más allá del punto de no retorno. Bombeo mis caderas, me inclino impotente sobre el borde, derramando pulso tras pulso dentro de ella. Sus piernas me sostienen cerca hasta que las últimas replicas se desvanecen. —Maldita sea, eso fue intenso— dice, respirando con dificultad. —Tal vez debería mantenerte reprimido más a menudo— Dejo escapar una media risa, medio gemido. —Por favor, no. Estas últimas dos semanas han sido una mierda— Me doy cuenta de que, si bien mi afirmación es cierta, no es solo por la falta de sexo. Es una mierda no pasar tiempo con Jazmín. —Solo te estoy provocando, grandulón— —Mujer malvada— Me inclino y ella abre la boca para mí. compartimos un beso lento y perezoso. Durante un rato nos sentamos en el sofá y disfrutamos del resplandor crepuscular, con los brazos y las piernas entrelazadas, su cabeza en mi hombro. Me doy cuenta de que mi hambre anterior no se debía solo a la falta de orgasmo…También he echado de menos esto. Impulsivamente, pregunto: —¿Te interesaría ir conmigo a la boda de mi primo Brad la semana que viene? — Ella no se mueve. Su expresión apenas cambia, pero puedo sentirla cerrarse. —¿Por qué? — pregunta. Hago un ruido vago. —Solo una idea. Él y Sheila esperan que lleve una cita, y no lo había planeado inicialmente, pero suena mejor que ir solo— Jazmín se incorpora, alejándose de mí. —No puedo ser tu cita a nada porque no estamos saliendo. Eso no era parte de nuestro trato— Levanto una mano. —Tienes razón. No estamos saliendo. Pero créeme cuando te digo que no será gran cosa. Mi familia está acostumbrada a que traiga a una mujer una sola vez. serán perfectamente amables, pero nadie se encariñará ni hará preguntas incómodas. Nada de interrogatorios, nada de expectativas raras, solo charlas informales y educadas. Será como si solo fuéramos amigos—. incluso la amistad es un territorio ligeramente peligroso, pero con suerte, Jazmín, será más receptiva a eso que a la alternativa. Suspira con una extraña especie de escepticismo triste. —Te creo, pero aún así…— —¿Por favor? Ven a pasar el rato conmigo para que no me aburra muchísimo— digo en mi tono más dulce. Se muerde el labio, con la mirada baja, y luego me mira de nuevo. —¿Qué gano yo con esto? — Bien, estamos llegando al algo. Me froto la barbilla pensativo. —¿Te… daré mi rebanada de pastel de bodas? — Resopla con una expresión inexpresiva. —Ya no soy una estudiante universitaria. Ha pasado tiempo desde que la comida gratis fue suficiente para hacerme ir a algún lugar que no quiero ir— —Bien. Es una negociadora dura, señorita Ford. ¿Qué tal si hago eso que hice la última vez y que te hizo gritar? — Sonrió con suficiencia. Ella aparta la mirada, con las mejillas sonrojadas, conteniendo una sonrisa. —Oh, Dios mío, no vuelvas a mencionar eso. Fue vergonzoso— —Fue jodidamente excitante— le dedico una sonrisa. —Oh, cierra tu asquerosa boca de perra— Aparta mi cara, pero también se está riendo, así que lo cuento como puntos a mi favor. —Bien, bien, tú ganas. Iré contigo— *** A la semana siguiente, en la recepción de la boda, me relajo junto a la barra libre, bebiendo un Martini seco y viendo a Jazmín bailar con un paso lento y arrastrado con el anciano padre de Brad. Se rie y arruga la nariz. Ja, el tío Kurt debe haberle contado uno de sus famosos chistes tan malos que son buenos. Mi hermano menor, Nick, se desliza hasta la barandilla a mi lado con una mirada de suficiencia, como si creyera saber algo que yo no. —Entonces, ¿tú y Jazmín, ¿eh? — La leve sonrisa que ni siquiera sabía que llevaba se desvanece. —¿Qué pasa con eso? — —Nada— dice en un tono que lo dice todo. Se gira hacia el camarero. —Hey, ¿puedo tomar lo que él está tomando? Gracias— —¿Dónde está Heather? — pregunto. Ya sabes, tu hija pequeña con la que deberías ir a jugar en lugar de molestarme con Jazmín. —Con Britney, no te preocupes— Toma un sorbo de su Martini con una indiferencia exasperante. Cerca de allí, mi hermana mayor Avery, se separa de su marido y sus tres hijos pequeños y se acerca con él bebe Daniel dormido en brazos. Me sonríe radiante. —¿Están hablando de Jazmín? ¿No es la mejor? — Entrecerrando los ojos, los miro de un lado a otro con las más profunda sospecha. —Esto es una conspiración, ¿verdad? ¿Qué están tramando? — Nicholas levanta las palmas de las manos. —No hay ninguna conspiración aquí— —No intentes negarlo— respondo. —Simplemente pasa a la parte donde me dices que estás tramando— —Nos gusta Jazmín. Eso es todo— Avery se balancea ligeramente meciendo a su hijo a pesar de que claramente está muerto para el mundo. —Durante la ceremonia, cuando Kimberly empezó a hacer un berrinche, Jazmín se ofreció a sostener a Daniel para que yo pudiera concentrarme en calmarla. Normalmente, le da miedo la gente nueva, pero no podría haber estado más feliz. simplemente riéndose a carcajadas, balbuceando, arrullando y extendiendo la mano para tocarle la cara…— —Lo sé, Avery— digo con toda la paciencia que puedo, lo cual no es mucha. —Estaba sentado junto a ustedes dos. Lo vi todo. Y ya sabía que le encantan los bebés— Es en cierto modo la razón por la que estamos haciendo lo que sea esto…pero ciertamente no se lo digo a ninguno de los dos. No es de extrañar que Jazmín sea madre natural. —¿Entonces, ¿Cuál es tu punto? — Avery me mira fijamente con una de sus típicas miradas de “¿Qué eres, estúpido?” de hermana mayor. —Lo que quiero decir es que es super dulce— —Eh, ¿estoy de acuerdo? — respondo con cautela, ¿Adónde quieren llegar con todo esto? —También es muy inteligente— dice Nick. —Estaba hablando con ella antes sobre los impuestos de las pequeñas empresas. ¿Sabes si acepta algún trabajo de contabilidad? Nos vendría bien una mano con eso en la tienda— Me encojo de hombros. —Probablemente no. Tiene su propio negocio, en antigüedades— —Maldición. De todos modos, ambos creemos que tienes que atrapar a esta chica— Nick me mira levantando las cejas. —Es la indicada, amigo— ¿Me estan tomando el pelo ahora mismo? dejo mi bebida con un chasquido. —Conociste a la mujer hace unas horas. ¿Cómo…? — miro al bebé que aún duerme, cuya cabeza despeinada descansa sobre el hombro de Avery. —… ¿Sabes algo? —… —Oh, podemos reconocer a una buena chica cuando la vemos. Es totalmente diferente a las mujeres con las que sueles salir. Sin ofender, pero tu gusto ha mejorado mucho, hermanito— Avery sonríe con suficiencia. —Y hay que estar ciegos para no ver como la miras— Me pellizco el puente de la nariz. La cosa es que no puedo enojarme demasiado porque tienen toda la razón. Jazmín es realmente increíble, lo tiene todo y encaja perfectamente en mi familia. Pero Avery y Nick no saben las razones por las que salir con ella no funcionaría, y no puedo explicárselo. Jazmín y yo tenemos que cumplir el trato que hicimos cuando cuando empezamos esto. Necesito concentrarme al cien por ciento en dirigir la empresa, y ella dijo que su plan de vida tampoco tiene cabida para una relación. Ni novio, ni marido, ni hombre que ofrezca algo más que ser donante de esperma. —No está interesada en ir en serio— me quejo finalmente, con el estómago un poco revuelto. Apuro mi Martini y empujo la copa al otro lado de la barra. Avery inmediatamente salta a la yugular. —Dijo eso? ¿Le preguntaste específicamente? — Mierda, he cometido un error. No debería haber dejado escapar ni siquiera esa pequeña información. —Si— digo, mi respuesta cortante y plana. —Entonces, ¿quieres ir en serio con ella? — pregunta Nick. —No. Hablamos de los límites de la relación como un par de malditos adultos, y sugirió el tema— Daniel se mueve y me obligo a calmarme y bajar la voz. —Es complicado, ¿de acuerdo? Por favor, déjalo— —Ve a disfrutar de la fiesta. Creo que ya está libre— Avery señala al otro lado del salón de recepción, hacia la pista de baile, donde Jazmín se despide de una mujer de mediana edad que no conozco. Una de las parientes de la novia, tal vez. Supongo que el clan Smith no es el único que está enamorado de ella. —Claro, iré a bailar con ella— La perspectiva aligera el mal humor en el que me pusieron Avery y Nick con toda su charla sobre relaciones. Ya que estoy aquí, también puedo disfrutar de un baile o dos, no hay nada de malo en eso, ¿verdad? —Nos vemos luego— Pido un Mai Tai y me abro paso entre la multitud hasta la mesa donde Jazmín acaba de sentarse. —Toma— digo, ofreciendo el coctel. —¿Ya bailaste lo suficiente? — Se ve hermosa esta noche. Con un vestido lavanda sin tirantes y su largo cabello recogido en un elegante moño en la nuca, esta impresionante. ¿Lo mejor de todo? Lleva ese lápiz labial que me encanta, el tono brillante que tambien hace que el color de sus mejillas resalte. —No, solo quería un descanso rápido— toma un largo trago. Relajó su postura sobre la bebida después de que le dijera que muchos bebes fueron concebidos bajo la influencia del alcohol. —Mmm, eso está muy rico…Gracias— Me siento con ella mientras bebe hasta que la banda cambia a una buena canción, luego me levanto y le ofrezco la mano. —¿Te gustaría bailar? — Se pone de pie de un salto y deja su vaso medio vacío a un lado. —Me encantaría— Mientras caminamos hacia la pista de baile, le pregunto. —¿Te estás divirtiendo? — —Si, de hecho. Todos han sido muy amables— Entonces su sonrisa se convierte en algo menos inocente. —Pero estoy deseando que acabe la noche— Oh…cuando volvamos a nuestra habitación de hotel compartida. Que solo tiene una cama. Le devuelvo la sonrisa y le doy la razón con un beso. — Yo también—
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