8- ¿Has perdido la cabeza?

2571 Words
Declan Apago mi teléfono, sonriendo triunfantemente por como convencí a Jazmín par que cenara, y termino de terminar el trabajo del día. Mi buen humor es aún mejor porque mi mejor amigo y yo finalmente decidimos tomar algo esta noche. Entre mis horarios de locura y Jordan tratando de compaginar el trabajo con la familia, no nos hemos visto en un par de semanas, y que me jodan si voy a llegar tarde. Conduzco hasta el bar Nelly´s me estaciono en la acera y entro en la sala neón poco iluminada con su barniz descarado y un persistente aroma a tabaco. Este lugar es un completo desastre, pero también es uno de nuestros antiguos lugares de reunión de la universidad, así que, aunque ahora ambos podemos permitirnos algo mucho mejor, seguimos visitándolo de vez en cuando por razones sentimentales. Me acerco donde Jordan ya está sentado en la barra pegajosa y le doy una palmada en el hombro. —Hey, me alegro de haberte podido sacar Jordan se gira en su taburete con una amplia sonrisa. —Ha pasado demasiado tiempo, hombre. Casi olvido como eres— Saco mi billetera y me inclino más allá de Jordan para dejar mi tarjeta de crédito en el mostrador, lo que llama la atención del camarero. —Ya estoy aquí y estás atrapado conmigo, así que bebamos— Pedimos y pagamos en la barra, tomamos nuestras cervezas nacionales baratas y nos dirigimos a una mesa de la esquina donde podemos oírnos pensar por encima de la música country que suena en la rocola. Jordan toma un largo trago y sonríe mientras deja la botella. —Maldita sea, esta bueno. Es decir, sé que es prácticamente orina de caballo, pero de alguna manera sabe mucho mejor cuando estás fuera de casa, ¿verdad? — —Bueno, seguro que no es la compañía— digo, tomando un trago de mi propia cerveza. —Que te jodan— dice Jordan con una sonrisa. —Entonces, ¿Cómo está el glamuroso estilo de vida de soltero? — Resoplo. —Como si un abogado fiscal no supiera lo que se siente tener dinero— —Eso no es lo que quería decir y lo sabes. Vamos— dice, —deja que un hombre de familia viva indirectamente a través de ti. ¿Quién es la protagonista esta vez? — Estás bromas son un juego tan viejo como el matrimonio de Jordan. Le gusta bromear sobre como mi vida debe ser tan fácil y divertida, solo una gran fiesta, pero he visto como venera el suelo que pisan su esposa e hijos. —Ambos sabemos muy bien que nunca cambiarias lugar conmigo— Se encoge de hombros. —¿Quién dice que quiero? Todo lo que pido es un rápido vistazo a tu vida. Y lo único que me gusta más que una buena historia sucia es molestarte— Le sigo el juego con un suspiro exagerado de fastidio. —Bueno, sí insistes, pero en el libertinaje de siempre. Autos rápidos, mujeres rápidas, esnifando cocaína de la fotocopiadora, barriles de cerveza en la mesa de conferencias— Eso lo hace reír. —Tienes razón, no debería haber preguntado. Me estoy quedando dormido aquí— Me río entre dientes, dejando el tono falso. —En serio, ha sido la misma rutina de siempre. sigo hasta las cejas en negociaciones de contratos. Esa pequeña librería del centro que estamos tratando de comprar todavía no nos da la hora. Ya sabes, la habitual mierda con la que siempre te aburro— No puedo resistirme a añadir: —Aunque tengo una cita mañana por la noche— Jordan me mira con las cejas enarcadas. —¿Una cita? No sabía que todavía te molestabas en agasajar a las mujeres antes de acostarte con ellas. Ligar con las chicas de hermandades en bares parece más tu estilo— Me río, dándole un trago a mi cerveza. —Para tu información, imbécil, tengo citas de verdad todo el tiempo. simplemente no resultan en novias— Por un momento, considero dejar el tema y no revelar nada más. Pero Jordan es mi mejor amigo. No me gusta mentirle. Además, debo tener a alguien con quien hablar de esto, y sé que no se entrometerá. Lo más casualmente posible, digo: En realidad… ¿puedes guardar un secreto? — —Eso espero. La confidencialidad es una parte importante de todo el trabajo de abogado— responde. —¿Qué tienes en mente? — —Es una historia bastante divertida. Así que esta mujer con la que salgo… Jazmín se llama… ¿Sabes cómo la conocí? La semana pasada nos quedamos atrapados juntos en un ascensor en mi edificio. Y descubrí que está intentando formar una familia, así que me ofrecí a ayudarla— La cerveza de Jordan se detiene a medio camino de sus labios. —¿Ayudar cómo? — dice lentamente. —¿Como crees? Tienes dos hijos, amigo, sé que sabes cómo se hacen. Ya sabes, los pajaritos y las abejitas, y con un bebé son tres, aunque este bebé solo va a ser dos— Mirándome como si me acabara de crecer otra cabeza, Jordan baja con cuidado su vaso a la mesa. —Mas vale que sea una mala broma— su voz es absolutamente plana. Niego con la cabeza. —Quiere tener un bebé, resulta que tengo un equipo de producción de bebés bien dotado y funcional, así que me va a usar para quedar embarazada. Simple— digo, casi rompo algo tratando de no reírme de la forma en que los ojos de Jordan se abren de par en par. —¿Has perdido la cabeza? — me susurra en voz baja, como si estuviéramos hablando de secretos de estado. —¿En qué demonios estabas pensando? — Lo miro de forma extraña. —¿Qué… hacerle un favor a una dama y acostarme con ella al mismo tiempo? — Se aprieta el puente de la nariz. —No importa, no importa. Estoy seguro de que tu cabezota no era la que estaba pensando de todos modos. Pero antes de que tu cabecita se acerque a esta Jazmín, tienes que hacer que firme una declaración jurada de paternidad, resolver la custodia, conseguir…— Levanto la mano para protegerme del frenesí de Jordan en modo abogado. —¿Qué? No, amigo, tú me conoces. No quiero tener nada que ver con esta chica, y ella tampoco. No va a ser gran cosa— —No me trates de “amigo”— resopla Jordan. —Tienes treinta y cinco años. Podrías cambiar de opinión sobre sentar cabeza— —¿Y renunciar a todo esto? — hago un gesto a nuestro alrededor, hacia el bar en toda su tenue y sórdida gloria. Era una broma y él lo sabe, pero me lanza una mirada fulminante de todos modos. —Oh, si, por supuesto que no. Porque la novedad definitivamente nunca, jamás, desaparecerá de las citas a solas con preguntarse si has contraído ETS es muy divertido— Pongo los ojos en blanco. —Eso paso una vez, y la prueba salió negativa— —Cállate y escúchame un segundo. Tanto si quieres ser padre como si no, necesitas el papeleo de todas formas, y lo necesitas cuanto antes. Gracias a Dios que me dijiste algo antes de acostarte con ella— —¿Podrías relajarte? — le espeto. Su pánico está empezando a cabrearme, especialmente por la forma en que habla de Jazmín. Es como si pensara que no se puede confiar en mí, o que ella no puede, a pesar de no saber nada de ella. —Tengo esto bajo control— Respira hondo y lo deja escapar en un fuerte suspiro. —Está bien, intentaré relajarme. Pero en serio. ¿Qué pasa si cambia de opinión y va por ti más tarde? — —Te digo que no lo hará— me quejo. Confió en Jazmín. Ella sabe lo que quiere, y no es mi dinero. Jordan todavía parece completamente poco convencido, pero asiente. —Bueno, si estás seguro de que esto es lo que quieres… por favor, déjame al menos redactar algunos contratos para protegerte, por si acaso. Tú renuncias a tu derecho de custodia, ella renuncia a tu obligación de proporcionar manutención infantil, ambos acuerdan la confidencialidad mutua, cosas básicas como esas. Te enviaré todo por correo electrónico para que tú y Jazmín puedan firmarlos— Después de tomar un sorbo de mi cerveza, le doy un gruñido evasivo. —Envía lo que quieras. Le echaré un vistazo si te hace sentir mejor— Jordan sonríe, sabiendo que ha ganado. —Estarán en tu bandeja de entrada mañana al mediodía— Niego con la cabeza, sonriendo a mi pesar. Basta de cabrón testarudo… Hay una razón por la que hemos seguido siendo mejores amigo durante tantos años. —Ya basta de todo eso. cuéntame que hay de nuevo con Demi y los niños— —Nada en realidad. Pero todo está bien. La mayoría de las noches, cuando llego a casa, es para ver el final de Buscando a Nemo con los niños dormidos en el sofá, y Demi casi justo detrás de ellos. Así que le traigo una copa de vino y nos sentamos juntos un rato antes de acostar a todos— —¿Medio dormido bebiendo vino, viendo Buscando a Nemo entre un montón de ratas de alfombra? Que romántico— digo secamente. Jordan se encoge de hombros, sonriendo. —Los padre buscan su romance donde lo puedan encontrar— Charlamos un rato, más poniéndonos al día con el trabajo y otros temas mientras comemos pretzels rancios, y pedimos una segunda cerveza. Jordan es mi amigo más antiguo del mundo, y es relajante simplemente estar en compañía de alguien que te entiende. Finalmente, termina lo último de su cerveza y se pone de pie. —Probablemente debería irme. gracias por la cerveza, hombre. Hagámoslo de nuevo pronto— Me levanto para acercarlo y darle un fuerte apretón de manos y una palmadita de despedida en la espalda. —Definitivamente— *** Al principio no me tome nuestra conversación en serio. Lo que sea que me envié mañana, lo leeré y lo firmare. No me preocupa que Jazmín quiera algo más de mil de lo que mi cuerpo puede darle. pero de camino a casa, conduciendo solo por las calles oscuras, empiezo a reflexionar más profundamente sobre lo diferentes que son nuestras vidas. Esta no es la primera vez que hablar con Jordan me hace pensar en la familia. Se queja mucho de ser padre: demasiadas responsabilidades, poco tiempo de calidad con su esposa, las travesuras en las que se meten sus hijos, pero puedo decir que todo son quejas de buen humor. Él y Demi son la imagen de la felicidad conyugal, enamorados desde el día que se conocieron, y lo único de que aman más que el uno a otro son a sus dos pequeños. Lo que tiene Jordan parece funcionar bien para él. pero para mí…. Nunca funcionaria. Soy todo negocios, todo el tiempo, mi trabajo me lo exige todo. Si alguna vez me casara terminaría convirtiéndose en una repetición de la vida de mis padres. Mi padre, adicto al trabajo y emocionalmente estreñido, dejó a mamá tan sola que ella busco el afecto de cualquier hombre que la mirara dos veces. Y cuando llegó la crisis de la mediana edad, papá también empezó a tener sus propios romances y, finalmente, cambio a mamá por una modelo más joven. Era un gran cliché desagradable: el CEO follándose a su secretaria, su esposa follándose al entrenador personal, sus tres hijos abandonados a su suerte, y no estoy interesado en repetir el ciclo. Incluso si a mi hipotética esposa no le importara que trabajara todo el tiempo y no se follará al entrenador personal, quién dice que no nos cansaríamos el uno al otro. O pelearíamos todo el tiempo. O terminaríamos odiándonos tanto como mis padres. Simplemente no vale la pena. No estoy hecho para esto. Nunca le diría eso en la cara, pero en el fondo, sospecho que Jordan y Demi son una casualidad. Un extraño accidente de probabilidad. Noventa y nueve veces de cada cien, los corazones humanos pueden para soportar el peso de las carreras, los hijos, el estrés, la simple y aburrida rutina de la vida diaria. El amor es solo un delirio temporal, y tarde o temprano, la realidad y sus exigencias comenzarán a socavar la felicidad. aparecerán grietas y se extenderán en todo lo que intentes construir. Y el inevitable colapso de la felicidad conyugal… ¿Qué sentido tiene hacerme eso a mí mismo? ¿A alguien que me importe? Mejor no empezar. Mejor, más fácil simplemente quedarme solo. El silencio de mi pent-house a oscuras me da la bienvenida. El espacio grande y vacío está un poco frío después de mi largo día fuera. Camino hacia el termostato del pasillo, encendiendo las luces a medida que avanzo, y subo la calefacción. Luego vuelvo para revisar el refrigerador. No tiene sentido cocinar para una sola persona, especialmente a esta hora, cuando ya estoy cansado. Una cena rápida servirá. Agarro un poco de pan y embutidos, cierro la puerta del refrigerador con el pie y preparo un sándwich. Entonces hago una pausa, considerando el plato que tengo en la mano. La comida no se ve muy bien, por decirlo suavemente. La idea de comer me golpea de repente me parece poco atractiva. Mmm… Tal vez revivir viejos recuerdos de la infancia me hizo perder el apetito. A la mierda, me ducharé y me iré a dormir. Pongo un film transparente en el plato y lo guardo en el refrigerador para más tarde. Me desvisto y entro al chorro humeante con un siseo, luego un suspiro de placer. El agua hirviendo es justo lo que necesito para relajarme. Pero en lugar de calmarme como había planeado, me acelera la sangre y mis pensamientos se dirigen a lo que me espera mañana por la noche. Jazmín… Estoy más que listo para pasar un rato con ella. Demonios, mientras haya muchos orgasmos, no estoy del todo preocupado por cuanto tiempo tome. Mi polla se contrae con interés. Dejo que mi mano descienda, sobre mi pecho y mis abdominales, siguiendo el camino del agua que gotea. En menos de veinticuatro horas, Jazmín será la que me acaricie así. explorándome. Y yo haré lo mismo con ella, mapear cada centímetro de ese increíble cuerpo, descubrir que es lo que más le complace. Le daré orgasmos que la harán gritar hasta que se derrita en un desastre sudoroso y satisfecho. No puedo esperar, mierda. En un minuto, ya estoy completamente duro, y ahogo un gemido a la primera embestida. Dios, estoy tan listo para ella. Lo que no daría por tener a Jazmín en la ducha conmigo ahora mismo, desnuda y mojada, sus curvas sonrojadas por el calor. La presionaría contra la pared de azulejos y descubriría a que sabe su coño. Pero todo eso sucederá mañana, no ahora. Todavía no. Y hasta entonces, no debería correrme antes de tiempo. mordiéndome el labio, me obligo a bajar la mano e ignorar el dolor de la lujuria frustrada en mi ingle. Quiero guardarlo todo para ella. Mientras me lavo el pelo con champú, sonrió con suficiencia. Una cosa se con certeza… Mañana. Voy a sacudir su mundo
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