En cuanto Susana vio a Ellen Howe, sus tensos nervios se relajaron al instante. Abrazó a Ellen con fuerza y las lágrimas que había estado conteniendo durante tanto tiempo se derramaron y empaparon la ropa de Ellen. Ellen era la mejor amiga de Susana. Se conocían desde hacía muchos años y lo sabían todo la una de la otra. Después de la gran convulsión que sufrió su familia y de que Adrián la encarcelara, Susana estaba perdida y no sabía adónde ir. Fue en ese momento cuando Susana pensó en Ellen. Susana no quería causarle problemas a Ellen si había otras opciones. Pero ahora Susana no tenía otra opción, e incluso las necesidades básicas como la comida y el refugio eran una lucha para ella. Ellen miró las heridas de Susana con preocupación y le acarició suavemente la espalda. —¿Qué te

