En el salón principal de la mansión Olson. Janice se sentó junto a Adrián, mientras Lara permanecía erguida, equilibrada y digna. Sus modales exigían respeto a los demás. La familia Morgan siempre había sido así. Adrián frunció el ceño. Susana también era así al principio, orgullosa pero humilde, con una innegable educación grabada en los huesos. —Sr. Olson, por favor libere a mi hija. —Después de un momento, Lara habló. Su súplica estaba llena de preocupación pero extrañamente poderosa. —Sra. Morgan, ¿por qué dice eso? Susana es la esposa de Adrián. Recientemente se lesionó un riñón y abortó. Necesita descanso y cuidados adecuados. —Janice habló con urgencia y empatía. «¿Se lesionó el riñón? ¿Ha abortado?» La situación de Susana quedó clara en pocas palabras. El corazón de Lara tem

