Hannah —¡Princesa! ¡Gracias al cielo despertaste!—Bastian es lo primero que veo al abrir los ojos. —¿Qué me pasó?—Inquiero con desconcierto. Bastian, toma mi mano y después de dirigirle una mirada a Sofía la cual ella responde con un asentamiento, dice: —Te desmayaste después de leer la horrible carta de ese... de Hermes. Instantáneamente mi corazón se aprieta al recordar cada palabra de esa carta. Las lágrimas no se hacen esperar y soy reconfortada por los fuertes brazos de mi amigo. —Llora, nena—Acaricia mi cabeza con ternura—Llora todo lo que tengas que llorar y continúa con tu vida, ese patán no sabe a la mujer que dejó ir.—Argumenta con rabia. Siento como su cuerpo se tensa y yo no puedo hacer nada más que llorar. Es la única manera que tengo para lograr sacar todo. El dolor

