Hermes —¿Estás segura de hacer esto, mi amor?—le pregunto entre besos. —Muy segura, Hermes—soltando mis labios, se gira para abrir la puerta de su habitación. —¿No prefieres esperar? Acabas de dar a luz, ¿tu herida no corre algún riesgo? Lo último que quiero es causarle daño, han pasado meses, largos meses desde la última vez que estuvimos juntos. —No quiero esperar. Di a luz hace un mes y es seguro mantener relaciones sexuales, lo consulté con la doctora hace una semana. Así que, cállate y bésame o llevame con mis hijos—. Dice cruzándose de brazos, muy cerca de mis labios. —Cómo ordenes. No puedo seguir resitiéndome, la tomo por la cintura y devoro sus labios. Ella me corresponde con la misma fuerza, la misma pasión y el mismo deseo. Sus manos viajan a mi nuca, sus dedos dan tiron

