Hermes —¿Está seguro, señor?—inquiere el camarista que me encontré en el camino. De haber sabido que tenían un pésimo room service, habría hospedado a mi familia en otro hotel. —Sí, estoy seguro. Encargué la comida hace más de una hora… —Señor—se atreve a interrumpirme—uno de mis compañeros entregó su pedido tan solo quince minutos después de haberlo recibido… Frunzo el ceño, esa es una vil mentira. —Se habrá equivocado de habitación, no recibimos nada, es por eso que estoy aquí—digo exasperado. —No—mira algo en la tableta que lleva consigo—. Habitación 306 a nombre de Hermes Ackermann. Me acerco para comprobar sus palabras, es cierto. La información es correcta, ¿entonces qué demonios pasó? —No sé qué pasó, pero le pido amablemente que lo solucione o mejor aún, contraten personal

