El viaje fue en completo silencio, a comparación del anterior que por poquito pierde hasta la vida, en pocas palabras lo que Venus deseaba en ese momento era llegar a la casa de su abuela, pero lo estaba viendo menos probable, ahora solo le quedaba descansar lo mejor posible en ese lugar que le habían ofrecido esa extraña organización. Los vidrios polarizados no le permitían ver el camino hacía aquella casa, porque lo que realmente estaba pensando era que la estaban secuestrando alguna clase de mafia, aunque están perdiendo su tiempo con ella porque su familia no tiene demasiado dinero, y no solo eso sino que viene de un país tercermundista.
―Este es el lugar donde te quedarás, espero que mañana me des el dispositivo―habló el hombre vestido de traje elegante, a la vez que estacionaba el vehículo.
Venus se asusto al escuchar sus palabras, puesto que se iba a quedar sola en un lugar que ni siquiera conocía o sabía donde se encontraba, además que ese hombre la comenzaba a hacer sentir un poco de miedo, porque ella no sabía a que dispositivo se esta refiriendo y eso la tenía aún más confundida.
―Señor, yo no... ―balbuceo la chica por lo bajo siendo interrumpida de inmediato.
―¡No me digas así!– exclamó de mala manera el agente, callándola en el acto.
La chica simplemente inclinó la cabeza, como niña pequeña cuando la madre le regañaba por hacer algo malo.
Thomas rodó los ojos con fastidio por las acciones tan infantiles que la "agente encubierto" hace, era como si de cierta manera tratase de hacerse la tonta con él y eso de sobremanera le molestaba, ya que deseaba culminar la misión lo antes posible.
―Ve a dormir, mañana hablamos –hablo con voz seca y un toque de frialdad el hombre.
La castaña optó por bajarse del auto sin perder más tiempo, su boca se abrió ligeramente al ver la enorme y lujosa estructura de la vivienda que era solo para ella por esa noche. Volteo dispuesta a pedirle una explicación al hombre pero este arranco, dejándola allí con las maletas a un costado; por lo que no le quedo de otra más que entrar al lugar.
―¡Woow!... ―grito de la sorpresa al ver el interior de la casa. ― ¿De qué trabajan para tener un lugar así? – Se preguntó a si misma, colocando su maleta a un lado del sofá.
Venus soltó un largo suspiro de sus labios, estaba tan cansada que ni siquiera fue a explorar el hermoso lugar, solamente quería darse un baño y principalmente dormir.
(...)
En las oficinas principales de la Agencia Central de Inteligencia
Un hombre vestido con un elegante traje n***o, caminaba tranquilamente por los pasillos de la CIA. Después de tener la más extraña jornada laboral en la que una agente actúa como una completa tonta, él debía investigar a fondo a esa misteriosa chica; así que se dirigió hacía su oficina para de esta manera prender su laptop, dispuesto a buscar todos los datos de ella.
Thomas comenzó a desplazar sus dedos a través del teclado de la computadora, dejando un leve sonido al momento de presionar cada una de las teclas.
Venus Williams.
Escribió en el buscador para presionar el enter, varios datos de personas hicieron aparición en la pantalla., ubicó el pulsador en el primer enlace para darle clic, enseñando de esta manera la página interna. Lo primero que captaron los ojos azules de él fue la fotografía de la licencia de conducir de ella.
Venus Adaris Williams Rodriguez, ciudadana venezolana estudiante promedio, graduada hace poco en informática.
―Nada extraordinario a decir verdad―susurró para si mismo, continuando con la lectura.
Nacida en Caracas/Venezuela el veintisiete del mil novecientos noventa y nueve...
―Casi posee mi edad, soy un año mayor ―murmuró, ya perdiendo la paciencia al no encontrar nada.
Era como si ese perfil fuera de una persona común y corriente, pero podría ser que pareciera de esa manera para que se vea verdadero y no el de una agente secreta encargada de traer el dispositivo aquel país. aunque existía en el la duda del ¿Por qué se toma tanto trabajo en mantener ese papel de niña tonta con ellos?...
Él estaba sumergido en la lectura que no se percató de que su Jefe estaba justo detrás.
―¿Por qué no fuiste a mi oficina como te indique?―interrogo el superior con seriedad.
Thomas de un brinco en su asiento, para cerrar su laptop de manera brusca.
―Lo siento, señor me distraje un momento―dijo el agente, inclinando la cabeza hacía adelante.
El mayor simplemente hizo un gesto con la cabeza indicándole la puerta de su oficina.
(...)
Residencia protegidos a testigos.
Venus después de darse apróximamente una ducha de un treinta minutos estaba lista, para dormir pero primero quería desocupar su maleta, y saber que todo estuviera allí, puesto que hay veces donde en los aeropuertos le sacaban a los equipajes pertenencia, o bueno eso pasaba en los aeropuertos tercermundistas. Ella examino que cada una de prendas de vestir estén en perfecto orden y efectivo esta todo.
No obstante, cuando abrió el cierre delantero de su maleta se percato de la presencia de un objeto que no era propiedad de ella, por lo cual sin perder tiempo lo sacó, dándose cuenta que es un lápiz labial del que Venus no tenia conocimiento de haberlo comprado antes de venir a ese país.
―Esto no es mio―susurró, quitándole la tapa para ver el color rojo intenso del producto. ― Al menos no perdí nada sino que me dieron algo nuevo―agregó por lo bajo, antes de taparlo.
Sin embargo, en ese momento sintió como su corazón se detuvo de golpe, al escuchar como alguien abría la puerta principal de esa residencia, y ella estaba segura que antes de subir le había puesto el seguro...
Continuará...