Después de la conversación con su esposo, Arina no pudo encontrar un lugar para ella. No era ningún secreto que Garin la amaba, pero ella no quería su amor, acusándolo de privarla de la oportunidad de estar con Matvey. Durante veinticuatro años lamentó por su vida perdida, se consideraba casi como una gran mártir, que por el bien de su hija toleraba la presencia de Garin. Ella no le dio ninguna oportunidad de demostrar su amor. ¡Pero por qué no! La protegía, resolvía todos los problemas, la apoyaba en los momentos difíciles, amaba a su hija, aunque podría que no fuera suya. Le dio la confianza de que siempre estaría ahí y siempre le ayudaría. Ella nunca le dio las gracias, porque lo consideraba un monstruo que le quitó su amor. Ella daba por sentado su cuidado y protección que, a veces, l

