Mi mirada se centró en los movimientos de la alemana, no podía negarle a nadie que se veía demasiado atractiva con aquella ropa que portaba, su vientre plano y marcado estaba a la vista al igual que la prominente protuberancia de sus pechos. ¡Vamos Karim, solo no nos mires! El alemán parecía tranquilo como si los dedicados movimientos de la danza de Hoffman no causaran nada en él, una sonrisa surco mis labios, estaba haciéndolo tremendamente bien y Suzanne no parecía estar provocándolo o por lo menos no por ahora. —Aún está comenzando—Murmuro Cherisev, perdido, parecía estar centrado observándola mientras sus dedos acariciaban levemente su barbilla—Suzanne ha ganado por tres años consecutivos el premio anual de danza, si gana otro estaría a la altura de Tatiana Slocova, una rusa retirad

