El concierto terminó y cuando las luces se encendieron de nuevo, me di cuenta que en verdad necesitaba asistir a un concierto, necesitaba liberar toda la energía que tenía guardada dentro de mi cuerpo, en especial el estrés que cada día crecía un poco más en mí. Me sentí más liberada, más libre y hasta más humana de lo que era antes de entrar.
Al salir el aire helado de la noche nos envolvió me dio una bofetada de realidad, Fer se abrazó a si misma intentando agarrar calor, yo metí las manos en los bolsillos de mi chamarra y en silencio bajamos por la calle lateral al estadio hasta hallar el auto, el viejecillo que cuidaba los autos daba otra vuelta cuando nos divisó. Nos sonrió con amabilidad y mi amiga le dio el resto del dinero por cuidar muy bien el auto.
Me permití respirar con reg
