Llegue exhausta a mi casa y maldiciéndome interiormente por el simple hecho de no poder sacar esos grises ojos, como pozos sin fin de mi cabeza.
¿Era normal tener esa extraña sensación al tenerlo cerca mío? Era como si millones de partículas despertaran en mi interior haciéndome estremecer, sentía alivio de tenerlo a mi lado, pero a la misma vez una desconfianza y miedo se instalaban en mi ser.
Deseche todos esos pensamientos de mi cabeza y como buena estudiante, comencé hacer la tarea extra, de la cual no entendía ni una mierda por estar dándole vueltas al mismo asunto.
No podía seguir así, esto no era normal. Esto nunca me había pasado.
Arregle el poco el desorden que había en mi estancia y recordé que no había comido nada desde la mañana, comida la cual casi no comí. Así que me debatí entre preparar algo yo misma o pedir una pizza... Claramente gano la segunda opción.
Pero antes me daría un baño, así estaría más relajada... Me despojé de mi ropa y tome mi pijama favorita, un enterizo de conejito, era hermoso hasta tenía las orejitas y todo. Lo amaba, Kellian me lo había regalado.
One Dance de Drake, sonó en la estancia y me apresuré a contestar el teléfono. Me extrañe demasiado al ver que era mi madre.
-¿Hola? - dije un poco confundida.
-Hola querida, ¿Cómo estás? - Wao mi madre estaba actuando, como una mamá.
-Bien, ¿y ustedes?
-Pues bien, llamaba para decirte que nos iremos a Tokio un tiempo, te llamaremos cuando lleguemos para que tengas el nuevo número. Por si necesitas algo. - dijo con voz suave, que habían hecho con Clarissa Ivanouk.
-Pues está bien mamá, cuídense.
-Igual querida, tu padre te manda saludos. Chao.
-Igual, Chao. - dije y colgué.
Me sonroje al darme cuenta que estaba en ropa interior, y las puertas del balcón estaban abiertas, me apresuré a cerrarlas, el cielo estaba bastante gris.
Me metí en la ducha, no sé cuánto tiempo había pasado aquí, pero he de reconocer que el agua fría contra tu piel se sentía extremadamente bien.
Cuando salí me coloqué mi ropa y fui hasta la sala.
Cogí el teléfono pero no entraba, ¿Qué estará pasando? Mi móvil también presentaba sin señal. Es extraño, encendí el televisor para ver si presentaban algo en las noticias, pero un fuerte rayo dejó todo a oscuras, mierda sin luz.
Esto está mal, me da un poquito de miedo la oscuridad, fui hasta la cocina y tome una linterna que tenía en un cajón. La maldita no quería prender. ¿Por qué tengo tan mala suerte? La tire al piso en un ataque de ira y prendió. La iluminación llego a mi.
Salí del departamento encontrando todo a oscuras, ¿Por qué las luces de repuesto no habían encendido?
Todo el pasillo se encontraba muy escalofriante, creo que bajare donde Max haber que pasa, lo malo es que no creí que vendría una tormenta.
El ascensor estaba muerto, así que solo me quedaba una opción, las escaleras... Esas feas y escalofriantes escaleras.
Una voz en mi cabeza me decía que me devolviera, me tumbara en mi cama y me durmiera, pero como soy una aventurera, si claro, preferí ver qué pasaba... La verdad es que no quería estar sola.
Baje las escaleras con un miedo de muerte, no sé que me pasa pero mi corazón latía a mil por segundos.
Eso no es posible, estúpida.
Ignorando eso en mi cabeza, seguí mi camino. El living estaba en un silencio sepulcral, y a través de las puertas de vidrio se podía ver cómo las gotas de lluvia caían como piedras. Tan imponente, hermosa lluvia.
Busque a Max por todos lados, pero no había ni señas de él por ningún lado, tendría que regresar sola, asustada y ha oscuras. La linterna no era que ayudará mucho u la fuerte lluvia menos.
Subí las escaleras a pasos lentos, la verdad era que si me encontraba con alguien no quería parecer muy asustada.
No seas mentirosa.
Bueno ya, subí las escaleras corriendo, tropecé tres veces y caí una vez, por suerte. Gracias a eso tenía un fuerte dolor en mi mano, mi peso había caído sobre ella, pero no creo que esté rota.
Cuando Kellian se rompió su muñeca, lloraba como niño y no dejaba de maldecirme que estaba así por mi culpa... Lo cual era cierto, luego de que lo había empujado escaleras abajo y había rodado por ellas como bola de boliche.
El camino se me había hecho mas largo de lo que creía. Cuando estaba a punto de entrar escuche un ruido en el departamento de el lado. Qué extraño, ¿no que no vivía nadie?
Como soy muy curiosa, no dude en pegar mi oído en la puerta, pues el ruido se escuchaba más fuerte.
-Veo que eres curiosa, chiquita. - me sobresalté al escuchar esa voz, mierda porque tenía que salir. -¿Que escuchabas en mi departamento?
Del brinco la linterna callo, alejándose de mis pies, rápidamente me abaje a buscarla.
Cuando la tenía en la mano e intente usarla para ver quién era, me estamparon contra la pared.
-Eres mía. - ¿What? Su rostro se enteró en mi cuello y temí por mi.
¿Era un violador? Ay Dios, mira cómo iba a terminar perdiendo mi virginidad, eso me pasa por no haberla perdido hace más de un año, pero la culpa fue de Kellian... Kellian en este mismo momento te maldigo, por dañarme el polvo, ahora mira como terminare.
Su aliento chocaba en mi cuello y mis bellos se erizaron más en el momento en que dejó un beso en esa zona que no sabía que era tan sensible.
Intenté alejarlo con todas mis fuerzas, pero era más fuerte.
Sentí como algo desgarraba mi piel, y luego como unos colmillos se enterraron en ay, maldición dolía como los mil demonios. ¿Qué coño es esto?
Cuando sacó sus ¿colmillos? No se, lamió el lugar, imagino quitando los rastros de sangre y me soltó bruscamente.
Caí al suelo de bruces, levante la linterna y la encendí, cuando alumbre al extraño mis ojos se abrieron como platos.
Sus ojos fríos, crueles y penetrantes se quedaron fijos en los míos, sonrío de manera espeluznante, con la maldad brillando en sus ojos, este es mi fin.
-Ahora sí, eres mía chiquita... Para siempre.
Vi todo n***o, pero esos ojos ahora negros me miraron con toda la burla posible.