Ya estando en su casa de Mikonos, subiendo las escaleras hasta su habitación decide darse una ducha y tomarse unos minutos para llamar a Adara, quien pese a tantas ocupaciones que ha tenido, no ha salido de su mente. El deseo de tenerla cerca ha sido una constante en estos días, desde que tuvo que salir casi obligado del pueblo. Dado que está próximo el día en que ella debe retornar a Mikonos, dispondrá todo lo necesario para asegurarse que llegue a su casa con bien y sin ningún tipo de contratiempo. - Pearce –lo llama una vez bañado y vestido-. - Dígame señor –le responde parándose al frente-. - Vamos a mi despacho –le pide-. Toma asiento por favor –al ver que cumple con lo que le solicitó- Adara está por venirse de Parikia, no sé si te comenté que ella vive aquí en

