Faltando una hora para ir a buscar a Adara, Karl maquinando qué hacer para mantenerse alejado lo más que pueda de Mariu, y a fin de dejar claro que su decisión no tiene reversa, llama a Pearce. - Ven al despacho –le ordena llamándolo a su móvil-. - Voy –le contesta-. Pasados cinco minutos Pearce entró sin tocar. - Aquí me tiene –se anuncia con la respiración entrecortada-. - ¿Dónde estabas metido? –le pregunta extrañado al ver el estado en el que se encuentra-. - Estaba en el área de bienes ayudando a su secretaria a buscar unas cajas señor. - ¿Ayudándola o aprovechándola? –le pregunta entre risas levantando la ceja-. - No señor, a esa chica la respeto, además estoy en horas de trabajo –se excusa-. - Bueno, bueno, te llamaba para dar