Capítulo 2

1558 Words
Llegué a casa y me encontré el correo en la puerta, estaban las facturas mensuales, una invitación a una gala a la cual no pensaba asistir ya mandaría un ramo mi asistente , y un extraño sobre n***o. Ese sobre llamó mi atención, era totalmente n***o sin una referencia ni nada , no tenía remitente ni la dirección de entrega. Coloqué el resto sobre la mesita de café y lo abrí. Dentro no había nada más que un pequeño trozo de papel , lo tomé y automáticamente lo solté fue como si el papel me quemase. No era posible, no podía estar pasando. No podía ser mi nombre lo que ese papel tenía escrito , tenía que a ver visto mal. Temerosa lo recogí del suelo y lo observé , lo tenía , era mi nombre, mi nombre real y al darle la vuelta me encontré con un "Hola mi pequeña cascabel". *** No logré pegar los ojos en toda la noche, no los podía apartar de esa nota. No paraba de preguntarme como era posible. Nadie sabía mi nombre y la única persona que me llamaba mi pequeña cascabel me daba por muerta , tenía que darme por muerta o nunca lograría vengarme. Nada tenía sentido , era imposible que hubiera descubierto que seguía viva , pero también lo era el que cualquier otra persona hubiese descubierto mi verdad. Miro el reloj y veo que son las 7:34 AM , me levanto del suelo y voy directo al baño , ahora más que nunca debo mantener mi fachada, debo mostrarme imperturbable y fría. Un solo desliz me podría costar todo, y no puedo permitirme ni el más mínimo fallo , tengo que ser Jessica Rivas a la perfección. *** Llegué a la oficina y no paré de mirar a todos a mi alrededor, buscando al posible remitente de la nota , si antes todos eran extraños para mí y no le entregaba mi confianza a nadie ahora todos son mis enemigos, debo aumentar los muros a mi alrededor. Hasta ahora he tenido suerte , pero fui descuidada cuando alguien logro descubrir mi secreto. - Señorita Rivas, espere un momento por favor- me detiene la insoportable de la secretaria de mi director ejecutivo antes de entrar a mi despacho - Creí que me libraba de una incompetente y me manda a otra más incompetente aún. ¿Qué es lo qué quieres? - Señorita en cuanto a eso - dice entregandome un sobre blanco- estas son las facturas del hospital debido al incidente con su secretaria, además ahí también está una citación policial ya que la chica le puso una demanda por daños. - Pero a la muy idiota no le basta con que le pagaré la cuenta del hospital la cual es una maldita fortuna, también me demanda. Vas a citar a mi abogado a las 10 AM a mi oficina. - Señorita ese horario ya lo tiene ocupado podri... -¿Ocupada con qué? - le pregunto interrumpiendola - Con una cita con el psicólogo Ruiz , era el único horario posible y no pensé que le molestará y como necesitaba una cita urgente la programe - Vaya , al fin alguien que logra hacer algo bien. Pues perfecto programa la cita con mi abogado a la hora que decidas y envíame la dirección de la clínica a mi correo. - Enseguida señorita. Salgo de la oficina y paro un taxi, cuando el chófer me pregunta la dirección le comparto la ubicación al GPS de su celular. 30 minutos más tarde llego a la clínica, es un edificio del centro de la ciudad y los departamentos se ven muy pequeños como para ser una clínica pero aún así subo al piso que me indicó la secretaria. Al salir del ascensor veo a una chica salir de la puerta con el número que se supone es la clínica. - Disculpa ¿es ahí la consulta del doctor Ruiz?- le pregunto - Si - me responde con una voz suave - entra por esa puerta y sigue hasta el final y en la puerta blanca toca que es ahí donde el está. Le agradezco mientras entró en el depa , camino hacia la puerta blanca y al tocar me dice una voz ronca que pasé. No sé porque pero esa voz me resulta familiar y se me cae el alma a los pies al ver quién me respondió -Vaya , vaya pero si parece que si vas a terminar siendo Lizzy la loca- me dice el idiota que casi hace que me maten ayer, llevando una bata donde pone Doctor Ruiz. Me senté en el sillón ignorando su broma de mal gusto, a la espera de que iniciará la sección, joder si no fuera por lo mucho que necesito de terapia ya le habría estampado el sillón en su cara. No podía negar lo atractivo que era, y como me eriza la forma en que fija sus almendrados ojos en mí , de esa manera tan penetrante como si ya conociera todo de mi y no le importase nada más que mirarme. -Ok , veo que no tienes el más mínimo sentido del humor, pues comencemos entonces. -dijo con una voz cargada de burla, y virgencita santa era increíblemente seductora-Lo primero que debes saber es que la sección dura por 2 horas y media, recomiendo una por quincena en dependencia del cuadro. No soy partidario de los medicamentos así que principalmente probaré otros métodos y alternativas antes de recurrir a ellos. Si está todo claro empezamos cuando estés lista. -Por mi hubiésemos comenzado desde que llegué y no habría desperdiciado -hice una pausa mientras miraba mi reloj de muñeca y con altanería repuse-28 minutos en bromas sin sentido. -Habló la que me comparó con Willy-dijo con una sonrisa socarrona en sus carnosos labios-Bien comencemos llenando el clásico formulario, ¿Nombre completo? -Jessica Rivas Smith -¿Lugar y fecha de nacimiento?¿Dirección actual? -California Hospital Central un 25 de agosto de 1994. La dirección está en esta tarjeta- le entregué una tarjeta de presentación ya que odiaba dictar direcciones. -¿Posees algún diagnóstico previo a esta consulta? -Tengo varios, desde traumas que me originan terrores nocturnos y fobia a las relaciones socio-afectivas , ataques de ira y hasta trastorno explosivo intermitente -finalicé con un ligero encogimiento de hombros para restarle importancia, ya que el verdadero diagnóstico que me dieron desde que cumplí 12 años no estaba en ese listado. -Vaya, no preguntaré por los tratamientos que has probado ya que comenzaremos de cero. Así que por qué no empiezas a contarme ¿qué es lo que te está pasando? ¿Qué me está pasando? Ja pues amigo que te digo , estoy suplantando una identidad falsa de una chica a la cual asesiné en la cárcel, a la cual fui injustamente condenada por la muerte de mi familia que fue asesinada frente a mis ojos y pues era la única manera de salir de ella. Pero no es tan grave la verdad es que la pasta de esta mujer me está ayudando mucho y lo único que tengo que hacer es evitar los encuentros con sus padres. Ah y pues no nos olvidemos de que pienso destruir la vida del desgraciado que arruinó la mia. -Tengo pesadillas constantemente y cada vez son más seguidas- respondí con voz plana. El me observó cómo esperando que yo dijera algo más pero al ver que callaba se levantó de su silla y fue al armario que estaba al fondo. Ví como sacaba un bloc mediano y volvía a sentarse. -¿Esas pesadillas son solo terrores o son recuerdos de algo que fue traumático? -No lo sé , nunca logro recordarlos al despertar, solo me despierto gritando y sudando y muchas veces al cerrar los ojos aparecen imágenes en mi cabeza pero no soy capaz de descifrarlas- mentí de la forma más presentada posible, claro que los recordaba eran los recuerdos más horribles de mi vida. Nunca sería capaz de olvidarlos. -¿Además de las pesadillas, algo más?¿Tal vez irritabilidad o alguna agresión a alguien? -Odio a las personas, me irrita que estén cerca de mí, que me hablen , observen , todo lo que hacen lo detesto. Me altera que sean tan incompetentes, que sean tan imbécil... -Vale ya lo pillé odias el contacto humano, pero también te crees superior a todos los que te rodean ¿O me equivoco? -No, no te equivocas desde pequeña veo a todos como inferiores a mí , solo hubieron 5 personas en mi vida que considere mis iguales -¿Y esas personas?¿Por qué no te ayudan con el tratamiento? Sería más fácil con el apoyo de alguien a quien valores y admires -Muertos, todos están muertos. Y sus muertes son mi culpa-me callé abruptamente, porque diablos habré hablado tanto. Miré mi reloj y solo quedaban 15 minutos de consulta así que tome mi bolso y salí de allí. No entendía que me pasaba , nunca le hablaba a ninguno de mis terapeutas sobre mi familia. Me limitaba a decirles sobre las pesadillas y a rechazar cualquier tratamiento excepto las píldoras. Pero había algo con el doctor Ruiz que me inspiraba confianza, ese hombre era capaz de derribar mis muros y eso era un peligro para mí.
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