El aire se cortó en la garganta de Rayo de Sol. La traición de Corazón de Roble era un puñal clavado en el corazón de la manada. Viento Veloz, con la flecha de hueso aún clavada en su flanco, jadeaba dolorosamente en el suelo. El lobo corrupto, que acompañaba a Corazón de Roble, sonreía con una mueca de triunfo, sus ojos rojos fijos en el Cristal de Sabiduría. "¡Maldita sea! ¡Te voy a arrancar las tripas, traidor de mierda!", rugió Llama del Ocaso, sus músculos tensos, listo para abalanzarse. "¡No!", ladró Rayo de Sol, su voz un eco de autoridad, aunque la rabia ardía en su pecho. Sabía que Corazón de Roble no era el enemigo. La **desesperación** de la que hablaba el Cristal era el verdadero adversario, y se había aferrado a su viejo amigo como una enfermedad. El lobo corrupto, sin emba

