El camino fue largo y jodidamente agotador, pero cada nueva alianza, cada manada rescatada del borde del abismo, fortalecía la visión de Rayo de Sol. La Manada del Sol Radiante no era solo un nombre; era un juramento, un puto símbolo de que incluso después de la peor mierda, siempre hay un nuevo amanecer. Rayo de Sol, con Llama del Ocaso a su lado, se había convertido en el arquitecto de un nuevo mundo, un mundo donde la unidad sería el puto escudo contra cualquier mal que osara levantar la cabeza. El sol se alzó como una puta promesa sobre el horizonte, tiñendo el cielo de Rayo de Sol con tonos carmesí y dorados. No era solo un amanecer; era **el Nuevo Amanecer**, un puto lienzo en blanco para la manada del Sol Radiante. Las alianzas forjadas bajo la sombra de la victoria contra Sombra O

