El aullido de Rayo de Sol resonó en la caverna, una mezcla de triunfo y una puta advertencia. La revelación de Amarok había sacudido los cimientos de su entendimiento, abriendo una jodida puerta a un pasado que nadie había imaginado. El aire en la Cueva de los Ecos Perdidos se volvió denso, eléctrico, como si la misma tierra estuviera conteniendo la respiración, anticipando lo que se venía. La puta tormenta que se avecinaba no sería solo de viento y lluvia; sería una mierda de prueba para el alma. "Prepárense, cabrones," gruñó Rayo de Sol, el Cristal de Sabiduría latiendo en su boca como un segundo corazón. Su luz azulada se expandía, empujando la oscuridad, pero el hedor a putrefacción se intensificaba, asfixiante, metálico, como el gusto a sangre en la boca. "La puta mierda acaba de emp

