"¡No! ¡Malditos sean por toda la eternidad!" gritó Sombra Oscura, la furia incontrolable en su voz ahora mezclada con un miedo palpable y un pánico creciente, **consciente de que su dominio se resquebrajaba**. "¡Mi poder inmenso! ¡Mi dominio absoluto! ¡No pueden romperlo, es imposible para ustedes!" Se negaba a aceptar la derrota que se avecinaba.
La luz del Cristal, potente y purificadora, chocó frontalmente con el Corazón del Hielo, y el valle se llenó de un estruendo ensordecedor que hizo vibrar la tierra bajo sus patas. Las ilusiones malignas parpadearon violentamente y, una por una, se desvanecieron por completo, dejando solo el vacío.
Los guerreros de la putrefacción, sin su ancla vital, se detuvieron abruptamente, sus formas volviéndose inestables y translúcidas, como si su misma
