Sin embargo, la experiencia y el conocimiento del territorio jugaban a favor de Rayo de Sol. Recordando las rutas de escape y los terrenos que habían explorado juntos, preparó un plan en su mente. "Lo que no entiendes, Tormenta, es que mi fuerza no reside solo en mí. He forjado lazos aquí, la manada lucha como uno solo,” continuó Rayo de Sol, con una voz firme que resonaba con convicción.
Con astucia, comenzó a guiar a Tormenta hacia un terreno donde sabía que tendría ventaja. Las ramas crujían bajo sus patas mientras lo conducía hacia un desfiladero estrecho, rodeado de árboles altos y rocas sueltas. “Este no es un combate entre tú y yo,' agregó, con una chispa de desafío en los ojos. 'Es la fuerza del hogar, el espíritu de todos nosotros, lo que te detendrá.”
En el momento exacto, Ray
